Definitivamente no estaba en sus planes enamorarse de su mejor amigo, y mucho menos sabiendo que los dos eran omegas. Pero así son las cosas, no podemos controlar lo que el destino nos tiene preparado.
Definitivamente no estaba en sus planes enamorarse de su mejor amigo, y mucho menos sabiendo que los dos eran omegas. Pero así son las cosas, no podemos controlar lo que el destino nos tiene preparado.
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Izuku, al perder una apuesta con Mei, se convierte en el nuevo conejillo de indias de ella por lo que resta del año escolar. Resignado, no lo queda de otra...