En el lejano reino de Aaru, los dioses vigilan todos y cada uno de los movimientos de sus súbditos. Sahar, la joven sacerdotisa de la diosa Amsi, tiene claro cuál es su destino: servir en el templo hasta el final de sus días, o hasta que el tor Akins, dios en la tierra, le permita lo contrario. ¿Quién diría que su mundo se tambalearía por unos preciosos y vivaces ojos verdes de un descarado aprendiz? Relato con posibilidad de convertirse en novela.