Planeaban matar a Lauren.
¿Los he escuchado correctamente?
Pero, ¿por qué querrían a su hermana muerta?
Algo no calzaba.
Me quedé escondida dentro del armario mientras Dayana revisaba la habitación. Podía ver sus zapatos de tacón verde brillante desde una pequeña abertura.
Ella se movía por la habitación, pude escuchar el movimiento.
No me moví ni un centímetro, mi respiración se había vuelto pesada.
Presioné mi mano a mi boca.
Estaba casada con esta familia, e incluso si me hubiera sentido obligada al principio, acepté mi destino por Lauren, porque la amaba, pero no tenía la intención de vivir toda mi vida escondiéndome de ellos, que se suponía que eran mi familia ahora.
Sí, yo era parte de esta familia jodida.
Era la amarga verdad.
Donovan siguió a Dayana a la habitación y hablaron en voz baja mirando a su alrededor en la habitación a oscuras.
En ese momento, mi espalda golpeó la pared de madera y algo detrás de mí se movió.
Meeeoowww
La gorda gata del Himalaya, Lulu, saltó de un estante superior y fue a las piernas de Dayana.
- Aw, entonces eras tú quien estaba haciendo esos ruidos - Dayana tomó al gato en sus brazos. - ¿Tienes hambre, bebé? - ella arrulló.
Afortunadamente, decidieron que el gato estaba haciendo el alboroto y salieron de la habitación, cerrando la puerta detrás de ellos.
Me quedé allí unos minutos por si todavía estaban allí escuchando contra la puerta, no quería meterme en líos.
Si Donovan y Dayana querían planear el asesinato de Lauren, ¿por qué serían tan descuidados y dejarían la puerta abierta?
Habían un montón de sirvientes en la casa que escuchaban a escondidas y la noticia ciertamente se difundiría.
A menos que... Ellos estuvieran tratando de provocarme con eso.
Empujé un poco los paneles del armario interior y noté un pequeño espacio entre ellos.
Lo presioné más fuerte y todo se vino abajo.
Me quedé mirando un túnel, muy similar al que había estado antes. Esta mansión tenía muchos túneles y pasillos secretos, por lo que no debería haberme sorprendido, pero algo en este pasadizo oscuro no tenía sentido.
La entrada era a través del viejo armario que, honestamente, se veía fuera de lugar en la amplia habitación. Habían muebles viejos esparcidos por la habitación, algunas sillas antiguas, mesas talladas en madera cara y una cama con dosel digna de un rey.
La habitación estaba bien mantenida y el personal de la casa la quitaba el polvo y la limpiaba, por lo que si una persona se topaba con esta habitación, no adivinaría que los paneles internos del armario conducían a alguna parte. Se suponía que debía parecerse a cualquier otro mueble antiguo.
Las habitaciones o pasajes secretos estaban ocultos a plena vista.
Salí del armario y salí al estrecho y lúgubre pasillo que estaba completamente oscuro. Con manos temblorosas, saqué mi teléfono y usé su linterna para navegar a través de él.
Una sensación inquietante se apoderó de mi piel.
Era consciente de que estaba cometiendo el mismo gran error que había cometido antes al caminar directamente hacia un territorio peligroso. Si hubiera sido más inteligente, debería haberme dado la vuelta y caminar hacia atrás como si no hubiera notado esto, pero no pude.
Tal vez fue la curiosidad que ardía como una llama dentro de mí que quería interpretar a Sherlock Holmes. O tal vez fue la emoción de profundizar en los secretos sucios de la familia.
El pasadizo se hacía cada vez más estrecho, la suciedad enmarañaba el suelo. Las paredes tenían una vez un bonito papel pintado que ahora se estaba poniendo amarillento y pelado. Ni siquiera adivinarías que este lugar estaba dentro de la mansión, estaba tan húmedo y sucio.
Al final del camino, había un tramo de escaleras empinadas.
Casi pierdo el equilibrio.
Me pregunté si uno de los antepasados de los Jauregui que hizo construir esto, quería que personas desprevenidas corrieran ciegamente por este pasaje y cayeran por estas escaleras, posiblemente rompiéndose el cuello y terminando muertas.
Cuando bajé las escaleras, encontré un extraño callejón sin salida.
