Decisiones

1.5K 154 150
                                    



Valentina daba vueltas en la cama pensando en ese beso con la morena, nunca imaginó que besarla se sintiera como tocar el cielo, ahora estaba convencida que quería tenerla cerca siempre. Se tocaba los labios y sonreía mientras pensaba en aquel momento que tanto había soñando desde que la conoció.

Ella sabía que lo que sentía por Juliana iba mucho más allá que algo pasajero, quería que la morena fuera parte de sus días, para toda la vida si era posible. Nunca le había pasado algo así con un hombre, menos con una mujer. Esto era totalmente nuevo para ella, pero quería arriesgarse, dejarse llevar por sus sentimientos y lanzarse al vacío.

Sabía que Juliana también sentía lo mismo, la mirada de la morena era muy expresiva y Valentina estaba aprendiendo a leerla, cuándo las palabras sobraban entre ellas, bastaba con mirarse a los ojos para decirse lo que estaban sintiendo...

Por eso no pudo contenerse más cuándo la tuvo tan cerca... el momento que rozaron su labios sin querer y la adrenalina que recorrió su cuerpo la hizo olvidarse del mundo.

Necesitaba besarla, su cuerpo se lo pedía, los latidos de su corazón se lo pedían, sus labios entreabiertos se lo pedían... no pudo negarlo más...

Juliana era más que su amiga, la necesidad de tenerla cerca, de tocarla, de sentirla, de abrirle su corazón y hablar de sus sentimientos era tan necesario como respirar. No quería perderla. No podía perderla.

Recordó la conversación después del beso.

Val... estás segura? —Juliana no podía creer lo que estaba escuchando,  su mirada confusa pero ilusionada recorría el rostro de la castaña.

Juls, tu me gustas... me gustas mucho. Creo que la palabra gustar se queda corta para describir lo que siento. No dejo de pensar en ti.— De pronto se sintió apenada por confesar sus sentimientos y los nervios comenzaron a hacer presencia. Desvío la mirada y se pasó la mano por el pelo nerviosamente. A lo mejor se había precipitado y la morena no sentía lo mismo.

Val... mírame. — Su mano acarició suavemente el rostro de la chica, la miró con infinita ternura, sus ojos brillaban de amor por esa mujer.

Yo tampoco dejo de pensar en ti...

Se besaron nuevamente, con delicadeza, entregándose completamente a ese momento.






Pero había otra persona que daba vueltas a su mente... Lucho.

Su relación con él ya no era lo que fue al principio, desde hacía varios años lo veía más como amigo que como pareja. Sabía que él la amaba y ella se sentía agradecida por todo el apoyo que siempre recibía de él, no tenía motivos para dejarlo, era un buen hombre, ya se había acostumbrado a su compañía y dejó que pasara el tiempo. Ahora tenía que hablar con él y romperle el corazón, le dolía pensar en hacerle daño, a pesar de todo lo quería y no quería hacerlo sufrir.

También había otro problema... su familia.

No sabía como iban a reaccionar... ella no quería explicarles las razones de su decisión pero tarde o temprano lo iban a saber y no sabía si estaba lista para enfrentarse a todos.

De lo que sí estaba segura era de lo que sentía por Juliana, el beso fue la respuesta a sus dudas, si es que había alguna. Ya no quería separarse de ella y sabía que era correspondida. Quería hacer las cosas bien y darle su lugar.

Juliana era muy respetuosa y sabía que no haría nada que pudiera afectar su noviazgo. Así que dependía de Valentina que las cosas entre ellas avanzaran.

DestinoWhere stories live. Discover now