¿Por qué las cosas no pueden ser tan simples como cuando teníamos 12 años? Porque la niñez y la adolescencia son muy distintas. Jordán, mi vecino de alado y mi amor de pequeña, el protagonista de los chismes con mis amigas y mis fantasías de niña a regresado al país después de casi 6 años, tiempo en el que me había olvidado casi por completo de él, y para mi desgracia, es un espécimen masculino perfecto hecho a mano por los dioses. El muy cabron es como el vino, se pone mejor con los años. En mi último año aquí esto era lo único que me faltaba. Y como era de esperarse, solo le tomo unas semanas volverse el playboy de la ciudad, el chico al que le llueven tangas por dónde camina. Pero se me pasa algo, y es que él fue mi primer novio (si así podemos llamarlo). Lo éramos hasta que se fue del país y ahí termino nuestra historia de amor. Pero ¿Podemos tener una historia de amor ahora? Tal vez sí, o tal vez no. Lo que si es un hecho es que las cosas no serán sencillas para nosotros dos. Perdemos muchas cosas al dejar de ser niños, pero ganamos muchas más. Crecer complica las cosas, pero también las intensifica. y nos enseña a valorar cada momento. ¿Cuál es la etapa más linda de la vida? ¿La niñez o la adolescencia? Aún no estoy segura. Pero sin duda alguna, sé cual duele más.