Prólogo. -¡Te odio! -grité tirando todo a mi alrededor, con lágrimas por la rabia y la impotencia- -Helen, por favor -suplicó mi mejor amigo junto a mi-. Mantén la calma. Mi hermano, que estaba a mi lado me consolaba. Me lancé al suelo. -¡Cómo quieres que me calme! -sujeté el cuello de su polera y le tiré junto a mí- ¡Toda esta mierda es tu culpa! -Hermana, no es su culpa. -exclamó abrazándome- -No... Es mi culpa -susurré para volver a ladrar, mientras las lágrimas de derramaban por mis mejillas- ¡Maldita Viuda! ¡Maldita mi vida! ¡Maldito el día que lo conocí! ¡Maldito el día en que lo dejé vivir! ¡Maldito el día en que me enamoré de Liam Payne!