La vida entre la adolescencia y la adultez no es fácil, nunca lo será, tener que elegir entre quienes se quedan y quienes se van, dónde te quedas o hacia donde vas lo hace aún más complicado pero lo que sí sabía era que te quería junto a mi. No sé en que fallé, pero tus ojos al mirarme me dijieron tu verdad y fue entonces cuando me pregunté si realmente era yo la culpable de tu distancia o si esto era cosa del destino. No te culpo, pero mucho menos te atrevas a culparme a mi.