A Aria no le agradaban las personas.
No sentía resentimiento, pero tampoco compasión hacia ellas, a sus ojos eran como simples hormigas trabajando para algo que no ellos mismos entendían.
Si Aria pudiera dañar a una persona, lo haría.
Si Tomura le pidiera algo, ella lo haría.
Con su propia voluntad tapa sus ojos con una tela, para no ver nada a su alrededor. Seguirá órdenes como si de un titere se tratara.
Su cabello es pelirrojo, el cual espera con ansias poder bañar en sangre de las personas que tanto desagrado le dan.
Sus ojos son negros, como una oscura noche donde nada se ve.
Aria no tiene familia, ni le interesa una. Solo seguirá órdenes, ya que es lo único que la mantiene con un propósito.
Aria no quiere vivir, pero tampoco va a morir.
Si Aria se describiera en una palabra, sería vacío.