Capítulo Nueve.

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-Lamento lo de hoy -digo quitándome la camisa y sentándome en la punta de la cama-. Que agotador ha sido eso. Creía que volver a verlos me alegraría mínimamente. No lo ha hecho -sus manos toman mi barbilla y me hacen mirarla.
"Ha sido divertido y he conocido a tus padres. Eso me convierte en tu novia oficialmente"
-Ya eras mi novia oficialmente -digo sonriendo.
"¿Lo era?"
-Si, lo eras y lo eres -digo tomándola de las manos y atrayéndola hacia mi. Me da una leve sonrisa y después rodea mi cuello con sus brazos.
-¿Cómo pude alguien lastimarte? Eres un ser hermoso -deslizo mis manos por sus brazos de arriba a abajo-. Dios Santo, Alice, ¿cómo pudieron herirte? -se encoge de hombros-. Voy a cuidarte, ¿si? -tomo sus muñecas-. Te voy a proteger aunque tu no quieras.
Me pongo de pie y tomo su rostro, dejo un beso en su frente, en sus mejillas, debajo de sus ojos, en su barbilla y en su boca. Bajo a su cuello y lo beso en el medio, en los costados y bajo a sus hombros. Primero uno, después el otro. Bajo las tiras de su vestido y poso mis labios en sus clavículas. Tomo sus manos y con suavidad beso sus muñecas, beso sus heridas y la miro. La miro como nunca lo hice. Le demuestro que lo que le prometo es real, que no la voy a herir.
Da un paso atrás y me mira pensativa. Baja su vestido por completo y se lo quita.
-No hay que hacerlo si tu no quieres.
"Si, quiero. Te quiero a ti"
Sus manos viajan a su espalda y el brasier cae. Sus bragas también quedan en el piso. Vuelve a mi lado y pasa sus manos por mi pecho. Se detiene en mi tatuaje y desliza sus finos dedos por las letras dejando un beso a su paso.
M, beso.
A, beso.
Y, beso.
A, beso.
"Quitatelo"
Trago saliva y desabrocho mi pantalón.
-¿Estás segura? -asiente y abre su boca como si quisiera decir algo.
-Sssi.
-¿Qué?
-Si.
-Alice, joder, Alice. Hablaste. Alice hablaste.
-Si -repite, con una gran sonrisa en su rostro-. ¡Si!
-¡Si, Alice, si! Lo lograste, por Dios -la tomo en mis brazos y siento una pequeña lágrima resbalar por mi rostro-. No puedo creerlo, lo hiciste -sonrío sin terminar de creermelo y la beso. La beso y no puedo detenerme. Sus manos se enredan en mi cabello y las mías la toman de sus muslos, levantándola y caminando hacia la cama. La recuesto allí, sin dejar de besarla. Siento miles de cosas viajar por mi cuerpo y me quito por completo todo.
Ambos desnudos, no sólo física sino también interiormente, nos movemos debajo de las sábanas soltando suspiros y pequeños gemidos.
La hago mía con amor y dulzura porque ella ya tuvo muchas cosas fuertes y sin cuidados en la vida. No paro de besarla, de amarla o admirarla. Porque Alice me produce querer hacer eso.
Entrelaza su mano con la mía y me susurra lo que esperé por mucho tiempo.
Me susurra que me ama, con amor y honestidad.
-Te amo, Thomas -las palabras salen con dificultad de sus labios pero se escuchan igual de dulces.
-Yo también te amo, Alice.
Amo su fortaleza, su humanidad, su coraje, sus ojos y amo sus palabras. Palabras que han dejado de ser mudas. Por fin y después de tanto.
Cierro los ojos y disfruto del momento.

