Ella se enamoró de la oscuridad. Todo debería haber sido distinto. Y él la protegia del error equivocado, la oscuridad resplandecía en sus alas cada vez que intentaba protegerla del peligro, del él mismo. Se lo habían advertido: "Jamás te enamores de un suicida" ; o en otras palabras, jamás te enamores de un ángel caido por que son seres rotos; y si intentas arreglarlos, al final eres tú la lastimada. Ella solo buscaba protección en la misma persona de la que debía alejarse y esto la amarró por siempre a su lado. Convirtiéndose así, en la condena que ella misma deseó tener.