"Pero una sirena no tiene lágrimas, así que por ello sufre muchísimo más". Hans Christian Andersen lo plasmó en uno de sus cuentos, pero, ¿y si en vez de sirena, es un tritón? ¿Aquel que sufre por un amor imposible? Sin embargo, el joven de las profundidades salvó a la chica. Entre enfrentamientos, una joya mágica y una profecia. ¿Podrá Olivia Murray con esto? ¿Podrá Sean, el joven tritón, hacerle caso a su corazón aún cuando los ideales de su mundo se lo impide? Y es que muchos han olvidado que en el agua no se llora, pero sí puedes llegar a ahogarte.