Amo el movimiento de tus manos cuando arreglas la motocicleta. A pesar de que sea hijo de nazis y tú un maldito judío. Así también seas un omega chico y yo un alfa mafioso. Recuerda que eres moy y yo tvoye, que amamos las baboshki, el esmalte y la leche de fresa. Y aunque tu ortografía fuese horrible o si fueras un homofóbico y yo un activista. No soportaría estar 99 días sin ti. Amo el color de tus ojos y por eso te acoso. Pero también sé que amas el modo en que mi cola de sirena brilla bajo el sol. Si me extrañas mira tu triángulo y recuérdame de este lado del cielo. Y recuerda siempre, estoy atado a ti como un muñeco encadenado, y por más que me equivoque de puerta al entrar a la zona roja, siempre volveré cada sábado a comprar un disco. Sólo para verte, Louis.
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