Las escaleras acababan con una pared, nada después.
Los Jauregui estaban enfermos pero también eran bromistas.
Volví a subir y comencé a caminar hacia la entrada por la que venía.
Necesitaba volver a Lauren antes de que se diera cuenta de que me había ido. Por lo general, causaba estragos si no me encontraba.
Casi salía cuando en mi visión periférica vi un pequeño agujero en la pared.
No lo habría notado en la oscuridad si no hubiera estado tan alerta.
Miré a través de él.
Habían cuatro personas en la habitación, sentadas en una silla de madera, todas mirando en cuatro direcciones diferentes, de cara al círculo interior.
Hice un agujero en la pared y el cemento comenzó a caer, eso es todo lo que necesitaba para obtener una imagen más clara. La gente estaba atada y las sillas se mantenían en medio de grandes pentagramas rojos. Las paredes tenían símbolos similares pintados en ellas, cada pared representaba a la persona sentada frente a ella.
Ni siquiera eran personas.
Eran cuerpos muertos en descomposición, conservados como si aún estuvieran vivos.
Cada una de sus frentes estaba marcada con un símbolo.
No reconocí los otros cuerpos, pero conocía a uno de ellos: Ollie, el sirviente que Lauren había matado y yo la ayudé a enterrar. Alguien sabía lo que habíamos hecho y había desenterrado el cuerpo. El cuerpo al que le faltaba la cabeza porque Lauren la había destrozado.
La cabeza de Ollie fue reemplazada por la cabeza de una cabra, y estaba cosida sobre el torso del cuerpo.
Luché contra el impulso de vomitar mi desayuno.
Me sentí mal en la boca del estómago pero seguí mirando.
Se encendieron pequeñas velas en cada uno de los círculos.
¡Necesitaba irme ahora mismo!
Me aparté de la pared y salí en el armario. Todavía temblando, coloqué los paneles de madera hacia atrás y encajaron en su lugar.
* * *
No pude concentrarme en nada durante todo el día.
Seguí viendo esa horrible imagen de los cuatro cadáveres en un círculo, mirando fijamente hacia adelante.
A la hora de la cena, mi apetito se había acabado por completo, no podía comer las chuletas de cordero sin pensar en la cabeza de cabra cosida en el cuerpo de Ollie.
Donovan me miró con curiosidad pero no dijo una palabra.
Era difícil leer sus expresiones ya que había dominado el arte de mantener sus expresiones con cara de pocos amigos, Si sabía que había escuchado su conversación, no lo dejó ver.
Lo mismo con Dayana.
Hablaron en voz baja de negocios.
Taylor estaba ocupada llevándose la comida a la garganta como si fuera una prisionera fugitiva que acabara de descubrir comida de calidad.
Chris, como de costumbre, parecía aburrido y enviaba mensajes de texto debajo de la mesa.
- ¿Qué piensas, Cami? - Donovan me preguntó.
- Lo siento, no escuché lo que dijiste -
- Te pregunté si estarías interesada en estar en la próxima reunión de la junta de la empresa. Estamos comenzando nuestra nueva marca de maquillaje -
- ¿Qué haría yo en una reunión de la junta? -
Dayana se rió. - Eres la esposa de la hija mayor, Cami. Ahora eres una Jauregui. Dado que Lauren no puede participar en las reuniones de la junta, puedes tomar su asiento. Si creemos que eres capaz, incluso consideraré entregarte la marca. Eso es lo que Lauren habría querido de su esposa -
- Debe ser aburrido estar encerrada en la mansión, es una buena oportunidad para que aprendas las operaciones de la empresa - añadió Donovan.
Esto era demasiado para procesarlo.
¿Querían que me uniera a la junta de la empresa?
- Eso es mucha responsabilidad, pero suena genial -
Parecía demasiado bueno para ser verdad.
Pero al mirarlos a los dos, no pensé que me estuvieran dando la opción de rechazar su oferta.
Me querían a bordo.
Nadie en esta familia era perfecto.
A Donovan le gustaba ahogarse en botellas de licor y traía innumerables mujeres a casa.
Dayana era perfecta ante el ojo público, solo que no lo era. Traía a escondidas a los escorts masculinos a su habitación, a veces tres a la vez y estoy segura de que era una gran fiesta pervertida.
