Cuando no tienes la valentía de demostrar tus emociones, no queda más remedio que expulsarlas de una u otra forma, tal vez escribir poesías anónimas para un destinatario a quien nunca serán enviadas no parezca la mejor opción, pero es una buena terapia. Estos poemas son para el chico que se robó mi atención y convirtió mis emociones en un perfecto caos... El chico de los pasillos.
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