***
Al día siguiente nos despertamos y luego de una ronda larga de besos decidimos ponernos de pies, alistarnos e ir por lo que vinimos.
Probablemente mucha gente no nos entienda. Quizás no entiendan la razón por la cual ver una lápida con el nombre de las personas que perdimos nos haga sentir mejor. Quizás ni yo lo entienda. Pero el hecho de saber que es lo único que queda de esa persona, simplemente, te ayuda.
Mientras recorremos el sendero en silencio, pienso que daría la vida y mucho más por volver a ver a Maya. Por ver a Maya diciendome "estoy bien, ¿no ves mi sonrisa?"
Pero quizás ella no querría volver. Digo, si se quitó la vida fue porque ya no quería vivir y vio al suicidio como la única salida disponible, ¿no? De todas formas me hubiera gustado despedirme.
Veo las flores totalmente marchitas. Son las rosas que coloqué antes de irme, hace meses.
-Lo siento -susurro haciendo a un lado las viejas y colocando las nuevas-. He tenido que irme. No me olvide de ti, jamás lo haría. Ella es Alice -digo tomándola de la mano y acercándola a mi-, le encantaría saludarte pero no puede hablar. Lo está intentando -sonrío-, cuando pueda la traeré de vuelta.
"Me encantaría haberla conocido"
-Lo sé, a mi también -enreda sus brazos en mi cintura, dejando caer su cabeza en mi cuello.
A veces la vida nos arrebata cosas de las manos pero eso nos enseña a cuidarlas mejor y a no permitir que vuelva a pasar.
-Te quiero, Maya -deslizo mi mano por la lapida-. Muchísimo.

***
-Prometo que haremos un viaje más largo la próxima vez, ¿está bien?
-Si -sonrío y beso su frente.
-Practicaremos algunas palabras en el avión.
"Ya ni recuerdo como pronunciar ciertas palabras"
-Yo te ayudaré a recordar.
Agarro su maleta y mi mochila y mostramos nuestros documentos para poder subir al avión y regresar a casa.

Ya dentro del avión, Alice, me mira.
"Cuando decidí mantenerme callada no creí que algún día tuviera las ganas de volver a articular las palabras"
-¿Por qué?
"No encontraba nada que me inspirara, ¿por qué querría hablarle a personas que no entienden las cosas? Las personas de hoy en día son... No lo , no me producen ganas de interactuar con ellas. Pero luego llego Julie y te trajo a mi vida. Me pareciste algo estúpido al principio, claramente, pero después..."
-¿Después...? -tapa su rostro con sus manos-. ¿Después qué, Alice?
"Me enamoré. Lo supe porque quería gritar y reír. Quería correr, sentir, comer, respirar. Quería vivir. Quería vivir por un chico medio idiota que creyó que me hacia la difícil"
Solté una risa.
"Así que... No me hagas arrepentirme, ¿si? Porque nunca me sentí más feliz en toda mi vida"
-No lo haré. Te amo.

***
-¡Julie! ¿Estás aquí?
-¿Dónde está Alice?
-Dios, tía, me has dado un susto de muerte -me detengo en su rostro preocupado. Tiene los ojos muy abiertos y unas bolsas debajo muy horrorosas.
-¿Dónde está?
-¿Qué sucede?
-¡Mierda, Thomas! ¡Responde la puta pregunta!
-La dejé en el cementerio -susurro preocupado-. Quería dejarles flores nuevas a su madre. ¿Qué está pasando?
-Está libre.
-¿Quién? -arqueo mis cejas y la sigo cuando va hacia la sala de estar.
La televisión está prendida y a un volumen excesivamente alto. Es el canal de noticias y están buscando a alguien.
-Reiteramos, si alguien ve al hombre que mostramos en pantalla, por favor comuniquese con la policía de forma urgente.
Veo la imagen y trato de entender.
Esos ojos me eran familiares.
-Julie, ¿quién es?
-Es el padre de Alice, Thomas. Se escapó.

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No se pueden quejar. ¡Dos capítulos en un día y uno de 1100+ palabras!

Palabras Mudas: SIN EDITARWhere stories live. Discover now