No era nadie a quien juzgar, los hermanos tenían gustos peculiares.
El otro día, había visto a uno de los otros chicos del establo, Allan de Texas que tenía un acento sureño que también era dulce y respetuoso, a diferencia de Ollie. Ahora, después de la medianoche, me quedé sin botellas de agua en el mini-refrigerador, así que bajé a la cocina yo misma. Y lo lamenté terriblemente.
Allan se estaba follando a Dayana, su vestido estaba recogido en la parte delantera, su trasero en el aire mientras él le daba lo que podría llamar una paliza y ella seguía gimiendo. Dayana podía follar con los sirvientes, los jardineros o cualquier otra persona por lo que me importaba.
Chris entró detrás de mí con AirPods en un oído, tomó una botella de café con leche frío y salió como si lo que estaba sucediendo en la despensa fuera normal.
Antes de acostarme, fui a la habitación de Chris. Él era la única persona en esta casa en la que confiaba aparte de Lauren. Y nos convertimos en grandes amigos a pesar de la diferencia de edad.
Llamé a su puerta.
- Chris, soy yo, Camila -
- Entra, Cami -
Entré a la habitación.
Rara vez visitaba el dormitorio de Chris.
Era una habitación típica de un adolescente. Tenía una exhibición de figuras de acción del piso al techo, una guitarra negra en la esquina, carteles de bandas de heavy metal en la pared, y los muebles eran de madera oscura, tallados y hechos a medida.
- No puedes decirle esto a nadie - le dije.
Cerró su libro y se volvió para mirarme.
- ¿Qué no le puedo decir a nadie? -
- Lo que voy a decirte -
Él asintió con la cabeza. - Tu secreto está a salvo conmigo -
Caminé por la habitación.
Sus ojos marrones brillaron mientras sonreía.
- Está bien, primero debes calmarte y decirme qué pasó -
Le expliqué lo que había oído decir a Donovan, planeando matar a Lauren, seguido del descubrimiento del pasaje secreto y los cuerpos en el pentagrama. Dejé fuera la parte donde me di cuenta de que uno de los cuerpos pertenecía a Ollie porque entonces tendría que explicar cómo Lauren lo había matado accidentalmente.
Chris me miró fijamente y luego se echó a reír. - Esa es una buena broma -
- No estoy bromeando, Chris. No habría venido a tu habitación ahora mismo si no hubiera hablado en serio -
- En primer lugar, Donovan probablemente solo esté jugando contigo. No mataría a Lauren. En segundo lugar, no hay forma de que mantengan los cuerpos en la casa. Si hay accidentes en la propiedad, se encargan de ellos. Los Jauregui sobresalen en encubrimientos. Nuestra familia tiene a los detectives y al departamento de policía bajo su control -
Odiaba cómo decía "nuestra" y me incluía en la familia.
Odiaba ser parte de esta jodida familia que llamaba accidentes a los asesinatos.
- ¡Donovan o Dayana están haciendo estos rituales satánicos! ¡Lo sé! -
Chris negó con la cabeza. - ¡Eso no es posible, Cami! ¡Deja de decir esa mierda! -
- Entonces, ¿cómo lo explicas? ¿Estás diciendo que me lo estoy inventando todo? -
Se pasó la mano por el cabello, mirando a la distancia, y luego la comprensión lo golpeó mientras se congelaba. Había un miedo puro y claro en sus ojos.
- El abuelo Hugh - Él susurró.
- ¿Qué hay de él? - yo pregunté.
- Él era el que solía practicar los rituales satánicos. Lauren no puede recordar una mierda, Taylor es demasiado joven para todo esto a menos que... - tragó saliva.
- ¿A menos qué? -
Sabía que no me iba a gustar la respuesta.
- A menos que el abuelo haya elegido a Donovan para llevar a cabo lo que comenzó, el recuento de muertos no se detendrá en cuatro -
Dio unos golpecitos con los dedos en el escritorio y estaba visiblemente temblando.
- Terminaremos muriendo, Cami. Cada uno de nosotros -
- ¿Cómo lo detenemos? -
Chris me miró directamente a los ojos.
- No podemos. Solo Lauren puede detenerlo, pero para eso, primero debemos hacer que recuerde -