~ CAPÍTULO 9 ~

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Logan

Después del numerito, Audrey volvió a su habitación y a mi me dejó hay en shock y con las ganas.

Me levanté de la silla e intenté relajarme.

Me metí en mi habitación e hice una llamada.

Esa tarde había quedado con mi madre en que pasaría el fin de semana con mi hermana porque ella y Matthew se iban a una escapada romántica que él le había regalado a mi madre por su cumpleaños.

Contestó al tercer tono.

-Hola hijo, ¿Todo bien?

-Si, solo quería preguntarte a qué hora tengo que ir a recoger a Sarah.

-¿En media hora te viene bien?-Preguntó- Matt y yo estamos terminando de organizarlo todo y está muy pesada porque no quiere que nos vayamos. Seguro que cuando te vea se olvida de todos los males. Ella no sabe que va a pasar el finde contigo.

-En media hora estoy ahí.- afirmé.

-Gracias, cielo.-

Colgué el móvil, me quité la ropa que había llevado al trabajo y me puse unos vaqueros y una camiseta básica con unas zapatillas de deporte.

Salí de mi habitación, cogí las llaves del coche y bajé.

Ande hasta donde había aparcado mi coche hace un rato. Las chicas de antes sorprendentemente seguían ahí y cuando me pillaron mirándolas me saludaron. Yo sonreí a modo de respuesta y me monté en el coche.

Conduje hasta casa de mi madre mientras escuchaba la radio.

Aparqué en la entrada. Me bajé y caminé hasta la entrada de la casa.

Timbre y no tuve que esperar mucho hasta que Matthew me abrió.

-Logan, que bien que has llegado, pasa.

-Gracias.-

Entré en la casa.

-Tú madre está luchando con Sarah en su habitación, seguro que cuando te vea se relaja.- Dijo sonriente.

- Entonces subo cuanto antes.- afirme.

Empecé a caminar hacia las escaleras. Subí y anduve por el pasillo hasta llegar a la habitación de mi hermana.

Estaba la puerta abierta y pude ver como mi madre luchaba con ella para intentar vestirla.

-Sarah, tienes que vestirte, alguien especial va a venir para que pases el fin de semana con él.- Le dijo mi madre intentando que se pusiera el peto vaquero.

-No, yo no quiero que os vayáis y si no me visto no os iréis.- protestó ella. Tendrá cinco años pero es una niña muy lista.

Llamó a la puerta y ambas se giraron en esa dirección.

Los ojos de mi hermana se posaron en mí y una sonrisa se dibujó en su hermosa y pequeña cara.

Vino corriendo hacia mi. Me agache y la cogí en brazos.

-¿Qué hay enana?- saludé sonriéndole.

-¿Tú eres la persona especial con la que voy a pasar el fin de semana mientras papá y mamá están de viaje?- preguntó esperanzada con que así fuera.

-¡Sorpresa!- Exclamé.

Al oírlo ella me pidió que la dejara en el suelo y fue corriendo hacia su madre pidiéndole que terminara de vestirla.

Ella se río como respuesta.

Cuando mi madre terminó de vestirla, Sarah bajó súper emocionada al piso de abajo donde estaba su padre.

Más allá de lo racionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora