Tienes que ser tú (TQST Libro...

By Zara_Black

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― Así que dime, ¿Qué te ha motivado para correr desnudo por mi instituto?―preguntó el director, Jose tragó sa... More

Introducción
Capitulo 1.Un nuevo comienzo
Capitulo 3.En la biblioteca
Capitulo 4.Una muy mala idea
Capitulo 5.La feria
Capitulo 6. Dafne y Ann
Capitulo 7. El ascensor
Capitulo 8. Claustrofobia
Capitulo 9. La casa del terror I
Capitulo 10. La casa del terror II
Capitulo 11. Investigando
Capitulo 12. Maldita Bel
Capitulo 13. El partido de los jefes
Capitulo 14. Un acto heroico.
Capitulo 15.El atrapa-rayos
Capitulo 16. Bajo la lluvia
Capitulo 17. El trato
Capitulo 18. Una cita desastrosa
Capitulo 19.Sucesos inesperados
Capitulo 20. Algo obvio para todos.
Capitulo 21. Nuevos problemas
Capitulo 22. Un día explosivo
Capitulo 23. Conversaciones
Capitulo 24. Los jefes de Quevedo
Capitulo 25. Navidades en el hospital
Capitulo 26. El Parque Lorca
Capitulo 27. Me gustas, ¡mierda!
Capitulo 28. ¿Celosa?
Capitulo 29. Llamadas teléfonicas
Capitulo 30. Valentin's Day
Capitulo 31.Nuestro pasado en común
Capitulo 32. Son cosas del amor..
Capitulo 33. Dan y Sonia (1º parte)
Capitulo 34. Dan y Sonia (2º parte)
Capitulo 35. Te protegeré.
Capitulo 36. No me odies por favor
Capitulo 37. Las cosas claras
Capitulo 38. El plan de Evan
Capitulo 39.¿Correr desnudo? ¡Ni loco!
Capitulo 40. Nuestro final feliz
Saga TQST y retirada de wattpad
Disponible en librerías a partir del 13 DICIEMBRE 2018

Capitulo 2.La alarma de incendios

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By Zara_Black

Jose se bajó del autobús y se dirigió hacia el instituto caminando con pesadumbre. A pesar de llevar ya tres semanas en ese lugar, seguía sin ser de su agrado por mucho que sus dos amigos se empeñasen en decir que este instituto era muchísimo más entretenido que su viejo instituto. Si bien sus dos amigos tenían razón, porque no había día en el que no sucediese algo, extrañaba en cierto modo la tranquilidad de su anterior instituto al igual que también extrañaba a sus antiguos compañeros.

En la entrada se encontró con Evan apoyado en el muro como ya iba siendo habitual, lo saludó con un leve movimiento de cabeza, el pelinegro sonrió y espero a que llegase a su lado.

—¿Qué crees que se estarán lanzando hoy los tenistas? ―preguntó Evan divertido, Jose se encogió de hombros. 

Pero la duda de Evan quedó resuelta al atravesar los muros, "los tenistas" como los había nombrado Cris eran dos grupos de chicos y alguna que otra chica que se dedicaban a lanzarse todo tipo de objetos por las mañanas. Normalmente el grupo de la derecha era el que comenzaba la batalla aunque el otro grupo siempre devolvía lo que los primeros les lanzaban, así que pasaban un buen rato tirándose cosas los unos a los otros –como en un partido de tenis- hasta que el profesor salía y les echaba la bronca. Curiosamente, nunca los había visto hacer eso en ningún recreo.

—Vaya, esto es nuevo. ―dijo Evan divertido haciendo que Jose prestase atención a los tenistas.        

Al contrario que otros días en los que se lanzaban bolas de papel en llamas, globos de agua, globos con pintura y excrementos de perros en bolsas; hoy habían decidido lanzarse raquetas de tenis y de bádminton.

—¿De dónde crees que las han sacado? ―preguntó Jose a Evan mientras entraban al edificio, por fuera ya se podían escuchar los gritos del profesor; Jose volteó con curiosidad y vio como el profesor cogió una de las raquetas de bádminton y se puso a darles golpes en la cabeza con ella a los que pillaba mientras el resto huía al interior del instituto.

— A saber. ―comentó Evan pasándose los brazos por detrás de la nuca, una vez que llegaron a clase se encontraron a Cris sentado en su sitio y con los apuntes de matemáticas por fuera.

—Buenos días. ―los saludó mientras ellos tomaban asiento, Jose depositó sus cosas sobre el pupitre y comenzó a sacar el material que iba a necesitar en la primera hora. Una vez que lo tuvo todo por fuera se giró hacia sus amigos, Evan y Cris comentaban el partido de ayer y dado que cada uno era de un equipo no conseguían ponerse de acuerdo. De hecho, parecía que cada uno había visto un partido diferente.

 Miró el reloj, aún quedaban unos minutos hasta que sonase el timbre que daba comienzo a las clases. Bostezó y apoyó la cara en la mano derecha, aún apoyado se giró hacia los pupitres que estaban al lado de las ventanas; allí estaba Nora leyendo como siempre. No la había encontrado en ninguna de las fotos, por lo que él tenía razón y no la conocía; pero eso no había cambiado nada. Lo ignoraba cada vez que lo veía y cuando él y sus amigos pasaban los recreos con su grupo de amigas ella desaparecía. Evan y Cris le habían dicho que lo dejara pasar, pero claro, a ellos no les habían golpeado con un libro, les habían insultado y les estaba haciendo el vacío una chica a la que no habían visto nunca.

 Suspiró resignado, captando sin querer la atención de sus dos amigos que dejaron de discutir sobre quién era mejor portero y lo observaron atentamente.

 —Al final te vas a enamorar de ella.―dijo Evan con sorna, Jose se giró hacia él y lo fulminó con la mirada.

—No digas estupideces, es sólo que no entiendo que tiene con nosotros.―contestó Jose, Evan y Cris intercambiaron miradas cómplices.

—Dirás contigo, que yo sepa con Cris y conmigo no tiene problemas.―corrigió Evan divertido, Jose abrió la boca para protestar pero el timbre lo acalló, dejaría esa discusión para después.

 El profesor, un hombre de unos cuarenta y algo entro a los pocos segundos de que el timbre dejase de sonar. Comenzó a explicar lo siguiente que les tocaba según el temario a la vez que escribía fórmulas en la pizarra. Cuando el timbre volvió a sonar, el profesor colocó la tiza sobre la pizarra, recogió sus cosas y se marchó. Nada más salir por la puerta, los alumnos comenzaron a levantarse y a salir de la clase para ir a saludar a los de las clases contiguas, además como ahora tenían filosofía podían relajarse ya que ese profesor tardaba un buen rato en llegar y siempre se excusaba diciendo que se había perdido por los pasillos.

Jose guardó los apuntes de matemáticas y sacó el libro de filosofía, luego se recostó sobre él y miró hacia Cris, su amigo se había puesto a discutir con Evan de nuevo sobre el partido de anoche. Bostezó aburrido, él no lo pudo ver ya que su padre se empeñó en ver un programa de jardinería, menos mal que en menos de una semana volvía a ponerse a trabajar porque si no lo volvería loco.

—¿Queréis dejarlo ya? ―Jose se levantó y se estiró hacia atrás, sus dos amigos lo miraron y siguieron discutiendo.

 Irritado, se puso en pie y se asomo por la puerta, en el pasillo había bastante escándalo ya que estaban haciendo una competición para ver quien llegaba antes al final del pasillo con dos sillas a las que habían puesto ruedas; por ahora iba ganando Sonia. ¡Sonia! ¿Qué hacia ella ahí fuera? Ni siquiera la había visto salir. Siguió el transcurso de la carrera viendo como la pelirroja se hacía con la victoria al final y era llevada por otros estudiantes en brazos a la salida mientras ella lanzaba besos al aire.

— ¿Quieres probar? ―preguntó Sonia cuando estuvo a su lado, él se negó en rotundo. ―Aburrido.

Tras esto la muchacha entró en clase mientras tarareaba "We are the champions"; él volvió a mirar al pasillo y vio como los que estaba compitiendo tuvieron que parar de golpe y coger las sillas en brazos antes de salir corriendo devuelta a sus aulas. No era difícil saber que los profesores ya estaban subiendo, él hizo lo apropiado y entró también en clase.

Sin embargo, su profesor tardó otros diez minutos más en llegar. Cuando apareció se le notaba cansado, ya que como las otras veces tuvo que correr para llegar al aula, una vez que entró depositó sus objetos sobre la mesa y se sentó para tratar de respirar con normalidad.

 — ¿Hoy también se ha perdido? ―preguntó Sonia, el profesor negó con la cabeza.

— No, hoy estuve ayudando a la chica de secretaria a hacer fotocopias. ―aclaró el profesor, luego abrió el libro y tosió para aclararse la voz. ―Id todos a la página veinte.

—¿Ayudando? ¿Este hombre cree que somos tontos? ―murmuró Evan a Jose, echándose ambos chicos a reír, sin embargo se callaron de repente al oír la alarma de incendios.

 El profesor suspiró y cerró el libro.

—Ya estaban tardando, han sido tres semanas ¿verdad? ―preguntó el profesor, Sonia le gritó que sí. ―¡Vaya eso ha sido todo un record!

 El profesor sonrió y caminó hacia la puerta, se asomo y luego volvió a meter la cabeza.

—Bueno, ya sabéis que hay que hacer. ¡En marcha!―exclamó el profesor felizmente, Jose miró a Cris y éste se encogió de hombros.

—Lo mejor es seguir a los demás.―propuso Cris poniéndose en pie al igual que el resto de sus compañeros.

 En su anterior instituto nunca habían hecho un simulacro de incendios así que no tenía muy claro que era lo que debía hacer. Se colocó tras Cris y siguieron al resto de sus compañeros de clase que hablaban animadamente mientras salían en fila de dos en dos. Al salir de su clase se dio cuenta que las otras clases estaban haciendo lo mismo, de todas las aulas salían estudiantes hablando animadamente y algunos incluso se habían puesto a comer. Su profesor se quedó con la profesora de la clase de al lado hasta que salieron todos de la clase, una vez que estuvieron todos los alumnos fuera cerraron las puertas e indicaron a los alumnos que bajasen.

 —Qué emoción, nunca antes había hecho un simulacro de incendios. ―dijo Evan con ilusión mientras aplaudía.

—Esto no es un simulacro. ―contestó Helena con dulzura; Helena era una de las amigas de Sonia y Nora, era la chica rubia que le había presentado Evan el primer día de clase. Era una chica bastante dulce y tierna, siempre hablando con amabilidad aunque algunas veces era un poco mandona. Poseía una larga melena rubia que contrastaba con unos pequeños ojos marrones pero lo que más llamaba la atención de ella eran las pecas que tenía dispersas por toda la cara y que le daban un aspecto de niña pequeña.

—¿Entonces hay un incendio de verdad? ―preguntó Evan asustado bajando las escaleras más rápidamente, Helena negó con la cabeza.

Una vez que llegaron al patio del colegio se encontraron varias clases que también habían sido evacuadas, muchos de esos alumnos había formado círculos donde jugaban a las cartas, otros estaba durmiendo unos sobre otros, y el resto estaba sentado en el suelo hablando animadamente. Su profesor les indicó que se sentaran cerca de la portería mientras él se fue junto con el resto de profesores que estaban señalando hacia la zona este del edificio; Jose se giró hacia el instituto y vio como más profesores salían del edificio con sus respectivas clases, pero no divisó nada de humo ni de fuego. Al darse la vuelta chocó con Evan que ya estaba sentado en el suelo, por lo que se sentó al lado de su amigo.

 — Si no hay un incendio ni es un simulacro, ¿qué es lo que pasa? ―preguntó Cris a Helena, ella sonrió.

—¿Y qué quiso decir el profesor con que "ya estaban tardando"? ―recordó Jose

—Es que hay alguien que hace saltar las alarmas, normalmente es a la semana de empezar las clases y luego una vez al mes. ―explicó Bel tomando asiento al lado de Helena.

 Bel era una chica bastante bajita con un largo pelo negro ondulado. Tenía los ojos azules pero tan oscuros que tardaron más de una semana en darse cuenta de que eran de ese color. Era muy extrovertida y habladora, de hecho hablaba hasta por los codos y casi todo el tiempo contaba anécdotas de todo tipo y unos chistes muy malos.

 — Normalmente la alarma salta los viernes aunque puede variar, me acuerdo que el año pasado sonó en la misma semana el martes y el miércoles justo antes de que tuviéramos un examen, al final tuvimos que posponerlo para otro día. ―contó Bel alegremente.

—Pero si los profesores saben que son alarmas falsas, ¿por qué no hacen caso omiso y siguen dando la clase?―preguntó Cris interesado

—Según la normativa si la alarma suena deben evacuarnos por si acaso.―Helena se acarició el pelo y se sacudió la falda.

—Sí, pero aparte de eso hace dos años no nos evacuaron en uno de los avisos y la siguiente vez que sonó la alarma el aula de química ardía de verdad. ¿Te acuerdas de la cara del director? Casi le da un infarto. ―contó Bel mientras se reía a carcajadas, Helena tapó su boca con la mano para esconder su risa. ―Ese día fue un completo desastre, todo el mundo corriendo de un lado a otro gritando.

—Eso fue culpa de Triz, a quien se le ocurre coger el micrófono y se ponerse a gritar por los altavoces que íbamos a morir todos y que corriéramos por nuestras vidas.―habló Sonia que se apoyó sobre Bel y luego se sentó sobre ella, la pelinegra la apartó de un empujón por lo que acabó sentándose en el suelo; Nora que estaba de pie a su lado, se sentó a regañadientes y se puso a leer su libro.

—¿Y no sabéis quien es el que provoca que la alarma suene?―preguntó Jose a las tres chicas pero fijando sus ojos en cierta morena que lo ignoraba.

—Pues claro, es un secreto a voces pero nadie va a delatarlas. ―dijo Bel con felicidad ganándose una mirada de reproche por parte de Sonia y Nora.

—¿Delatarlas? ¿Son chicas? ―preguntó Evan apoyando los brazos en sus rodillas y mirando con interés hacia Bel, ella se sonrojó y se mordió el labio con nervios.

—¿Y el director sospecha quiénes son? ―preguntó Cris tratando de ayudar a Bel, ya que al parecer la chica había errado al revelar el género de los gamberros.

—Creo que sí, pero no tiene pruebas y como ya ha dicho Bel nadie va decir quiénes son. Dan demasiado miedo.―contestó Helena

—Más bien diría que a nadie le interesa decir quiénes son, entre lo que tardamos en salir, ellos en comprobar que es lo que hizo saltar la alarma y volver a entrar perdemos quince minutos de clase.―Sonia se apoyó sobre la espalda de Nora y se puso a mirar al cielo, la morena por su parte cerró el libro y rodeó sus rodillas con sus brazos. Levantó la mirada cruzándose con la de Jose, pero enseguida miró hacia otro lado enfadada; Jose por su parte hizo lo mismo.―¿No faltan clases?

 Ante el comentario de Sonia, los presentes se pusieron a mirar a su alrededor dándose cuenta de que lo que la chica decía era cierto, a pesar de que eran bastantes los que estaban allí, aún faltaban clases por salir.

—Habrán salido por la entrada principal, los antidisturbios se lo deben estar pasando en grande. ―sugirió Bel por lo que Sonia asintió y se puso a silbar.

—¡Ahí está! ―exclamó Sonia poniéndose en pie de golpe para luego ayudar a Nora a incorporarse. Jose miró a la chica sin comprender pero fue entonces cuando escuchó el sonido la alarma que indicaba el inicio de las clases; a su alrededor todos comenzaron a levantarse por  lo que él también se incorporó.

 Su profesor al igual que el resto se dirigió hacia su clase y les indicó que debían ponerse en fila. Poco a poco el patio se fue vaciando y cuando ya quedaban otras tres clases su clase comenzó a moverse, una vez en aula el profesor espero a que se sentasen en sus sitios antes de coger el libro y comenzar la clase donde la había dejado antes del incidente.

 —¡Nos vemos mañana chicos y chicas! ―exclamó el profesor una vez que sonó el timbre que indicaba el final de la clase, luego recogió sus cosas con rapidez y salió corriendo.

 Nada más salir de clase entró Belinda Blanco, su tutora y profesora de historia. Jose hizo una mueca de desagrado a Evan y ambos sacaron sus libros de historia. Como ya había demostrado el día de la presentación, Belinda era muy estricta y severa. Sacó el listado como hacia todos los días y empezó a pasar lista.

 Una vez que terminó de pasar la lista de asistencias sacó una nueva lista y se aclaró la garganta antes de empezar a hablar.

—Buenos días. Como sé que tenéis mucho tiempo libre he decidido mandaros un trabajo, os he dividido en grupos de dos personas, un chico y una chica; él trabajo consiste en hacer un resumen de diez páginas sobre la historia del país que os he asignado. ¿Alguna duda? ―preguntó Belinda mirando hacia la clase, pero nadie dijo nada. ―Muy bien; Iván con Bel, Suecia.

 Jose se apoyó en el respaldar de la silla expectante, tenía miedo de con quién le pudiese tocar, al fin y al cabo apenas conocía a las chicas de esa clase y la mayoría daba miedo. Jose al escuchar el nombre de Evan miró a su amigo y luego hacia la chica que le habían asignado, era una de las chicas góticas que se sentaban al fondo. Su amigo tragó saliva nervioso y él le dio una palmadita en la espalda.

— Jose con Nora; Francia.

Jose miró de reojo hacia Nora y vio como ésta suspiraba resignada y se ponía a mirar por la ventana. Evan comenzó a reírse y él lo fulminó con la mirada. Una vez que la profesora terminó de decir las parejas abrió el libro y se puso a explicar. Jose trató de concentrarse en lo que la profesora hablaba, pero le fue imposible.

—¿Sonia? ―preguntó la profesora sacando a Jose de su ensimismamiento.

—¿El trabajo cuando hay que entregarlo?―preguntó la chica con voz seria e intentando parecer agradable.

—Dentro de una semana, ¿algo más?―inquirió Belinda, los alumnos se miraron unos a otros por lo que ella recogió sus cosas y se marchó.

—¡Esa mujer está loca! "Como sé que tenéis mucho tiempo libre" y ¡un cuerno! ―protestaba Sonia encima de su silla mientras imitaba a la profesora, varios alumnos la aplaudieron y ella de un salto volvió al suelo.―Y encima me toca Inglaterra, como si la historia de Inglaterra fuese pequeña.

—Al menos tú país tiene historia, a mí me tocó Suecia. ¿Quién conoce la historia de Suecia? Seguro que no existen ni libros. ―se quejó Bel caminando hacia la puerta seguida de Helena.

—Bueno no será para tanto. ―trató de calmar Cris a las dos chicas, pero ellas sólo se giraron hacia él le enseñaron la lengua y siguieron caminando cogidas de las manos.

—Vaya veo que has aprendido que debes traerte la comida.―murmuró Helena al ver a Evan cargar un bocadillo envuelto en papel de aluminio.

—Si, conseguir comida en la cafetería es demasiado peligroso.―dijo Evan mientras caminaba con Helena, ambos iban seguidos de Nora y Jose que iban caminando en silencio sin mirarse.

 Evan tenía razón, durante los tres primeros días intentaron comprar un bocadillo en la cafetería pero no consiguieron sino llevarse empujones, mordiscos, codazos y que les metieran mano hasta los lugares más insospechados. Además después de que Evan pisase a un chico sin querer y éste sacase una cadena y empezase a ahorcarlo con ella a modo de venganza no los alentaba a volver a entrar allí. Por lo que habían decidido llevarse la comida hecha desde casa, al igual que otros muchos estudiantes evitando así los problemas.

 Cuando llegaron al patio se encontraron a Sonia y Bel criticando a la profesora de historia mientras Cris se comía tranquilamente su bocadillo sentado en el banco. En cuanto Sonia vio a Nora saltó hacia ella y la agarró de la mano arrastrándola hacia la cafetería.

 —¡Traedme un bocadillo de pollo!―chilló Bel a la vez que se sentaba en el banco al lado de Evan.

—¿Cómo lo hacen para conseguir comida?―preguntó Cris con curiosidad, Evan asintió y Jose miró hacia Bel esperando una respuesta.

 La verdad es que si Evan se salvó de morir asfixiado fue porque Sonia apareció y le pegó una patada al chico en la espalda. Cuando éste se dio la vuelta y la vio murmuró algo que no entendió y se marchó. Después de eso, los tres estaban completamente seguros de que Sonia era una de las personas más peligrosas de ese lugar, así que lo mejor que les podía haber pasado era tenerla de su lado.

 —Digamos que ambas tienen contactos.―contestó Helena sacando un sándwich de su bolso.

—Sí, pero ellas son inofensivas; bueno al menos Nora, Sonia es un poco más bruta pero claro al ser la única chica de cinco hermanos es normal.―contó Bel mientras rechazaba un trozo de sándwich que le tendía Helena. ―¡Odio a la de historia, cómo quiere que en una semana investigue la historia de Suecia!

 Jose dejó de prestar atención a Bel y se concentró en su bocadillo, ¿qué clase de contactos podía tener Nora? No parecía una chica muy peligrosa y tampoco parecía que pudiese hacer amistades con facilidad, según lo que Evan y Cris le habían contado sobre ella era bastante tímida y casi no hablaba con nadie, como demostraba durante las horas de clase en las que prácticamente no tenía contacto con nadie. Las únicas excepciones eran sus amigas y tampoco es que la hubiese visto mantener una conversación muy larga con ninguna de ellas. Mordió su bocadillo con fuerza y arrancó un trozo, se fijó en que Evan y Bel mantenían una conversación bastante animada y su amigo no hacía sino sonreír. Si no se equivocaba, a Evan le estaba empezando a gustar esa chica.

 —¡Aquí tienes! ―exclamó Sonia lanzándole el bocadillo a Bel, ésta lo cogió al vuelo y comenzó a desenvolverlo. 

— ¿Y Nora?―preguntó Bel mientras masticaba un trozo, Sonia se sentó en el suelo como si fuese la jefa de una tribu india y abrió su paquete de patatas fritas.

—Está con Matt que también está quejándose de la profesora de historia, ¿queréis? ―ofreció Sonia enseñándoles a todos el paquete de patatas, ellos se negaron así que ella siguió comiendo.

—¿Cuándo empezamos a hacer el trabajo?―preguntó Cris a Sonia, ella lo miró con la boca llena y apoyó los codos sobre las rodillas.―Creo que cuanto antes lo empecemos, mejor ¿no?

—Podemos ir esta tarde a la biblioteca a ver los libros que hay. ―propuso Sonia a lo que Cris estuvo de acuerdo, luego se giró hacia Evan.―¡Buena suerte con la gótica!

—¡Calla, no me lo recuerdes! Que antes fui a hablar con ella y me dieron escalofríos.―dijo Evan mientras se abrazaba a sí mismo provocando las carcajadas de todos.

 El resto del recreo pasó entre risas con Evan quejándose una y otra vez de la mala suerte que había tenido y con Bel y Sonia ideando nuevas formas de tortura a las que someter a la profesora de historia. Una vez que el timbre sonó, recogieron sus cosas y caminaron hacia la clase; cuando Jose entró miró hacia la esquina donde se sentaba Nora esperando encontrarla sentada allí pero ella no estaba. Tomó asiento en su sitio, ¿dónde se había metido? Normalmente cuando ellos llegaban ella ya estaba allí sentada leyendo un libro. Suspiró, cuando llegase tenía que hablar con ella para ver cómo hacían el trabajo, sólo esperaba que no lo volviese a golpear con el libro. 

 Buscó a Evan y Cris con la mirada, aún seguían conversando con Sonia y las demás; sacó un par de folios y se puso a garabatear en ellos. La profesora de lengua entró y todos corrieron a sus asientos, Nora aún no llegaba.

—¿Dónde se ha metido?―murmuró Jose para sí mismo, Cris al escucharlo no pudo evitar sonreír.

— ¿Preocupado por Nora?―le preguntó Evan después de mirar hacia donde debía estar la chica y ver que no estaba.

— No digas tonterías, por mí como si se ha caído escaleras abajo y se ha roto el cuello.

 La profesora mandó a leer en voz alta un texto a Bel, sin embargo fue interrumpida cuando la puerta se abrió de golpe y tras lo que parecía ser una pequeña discusión Nora entró por la puerta después de que alguien le dieran un empujón, ella se quedó paralizada en mitad de la clase mientras todos la miraban expectantes.

 — ¡Culpa mía! ―exclamó la voz de un chico, estaba justo en el umbral de la puerta por lo que no se le podía ver. Nora se giró hacia él y lo fulminó con la mirada. ―No me mires así, te compraré un helado luego.

 Escuchó como Sonia y Bel comenzaron a reírse mientras Nora caminaba hacia su sitio con los brazos cruzados y algo sonrojada; Jose la siguió con la mirada intrigado por el aumento de color de las mejillas de la chica.

 —Sentimos haber interrumpido la clase, pero tuvimos que discutir unos asuntos con nuestras hermanas.―habló el chico de nuevo, la profesora ladeó la cabeza y asintió.―¡Entonces me voy antes de que me echen la bronca a mí también! ¡Hasta luego!

— Bel sigue leyendo.―pidió la profesora amablemente una vez que la puerta estuvo cerrada, la aludida siguió leyendo el texto.

 Jose miró disimuladamente hacia Nora, ella estaba intentando leer el texto que Bel leía pero al parecer no lo conseguía ya que Sonia estaba burlándose de ella por algún motivo, seguramente el que aún estuviese colorada. ¿Quién era ese chico? ¿Y qué relación tenía con ella? Y lo más importante, ¿por qué la profesora no le había dicho nada por interrumpir la clase?                   


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