Atlas y Aser han sido amigos desde que eran pequeños, pero por cosas de la vida al ir creciendo se fueron distanciando. Una noche, cuando Atlas volvía del conservatorio, encuentra a Aser sentado en los columpios del pequeño parque donde solían jugar mientras miraba el hermoso cielo estrellado... Pronto vuelve a surgir aquella amistad que creían perdida y nuevos sentimientos mutuos los cuales afrontar.