La cuarta pared no existe, es por eso que la tripulación A-Men es flagrantemente excéntrica. Cuando este nuevo grupo tiene un encontronazo con los infame Sombrero de Paja, la tripulación del Emperador más joven, las escasas esperanzas de normalidad se convierten en nada más que un sueño distante. Por el bien de los mares, más vale que los Marines estén preparados para sobrellevarlos.