La muerte es uno de los sucesos más difíciles de aceptar, pero después de que sucede no hay de otra, la vida de Felicity Fray no era la mejor, pero tampoco era mala, vivía feliz haciendo énfasis en su nombre, hasta aquel lluvioso día, aquél tres de noviembre volcó todo al suelo y lo pisoteo como si fuera basura, aquel día toda la felicidad se perdió entre el la lluvia y los truenos, y a ella le tocaba encontrarla de nuevo, o quizá llegaría sola.