Me convertí en la villana de una novela de ficción histórica. ¿Estaba asustada? Por supuesto que sí. Quién no lo estaría al encontrarse en un mundo que no es el suyo. ¿Que si lo odio? al principio no. Me parece divertido ser la hija rica de un duque. Quería principalmente, tan sólo acabar con la trama de la historia pero hay un problema, la villana muere a mitad de la historia y si eso pasa no sé qué ocurrirá conmigo. Además, mi prometido es el príncipe, un mujeriego al que no soporto y sigo sin creer que sea el futuro amoroso de la protagonista de la historia. Es por eso que he ideado un plan para sobrevivir hasta el final sin dañar la historia de los protagonistas aunque, para mi desgracia, no todos los planes salen bien.