Hay una leyenda cherokee que dice que dos lobos habitan en nuestro interior, uno negro y uno blanco, el bien y el mal, y que esos dos lobos están siempre luchando. Esa leyenda también dice que, al contrario de lo que se piensa a veces, hay que alimentar a los dos lobos, ya que el lobo negro posee cualidades que el blanco no y viceversa. Por tanto, hay que tener cuidado con los lobos y alimentarlos a los dos para guiarlos por el buen camino.