No tuve mucho tiempo.
Unos días después de ese incidente, en la oscuridad de la noche, empaqué mi bolso rápidamente.
La ropa que había estado usando en la casa durante la semana pasada fue comprada por la familia, así que no podía llevarla conmigo. Aunque tuve la tentación de tomar los pocos vestidos que sabía que no podría pagar una vez que no tuviera este trabajo, pero no toqué esos conjuntos.
Ni siquiera había vivido el tiempo suficiente aquí para recibir mi primer cheque de pago.
Seguí diciéndome a mí misma que estaba bien porque mi objetivo final era sobrevivir a esto. La familia estaba jodidamente loca y yo ya no quería ser parte de esto.
Donovan sabía que lo que sucedió con Bárbara fue un asesinato, pero había optado por permanecer en silencio.
Estaba protegiendo a alguien y me estaba arrastrando con él.
Esta era una especie de conspiración familiar retorcida.
Alojarme en esta propiedad durante casi dos semanas me había enseñado sobre la mayoría de las salidas que tenía la mansión.
Las escaleras del cuarto de servicio eran la forma más fácil de salir de aquí.
La única pregunta era cómo iba a caminar por el patio sin que me vieran, y la peor parte iba a ser convencer a los guardias de que me dejaran pasar.
O... podría caminar por el bosque y encontrar el camino.
De cualquier manera, seguiría siendo un desafío.
Iba a volver al punto de partida, y qué tonto de mi parte pensar que este era el mejor trabajo que he tenido.
Por supuesto, hubo una trampa.
Siempre hay una trampa.
Había sido demasiado bueno para ser verdad.
Me miré en el espejo una vez antes de pasar mis dedos por mi cabello oscuro. Ni siquiera tuve tiempo de peinarme.
Luego, até los cordones de mis zapatillas y estaba lista para irme, pero mis pies no avanzaban, es como si el miedo me hubiera congelado en mi lugar.
¿A dónde iría?
¿Qué me esperaba en el futuro?
Me dije a mí misma que superaría esto como lo he hecho con cualquier otra situación.
Abrí la puerta de mi habitación y la cerré detrás de mí lentamente, asegurándome de no hacer ni el más mínimo sonido.
Caminé de puntillas por el pasillo hasta el primer piso y luego me dirigí a la cocina.
No tenía mucho dinero, pero al menos me vendría bien algo de comida de camino a ninguna parte.
Encontré jamón y queso en la nevera, así que me hice un sándwich rápido porque una chica debe mantener sus prioridades claras. Envolví el sándwich en una envoltura de sarán. También eché Dr. Pepper y una Coca-Cola en la bolsa.
Luego, ataqué la despensa y arrojé paquetes de maní salado, pretzels y papas fritas.
Me sentía culpable por robar tanta comida, pero no sabía cuánto tiempo iba a estar viviendo en las calles sin trabajo y sin ningún lugar a donde ir y no había ninguna posibilidad de que volviera a casa de mi tío.
Prefiero quedarme sin hogar que volver con ese monstruo.
Recordar el pasado me disgustó.
- "Hola, Camila, ¿recuerdas a Bruce? Le gustaría saludarte. Ahora sé una buena chica y cuida de Bruce por mí, ¿de acuerdo?" -
"Mi tío arrastraba las palabras cuando irrumpió en mi habitación esa noche. Miré hacia arriba para encontrar a Bruce mirándome lascivamente, y escuché el sonido de su cinturón moviéndose y supe lo que vendría después. El tío Mark le dijo sólo una hora y que esta vez le estaba haciendo un favor. Pronto terminaría..."
Me olvidé de todos esos pensamientos y salí de la cocina.
Había estudiado la ruta que solían tomar las sirvientas cuando entraban a sus habitaciones en un edificio anexo que también formaba parte de la mansión.
Encontré con éxito las escaleras que estaba buscando y me aseguré de que nadie me siguiera antes de seguir adelante.
Una vez que salí al patio, corrí hacia el bosque.
Ahora solo esperaba encontrar un camino que me llevara fuera de la propiedad de Jauregui.
Usé la linterna de mi teléfono para navegar por el espeso bosque. Y me esperaba otra sorpresa.
Caminé durante unos cuarenta minutos, ignorando los espeluznantes sonidos provenientes de las profundidades del bosque, mis piernas se habían vuelto plomizas pero ignoré el dolor y seguí adelante y cuando llegué al otro lado, no pude evitar que la decepción inundara mis emociones.
Un lago rodeaba la propiedad y una pequeña villa estaba justo al lado.
No podía dejar de maldecirme por la pura mala suerte que seguía agobándome.
Había más vegetación al otro lado del lago.
Dos botes pequeños y un yate se encontraban cerca del muelle, los botes parecían estar atados sin apretar con cuerdas gruesas.
Sería difícil para mí remar sola con los remos, pero no tenía otra opción.
