Se encontraba completamente concentrado en lo hermoso que se veía el cielo nublado, le parecía hermoso. El ambiente era más que perfecto, pero sentía que algo hacía falta, no tardó en darse cuenta que era ese algo.
Giro la cabeza hacia la derecha, sintiendo un pequeño vacío. Rubén había faltado ese día a clases, no tenía idea de por qué, pero tenía planeado preguntarle a Miguel Ángel cuando llegase la hora de ir al club.
Respiro profundamente, antes de ponerse de pie. Siempre se la había pasaba solo estando en la azotea, no comprendía porque ahora deseaba la compañía de alguien al que apenas y conocía. Parecía que se había acostumbrado demasiado rápido a su compañía, lo que para ser honestos, le desagradaba un poco.
No le gustaba la idea de que uno de sus espacios favoritos se sintieran tan solitario a causa de la falta de una persona, eso lo hacía sentir dependiente a alguien. Odiaba sentirse dependiente.
—Empiezo a entender porque te gusta estar tanto tiempo aquí —escucho una voz a sus espaldas, que logro sacarlo de sus pensamientos. Era Borja, quien se abrazaba a sí mismo—. ¿No sientes frío? Esta helando.
Raúl no le respondió, estaba muy ocupado sumiendose en su tristeza como para prestarle atención a una persona que lograba ponerlo alegre.
—¿Otra vez intentando estar deprimido? —preguntó el más alto, acercándose a Raúl, quien gruño en respuesta— ¿Ahora por qué quieres estar triste?
—Me siento solo, es todo —se limitó a responder. Sabía que si seguía hablando, Luzu le daría muy buenos consejos que lo sacarían de ese estado, pero como en esos momentos quería estar deprimido; Se limito a decir lo menos posible.
—Ya, ya, es porque Rubén no vino hoy —aseguró, antes de darle un par de palmaditas a Raúl en la espalda, haciendo que esté se sorprendiera un poco, pues siempre lograba dar en el clavo.
—Lo traje aquí un par de veces y ahora siento que está puta azotea ya no es lo mismo —decidió hablar con la verdad. Obviamente no sería capaz de engañar a Borja.
—Así es el amor, amigo mío, cuando esa persona te hace falta te sientes algo vacío, pero recuerda, apesar de que Rubén se irá a Noruega en Diciembre, no debes deprimirte. Solo es el primer amor, vendrán muchos más —su mano seguía dándole pequeñas palmadas a Raúl, pero este rápidamente apartó su mano, mientras lo miraba con una expresión de completa sorpresa.
Borja se confundió un poco después de que el contrario se apartará así, pero justo cuando iba a quejarse, Raúl hablo.
—¡¿Cómo que se irá a Noruega?! —cuestionó rápidamente. Él no tenía idea de eso, es más, quería pensar que Borja solo estaba bromeando, pero no le costó ni un segundo como para caer en cuenta que su amigo no hacía esa clase de bromas— ¿Quién te dijo eso?
—Samuel y Willy, creyeron que faltó hoy porque tal vez adelantaría su viaje, pero fue porque se desvelo jugando —respondió, con ambas manos a la altura de los hombros y dando un par de pasos hacia atrás, como si Raúl lo estuviese apuntando con un arma y él quisiera mostrar que no piensa poner resistencia.
Raúl aventó su pequeña tristeza por la azotea, ahora sí que estaba molesto. Todo ese tiempo Rubén le estuvo diciendo que deseaba ser su amigo y un montón de chorradas de ese tipo, pero ahora, ya que al fin le había tomado cariño; Se fuese a vivir a otro país y ni siquiera se lo hubiera dicho.
—¿A dónde vas? —preguntó Borja, llendo detrás de él. Podía notar toda la molestia que su amigo iba arrastrando— ¡Sea lo que sea que hagas, no cometas una locura!
Trato de seguirle el paso, pero tal parecía que Raúl se había teletransportado, pues al bajar las escaleras no lo vio por ningún lado.
Quería pensar que Raúl solo iría a algún rincón del instituto, donde se quejaría de todo en voz alta, pero no podía engañarse de esa manera. Lo conocía bien, sabía perfectamente que haría algo que fácilmente le aseguraría un lugar en la correccional de menores.
(...)
