Mi problema no es servir café a los clientes difíciles o hacer esa tarea a diario. Mi problema es que el cliente sea mi compañero de clase a quien, por accidente, le quemé la mochila. Sí, yo me comprometí a invitarlo a los frappés que quisiera mientras trabajara en la cafetería de Dani's, pero nunca creí que lo tomaría en serio. Ahora, ¿Cómo le explico que no soy su cafetera gratuita? -Tu quemaste la mochila que mi difunta abuela me regaló. -Lo sé. -Entonces, dame mi frappé. -¿No te cansas de esta charla todos los días? -Lo prometiste frente a tu jefe. -Sí, pero... -Y dijiste que te harías responsable. -Sí, pero... -No hay peros Anny, eres la chica del frappé - Mostró su cálida sonrisa. Sí, estaba perdida.