Decidí abrir mis ojos, una luz me cegó momentáneamente. Al abrirlos vislumbré una impetuosa playa, con una serena agua cristalina que era la que rozaba mis pies. Asustada me senté en la arena. Ante mi torpe movimiento escuché un susurro: - Sólo un ratito más...aún es de noche...- Rápidamente miré a mi lado, y vi a....