En los pasillos sombríos de Hogwarts, las voces susurraban sobre un encuentro inesperado durante la sangrienta batalla. Allí, Hermione Granger, la máxima heroína, y Draco Malfoy, un cruel mortífago, se vieron atrapados en un baile de duelos, donde danzaron juntos. ¿Cómo llegaron a estar en el mismo bando? ¿Qué secretos compartían? Nadie lo sabía, pero la conexión entre ellos era más profunda de lo que cualquiera podría imaginar. Hermione, con su mente brillante, debió haber intuido que Draco era como un dragón dormido, ocultando una maldición que amenazaba con desgarrar su alma. El destino, cruel y caprichoso, los entrelazó en un momento crucial. Dos almas opuestas, destinadas a no tocarse, se encontraron en un abrazo prohibido. La pasión los consumió, y el amor floreció en medio del caos. Un amor que los ató con un hilo rojo, un lazo inquebrantable que les causaría un dolor agonizante. Solo la maldición Malfoy, al cobrarse una vida, los salvaría de ese tormento. Entonces, uno de ellos podría ser liberado. La pregunta era: ¿Quién haría tal sacrificio?