La depresión es como una adicción. Te consume por dentro y deteriora tu persona. No es aquella enfermedad hermosa que te presentan para una historia cliché acerca del amor. No es lo que hace que te enamores de alguien. Es algo que te come por dentro y cada día va matando lo que eres y lo que sientes. Y si alguien sabe de eso, es Gerard Way, quien se aferra a la vida por razones que él mismo desconoce. Y si hay alguien que no va a dejar que la luz detrás de los ojos de Gerard se apague, ése va a ser Frank Iero.