Destino

Tú y Yo (Final)

Juliana no respondió las llamadas de Valentina esa noche. Y aunque recibió una buena cantidad de mensajes ni siquiera quiso leerlos.

Se sentía dolida y traicionada. Y lo que menos quería era hablar con ella en esos momentos porque no quería decirle algo de lo que fuera a arrepentirse más tarde.

Recordó lo que siempre le decía su mamá:

No prometas cuándo estés feliz, no respondas cuándo estés enojada y no decidas cuándo estés triste.

Sabía que tarde o temprano iban a tener que hablar pero ese no era el mejor momento, para ninguna de las dos.

El ver el mensaje de Lucho en el celular de Valentina le había causado tanto dolor que sintió que le arrancaron una parte de su ser. Lo único que quería es salir de ahí lo antes posible antes que su mirada la delatara. Sentía como se le formaban las lágrimas y se le ponían los ojos llorosos. No quería que la viera en esas condiciones por eso salió tan pronto como pudo.

Ahora que estaba en la soledad de su cuarto, pudo desahogarse, nunca le había gustado que la vieran llorar, odiaba mostrarse débil ante los demás y había aprendido a aparentar ser fuerte. Pero una vez sola... se derrumbaba.

Después de un rato de debilidad y de lamentarse por ser tan tonta, se recompuso pero ahora le estaba empezando un fuerte dolor de cabeza.

Apagó su celular, necesitaba tranquilidad en esos momentos, su mente era un torbellino de pensamientos y la mayoría de ellos eran negativos. Quería poner en orden sus ideas, sabía que tenía que tomar una decisión y que tal vez sería la más difícil hasta ahora.

**

Después de una noche de insomnio y de dar vueltas en la cama, Valentina decidió ir a casa de Juliana, tenía que hablar con ella, tenía que explicarle las cosas. Por teléfono no había conseguido nada y eso la tenía mal. Se maldecía por haberle ocultado algo tan importante, ella no se lo merecía. Salió de su casa en cuánto terminó de hacer algunas llamadas de trabajo, quería tener el día libre para dedicárselo a Juliana y tratar de arreglar las cosas.

Llegó y tocó la puerta... estaba muy nerviosa, no sabía si Juliana se iba a negar a verla. No sabía si Lupe se había enterado de algo y tenía miedo de su reacción. Su pie se empezó a mover sin control mientras esperaba.

La puerta se abrió y ahí estaba Juliana. Con su rostro perfecto pero triste, sus hermosos ojos reflejaban cansancio y por primera vez no supo como acercarse a saludar. Se quedó parada sin saber que palabras decir.

Juliana fue la que habló primero.

—Val... —La morena definitivamente no la esperaba y verla ahí fue una sorpresa... miró hacia atrás por encima de su hombro para asegurarse que Lupe no estaba cerca.

—Qué haces aquí?—Le preguntó mientras seguía con la mano en la puerta.

Su madre aún no sabía nada y no quería que se diera cuenta de esa manera. Ella había querido hablar con Lupe pero estaba esperando que su relación con Valentina se formalizara para darle la noticia. Ahora que las cosas habían tomado otro rumbo ya no tenía caso que Lupe se enterara.

—Necesitamos hablar... por favor...— Le suplicó. En su mirada se reflejaba lo desesperada que estaba.

Juliana lo pensó unos segundos, los cuáles a Valentina se le hicieron eternos.

—Por favor Juls...

—Está bien, pero aquí no. —Miró otra vez hacia adentro de la casa asegurándose que su madre no estaba. Sabía que esa conversación no sería fácil y era mejor hablar en un lugar tranquilo.