Solo piensa que cuando éramos niños nos caiamos y nos raspavamos las rodillas, pero eso no nos quitaba nuestras ganas de jugar, nos levantabamos, limpiabamos nuestra herida y seguíamos corriendo. Reíamos y llorabamos sin pena de demostrar nuestros sentimientos y éramos tan felices que soñábamos incluso estando encerrados en una habitación oscura, porque sabíamos que el no hacerlo o el hacerlo no nos hiba a afectar y estoy seguro que ahora sigue siendo lo mismo, nada malo pasará si nos atrevemos a vivir, las personas sólo quieren ser felices siendo ellos.