Simón ha padecido terribles experiencias, cada una tan abrumadora o peor como la anterior. Su anhelo imposible es el de dejarse cautivar nuevamente por la mirada de su amada, Lin; cuya belleza, juraba decir que contenía la imagen misma del universo. No obstante, ahora los dos vagan por rumbos distintos. Sin saberlo, hallará consuelo para sus penas con un compañero inimaginable: un caracol.