00 | Un año diferente

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Darla Lynn

27 de septiembre

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Mi cabeza recostada en la paleta de la silla, mientras mis manos estaban ocupadas jugando con el dobladillo de mi falda azul, Gásper a mi lado se divertía rayando la orilla de su libro, el aburrimiento nos invadía y el hecho de que sea muy de mañana no ayudaba en lo absoluto.

—Josh se ve tan lindo sentado —esbocé una media sonrisa de boca cerrada.

—Darla deja de ver a Josh, te puede atrapar —susurró Gásper en mi oreja.

Ignoré el comentario de mi amigo y seguí observando al chico de cabello azul. Al parecer dormía, tenía su cabeza oculta entre sus brazos y sus pies descansaban doblados en el asiento, pude ver como unos cabellos se le movían cuando el aire mañanero se colaba por la ventana, es tan encantador.

No era una sorpresa que el chico se durmiera en clase, Josh no es una persona que se mata estudiando, mas bien es un alma libre en busca de diversión, de vez en cuando se mete en problemas a causa de ello.

—Jóvenes buenos días —la voz me hizo levantar la mirada—. Hoy se integra a nuestra escuela un nuevo compañero, como todos sabemos —comenzó a hablar el director tomándonos por sorpresa—, debemos tratarlo con respeto y ayudarlo a incluirse —finalizó.

Levanté más la cabeza pero no pude ver nada, el que estuviera hasta el fondo tampoco me daba tanta ventaja.

—Adelante Joven —dijo el profesor desde su escritorio.

El director se despidió y se fue, todo el grupo estaba en silencio esperando la llegada del desconocido, no había llegado un alumno nuevo desde hace mucho tiempo, era un poco curioso.

Sus tenis rechinaron en el piso a cada paso que daba, cuando entró al salón una chispa de misterio me recorrió. El tipo ya traía el uniforme puesto, ocupaba un gorro gris que escondía parte de su rostro, también noté que usaba gafas.

Al parecer sintió las miradas sobre él, carraspeó y metió las manos a los bolsillos —probablemente incomodado—. Hicimos contacto visual unos segundos y yo desvíe la vista rápidamente, fue extraño.

—Preséntate para que tus compañeros te conozcan —le sugirió el sonriente profesor.

Se giró completamente, sacó las manos de los bolsillos sólo para acomodar su gorrito, después de eso relamió sus labios antes de hablar:

—Hola —levantó la mano y la volvió a bajar—. Me pueden decir Connor —no logré escuchar su voz con tanta claridad, pero parecía molesto.

Serio y con cara de malhumorado, esa es la primera impresión que daba con aquella presentación. ¿Connor? ¿Quién se llama Connor?

Es su apellido, tonta.

Oh, ahora las cosas van tomando sentido, es lindo, el apellido no él, bueno, el chico sí es lindo, agh, como sea.

—Toma lugar joven Sa... —el rubio le interrumpió antes de que acabara:

—Dígame Connor, por ahora —siguió susurrando.

Levantó la vista observando directamente a Josh, avanzó ignorando las miradas de todos —incluida la mía—, se sentó con él y después de eso todo se quedó en silencio, otra vez.

Arqueé una ceja cuando caí en cuenta de que Josh no hizo ni el mínimo movimiento, no lo saludó ni lo despreció, es mas, era como si se conocieran. Tonterías.

—Bien, como tutor de este grupo le daré una breve bienvenida y explicaré algunas cosas al joven Connor —el profesor se levantó de la silla y aclaró su garganta—. Nuestra preparatoria cuenta con canchas de fútbol y básquetbol, puedes unirte a un equipo si así lo deseas, sólo será cuestión de hablar con los capitanes.

»Contamos con una biblioteca por si te gusta pasar tiempo leyendo, en los recesos puedes pasar a la cafetería a almorzar o en los jardines como algunos de los alumnos acostumbran. También tendrás que integrarte a algún paraescolar, ya sea teatro, música, artes, gimnasia, baile o computación.

»Pronto se acerca el mes de octubre y nuestra institución no se queda atrás, organizamos eventos para recolectar fondos que después servirán para la remodelación de nuestros edificios —el profesor tomó una bocanada de aire—, más tarde una de mis alumnas te buscará para darte un recorrido y te hablará más a fondo de lo que estaremos haciendo.

Todos giramos en dirección al nuevo, él sólo levantó un pulgar en respuesta. Vaya, en mi opinión el discurso del profesor me animó demasiado y me hizo sentir única por el simple hecho de estudiar aquí, en cambio al nuevo, por lo que veo le valió.

—Bien, este es un año diferente y ustedes deben de aprovecharlo al máximo, divertirse y a la vez esforzarse por mantener buenas calificaciones —sonrió—. Ahora continuemos en donde nos quedamos, página 34 ejercicio 5.

—Un año diferente —repetí sólo para mí—, claro que será diferente, me encargaré de eso.

Corazones de papel [Pausada]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz