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Una semana ya había pasado desde su último acercamiento a los chicos, una semana en la que se dedicó a pensar en cómo hacerse la amiga de esos interesantes chicos que tanto le llamaban la atención, su padre la veía día y noche en el salon investigando lugares de Tokyo donde las bandas solían ir, incluso le pidio a su padre si podia entrar a clases de boxeo para aprender a defenderse en caso de que lo necesitara a lo cual su padre aceptó sin rechistar.
Un gran saco de boxeo colgaba del techo en la parte de del patio de la casa, su madre estaba extendida sobre su toalla tomando el sol a un lado de la piscina mientras la chica le daba golpes al aire con los guantes de boxeo puestos, el entrenador la miraba sorprendido.
-okey detente- dijo y la tomó de las muñecas -lo estoy haciendo mal?- preguntó la chica con la voz agitada -todo lo contrario, en cinco días has aprendido demasiado rápido, lo cual me sorprende- dijo mirando a la chica -eso es bueno no? digo ya se como defenderme- dijo la chica de forma animada -si, ya sabes moverte bien, te falta golpear un poco más duro y te aseguro que podrías noquear a un hombre de metro ochenta- dijo el chico riendo -
La chica se quitó los guantes y acomodo el vendaje de sus manos mientras su padre salía al patio con su traje negro algo desacomodado y una corbata roja sin nudo solo afirmada sobre su cuello.
-ya terminaron?- preguntó el padre -sí señor Kim, déjeme decir que su hija va muy bien para solo llevar cinco clases- dijo el chico sonriendo -si la vieras todas las mañanas pegando a ese saco como si fuera una persona y por la tarde se pone sus tacones para irse al centro comercial- dijo el padre mirando a su hija -gran dualidad- dijo el chico y río -
El hombre sacó unos billetes de su chaqueta y se los dio al chico, el chico se despidió de la familia y fue escoltado hasta la puerta por una sirvienta, la chica se quitó los vendajes para proteger sus manos y los guardó dentro de los guantes los cuales se llevo a su habitacion, una vez alli se metio a la ducha para quitar el sudor de su cuerpo.
Al día después de su clase de boxeo era su primer día de escuela, un día lunes, escuchó una de sus canciones favoritas ser reproducida dentro de su habitación y se repitio lo mismo de todas las mañanas, abrieron las cortinas y ella pestañeó un par de veces hasta poder ver bien, vio a una chica entrar con una bandeja que dejó sobre las piernas de la adormilada joven.
-buenos días señorita, hoy su padre la llevara a la escuela- dijo la chica y salió de la habitación -
Sunha volvió a estar sola en la habitación, mirando su uniforme bien planchado y tendido sobre su cama, tomó su café lo más rápido que pudo y comió los cereales con leche mientras se paraba, fue al baño con el bowl aun en la mano y enchufo su plancha para el cabello, volvió cerca de su cama y dejó el bowl sobre la bandeja, se quitó el pijama y se puso el uniforme metiendo la camisa dentro de la falda y acomodando bien el cuello de la misma.
