El hormigueo, el dolor en el cuerpo y el nudo en mi garganta sólo significan una cosa.
-Ha llegado tu hora. -Menciona ese Ángel con un gran esplendor.
-Aún no por favor. -No, me niego a morir.
-Es lo que tu querías ¿No? Desde pequeña llorabas para que este momento llegará.
No respondí, ahora sólo estoy esperando a que llegue mi hora de marcharme, siento mis mejillas arder, no puedo respirar, finalmente estoy muriendo, Ojalá y en la siguiente vida si me ames como yo a ti.