Y lo siente, sabe que esta ahí a pesar de que sus manos no se alcancen a tocar, sabe que su corazón late con fuerza porque justamente el suyo se acaba de descontrolar. Matsuno Karamatsu lo sabe, sabe que el hombre al otro lado del espejo es tan real como lo es el mismo porque solo necesita sentirlo en el pecho para asegurarlo. Pero no siempre los sentimientos pueden medir algo real. A veces llevan al mundo más fantástico de todos que no existe.