Normalmente, la gente no muestra lo malvados que son, pero son como una vaca pastando tranquila que, de repente, levanta la cola y descarga un latigazo sobre el tábano. Cuando tienen la oportunidad, muestran su horrenda naturaleza. Me acuerdo que se me ponía la piel de gallina de terror al pensar que este carácter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía toda esperanza sobre la humanidad. Publicada por primera vez en 1948, "Indigno de ser humano" es una de las novelas más famosas de la literatura japonesa contemporánea. Su polémico y genial autor, Osamu Dazai, metió muchos episodios de su vida turbulenta en los tres cuadernos que forman esta novela y que narran, en primera persona y de forma cruda, el progresivo declive como ser humano de Yozo, joven estudiante de provincia que lleva una vida disoluta en Tokio. Repudiado por su familia tras intentar suicidarse e incapaz de vivir en armonía con sus hipócritas semejantes, Yozo sobrevive como dibujante de historietas y se mantiene gracias a la ayuda de mujeres que se enamoran de él a pesar de su alcoholismo y adicción a la morfina. Sin embargo, tras el implacable retrato que Yozo hace de su vida, Dazai cambia de punto de vista y nos muestra, a través de la voz de una de las mujeres con las que Yozo convivió, una semblanza muy diferente del trágico protagonista de esta inquietante historia. "Indigno de ser humano" se ha convertido, con el paso de los años, en una de las obras más populares de la literatura japonesa, superando los diez millones de ejemplares vendidos desde su primera publicación en 1948.