Eran tiempos pasados y corrían fechas difíciles, cuando un chico de apellido Alighiero, por querer traer a su amada de vuelta a la vida, redactó una carta dirigida para los que nos encontrábamos en el antiguo consejo. En esta nos preguntaba, que pasaría si la estrella idónea atravesara el sol y lograba salir viva del interior. Esta pregunta causó cierto revuelo en el consejo. Algunos veían que el chico tenia un talento innato y una mente bastante especial, pero que las estaba orientando por un mal camino. Otros vieron en aquel chico un hereje y un demente, que fantaseaba con volver de la muerte, como en las novelas que escribía tan fervientemente. Yo, por otro lado, solo me aislé regalando mi silencio y guardando mi opinión personal para mi durante un tiempo. Cuando los demás ya habían dejado el tema como algo olvidado, me di el tiempo de responder personalmente a la carta de aquel joven conocido, con una carta bajo un sobre, resguardado con mi propio sello de cera.
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