9. "Te quiero a tí"

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Dallas, Texas.
La noche de año nuevo
hacia 1961 (parte II)

El apartamento de Marie es perfectamente impersonal. Es de un sobrio color blanco en un espacio reducido para uno, nada más con los muebles que vienen incluídos. Ningún cuadro o decoración a la vista, excepto por un dibujo que Klaus le dio como regalo de navidad.

Es el apartamento de una persona que está lista para huir y dejarlo todo. Una estación de paso mucho más que un hogar.

—Debiste haberme dicho que te hacía falta un decorador —afirma Klaus cuando entran con los brazos enganchados el uno al otro. Su voz todavía suena un poco inestable por el flashback reciente, pero ya no hay más fuegos artificiales y él fue recuperando el color de camino aquí.

Marie se ríe.

—No pensaba quedarme aquí mucho tiempo, al principio —confiesa, omitiendo la parte en donde estaba segura de que tendría que huir en cualquier momento—. Supongo que luego me acostumbré a no tocar el espacio —se encoge de hombros—. ¿Quieres un té?

—Oh, eso sería magnifique —Klaus le dedica una sonrisa pálida—. ¡Ben también quiere una taza! —agrega en una exclamación, cuando Marie ya ha abierto la alacena en busca de las tazas.

En éste punto, ya no lo cuestiona. Ben es un fantasma pero Klaus acostumbra a dejarle un plato o una taza siempre que es posible cuando van a comer. Ben dice que lo hace sentir presente y que es agradable. Ben es agradable, así que Marie se lo concederá, a ambos.

Beben el té en relativo silencio, un silencioso que se ve interrumpido por una repentina y desconcertante pregunta de Klaus:—¿Por qué me trajiste?

Marie lo mira por encima de su taza y ladea ligeramente la cabeza:—Pensé que estarías mejor aquí que en el refugio —responde con simpleza.

—No, ¿por qué? Viste el desastre que soy, ni siquiera pude quedarme a ver unos estúpidos fuegos artificiales —se cubre la cara con las manos y la voz le sale amortiguada contra sus palmas.

Marie siente deseos de golpear a todos los estúpidos que alguna vez estuvieron en la vida de Klaus Hargreeves y le hicieron sentir que no valía. No puede hacer eso así que, en cambio, hará algo más: Romper otra pared.

—¿Ben? ¿Nos das un momento? —ya que no puede escuchar una respuesta, espera unos momentos y luego asume que Ben ya la escuchó. Acto seguido, se acerca a Klaus en el sofá y le quita suavemente las manos de la cara:—Oye...

Klaus le devuelve una mirada angustiada y Marie se inclina hacia él, besándolo lentamente en los labios, con profundidad y ternura.

—Marie...

Start Again | Klaus Hargreeves.Where stories live. Discover now