La boda del magnate Ohm con Fluke, un inocente camarero, fue de conveniencia. Ohm, un hombre de corazón sombrío, ayudaría a que la familia de Fluke no se separara si él le daba un hijo. Tenía la seguridad de que su insaciable pasión pronto se apagaría. Pero, cuando Fluke se quedó embarazado, él se dio cuenta de que ansiaba algo más que un heredero: ¡deseaba que Fluke se quedara en su lecho para siempre!