—Mi amigo y yo no queremos perder nuestro puto tiempo. Habla ahora —le ordenó Jordi, con tono amenazante y un tono de voz mucho más grabé— ¿Cuando exactamente va a largarse tu amigo friki?
—¡N-no lo sé! ¡Aún no me dice, se los juro! —respondió Miguel Ángel, estando con los ojos, pies y manos vendados, mientras se encontraba tirado en una esquina de el armario donde el conserje guardaba las cosas de limpieza.
—¿Nos crees putos retrasados? ¿Crees que no sabemos que eres su mejor amigo? —cuestinó Jaume, sintiéndose como todo un maleante— Más te vale que no te tomes esto a juego, gafitas, que vamos muy enserio.
Raúl les dio una señal con la mano para que dejasen de gritarle al pobre adolescente tirado, tampoco quería que le hicieran daño. Solo quería información.
—Pregúntale cuántas personas además de él saben que Rubén se irá a Noruega —le pidió en voz baja a Jordi, quien pateó la pared para sentirse más intimidante antes de hacerle la pregunta a Mangel.
—C-creo que lo saben todos los chicos del teatro —contestó con algo de dificultad. No tenía idea de cómo había terminado en esa situación, solo recordaba pasar tranquilamente por un pasillo y de pronto le pusieron un pañuelo en los ojos, antes de amarrarlo.
—¿Crees o estás seguro? —preguntó Jaume, antes de acercarse al oído de su víctima y decir con una voz mucho más baja:— ¿Crees o estás putas seguro?
—¡Ay no sé! ¿Yo que voy a saber? Si supera que me iban a secuestrar para sacarme esa información le hubiera prestado atención, pero no es algo en lo que uno piense cuando tu amigo te cuenta algo —soltó casi al borde del llanto, prometiendo internamente que si lograba salir de ahí sería una mejor persona.
—Saque su móvil —les ordenó Raúl.
—¡Al menos déjenme la memoria del móvil! Ahí tengo las fotos de mi Jony cuando era un bebé —pidió Migel Angel, cuando sintió como le sacaban el teléfono de su bolsillo. Prefería que le dieran la golpiza de su vida a perder todas las imágenes de su gato conforme esté iba creciendo.
—Te lo dejaré intacto si olvidas que todo esto pasó —propuso Raúl, quien solo ordenó que le quitarán su teléfono móvil para tener un extra con que chantajearlo.
—Si, si, si. Esto nunca paso, jamás paso —respondió con una velocidad impresionante, a la par que asentía con la cabeza repetidas veces.
—El conserje pasara por aquí en cinco minutos para que te saque de aquí —le informó Raúl a Miguel Ángel, quien ya había tomado asiento en una esquina del pequeño cuarto—. Si dices algo, Jony no volverá a ver la luz del día, porque le robaré todos sus juguetes y estará demasiado deprimido como para si quiera levantarse.
Migel Angel solo asintió con la cabeza, le había quedado muy en claro que no debía decir ni una sola palabra de lo acontecido si no quería que su pobre y dulce Jony se viera afectado.
Por otro lado, Jaume y Jordi se sentían como unos maleantes, tenían la adrenalina hasta al tope, y no paraban de decir que si no fueran chavales de bien fácilmente podrían ser mafiosos.
Raúl no les presto mucha atención, pues estaba demasiado sumido en sus pensamientos. Definitivamente no tenía ganas de volver a dirigirle la mirada a Rubén Doblas, solo le quedaba esperar a que ese horrible ser se largará del país, y listo, ni siquiera tendría porqué recordarlo, todo volvería a la normalidad.
—Entendemos si te sientes algo triste porque tu novio se va, pero venga macho, la vida sigue —fue lo único que le dijo Jordi, antes de salir corriendo camino al aula donde sería su próxima clase.
Ay gente, ya me conocen, bien saben que le pongo te sentimental cada que los finales de acercan ｡:ﾟ(;´∩';)ﾟ:｡
*Aclaraciónes*
-Luzu nunca acompaño a Raúl a la azotea porqué no hay asientos y no le gusta sentarse en el suelo lleno de polvo umu
-Raúl le pago a Jaume y Jordi con su almuerzo para que hicieran el trabajo sucio por él :^
-Al final Malgel hizo mierda los pañuelos con los que lo amarraron para salir del armario ya que el conserje nunca llegó
Les dije que no tardaría en actualizar, ¿Ven que soy una greñuda de palabra? uwú 💜