Claro que podría regresar a la mansión y caminar hasta las puertas principales que me habrían llevado directamente a la estación de autobuses, pero como Donovan ya me había dicho antes, nadie salía de la propiedad de Jauregui sin su permiso, por lo que existía la posibilidad de que los guardias me detuvieran, y no podía arriesgarme a eso.
Tiré mi bolso al suelo y comencé a desenredar la cuerda atada al muelle cuando escuché un débil crujido detrás de mí, como el chasquido de una ramita.
Me di la vuelta rápidamente por miedo a que me atraparan, o peor aún, que me atacara un animal.
Lauren estaba a unos metros de mí.
Me pregunté si era un producto de mi imaginación, pero ese no fue el caso.
Realmente estaba parada aquí delante de mí, vistiendo una camiseta y pantalones de chándal con el pelo despeinado.
- ¿Qué estás haciendo aquí, Lauren? - pregunté bruscamente.
Me miró con esos ojos inocentes.
- ¿Me seguiste todo el camino desde la mansión? - intenté de nuevo.
- Se supone que no debes estar aquí. Te dejé en la cama -
A Lauren le gustaba pasear por la mansión en medio de la noche, y yo me aseguré a propósito de que se hubiera ido a la cama y había esperado una hora antes de escapar, pero nunca pensé que me seguiría fuera de la mansión, eso significaba que había estado siguiendo cuidadosamente mis pasos hasta ahora.
- Camz... - dijo en voz baja.
Caminé de regreso a donde estaba parada.
Lauren era mucho más grande que yo. Podía empujarme juguetonamente y probablemente me tirara al agua.
Extendí la mano y tomé sus manos entre las mías.
- No me dejes - susurró y me rompió por completo escucharla suplicar.
Sabía que me iba.
- Por favor, Camz... - sus manos se envolvieron alrededor de mi cintura y me tiró contra ella.
Me aparté para mirarla y, a la luz de la luna, sus ojos se veían un poco más intensos.
- Lauren, no puedo quedarme aquí, cariño, tengo que irme o alguien... - tragué, pero deseé que las palabras salieran. - O alguien me matará también, como Bárbara. Encontrarás otra niñera -
- Tú - dijo acusadoramente sacudiendo la cabeza vigorosamente. - Te quiero -
La intensidad de sus ojos y la profundidad de su voz habrían sugerido algo completamente diferente.
Sentí esta sensación extraña formándose dentro de mí al escucharla decir que necesitaba que me quedara.
Nadie me había necesitado antes.
Me sentí culpable por hacer esto; estar huyendo sin avisarle cuando me di cuenta de que a medida que pasaban los días, Lauren se había encariñado conmigo y no lo digo de ninguna manera romántica, le gustaba estar donde estaba, y me seguía por la casa. No me importaba mientras no me hiciera daño de ninguna manera. Me miraba tímidamente durante las comidas, me dejaba leerle libros, pasear juntas y eso me decía que disfrutaba inmensamente de mi compañía como amiga, alguien que podía entenderla más que nadie en su familia, así que la idea de irme era duro, pero era eso o morir.
Tomé su mandíbula, y sentí su agarre apretarse alrededor de mi cintura mientras sus dedos se clavaban en la tela de mi blusa, aferrándose a mí desesperadamente.
- Conseguiré ayuda del exterior. Le contaré a alguien sobre ti, pero no puedo quedarme aquí en la mansión, Lauren -
- Yo... - empezó a decir y las palabras se atascaron en su garganta como si no pudiera recordar lo que quería decir.
- Yo... -
- ¿Tú qué, cariño? -
- Voy contigo - dijo finalmente.
Negué con la cabeza.
- Esta es tu familia y tu casa. No puedes venir conmigo -
- NOOOOOOO... - grité y yo salté un poco hacia atrás. - Voy contigo -
Piensa, Camila, piensa.
¿Cómo podría llevarla conmigo?
Si Lauren me acompañaba, Donovan llamaría a la policía y harían una persecución para encontrarme.
Sabiendo lo inteligente que era Donovan, podría decirle a las autoridades que yo había secuestrado a su hermana. De cualquier manera, el hombre podría tergiversar la historia de la manera que creyera conveniente.
Lauren no podía venir conmigo.
Fin de la historia.
Eso también significaba que no podía irme hoy.
- Regresemos a la casa - sugerí, y cuando no se movió del lugar, agregué. - No iré a ningún lado -
Parecía contenta con eso.
Cogí mi bolsa de lona y me dirigí hacia el bosque.
Lauren caminaba de cerca detrás de mí.
Supongo que no confiaba en que yo no huiría de ella, así que mantuvo su mirada fija en mí.
El cielo oscuro se cubría con nubes grises a medida que se acercaban y el sonido de un trueno resonó dentro del bosque.
Era una señal de la inminente tormenta.
Cogí velocidad y corrí adelante a través del camino que las huellas de mis zapatos habían dejado atrás para que fuera más fácil saber a dónde iba.
Hasta que... Caí al suelo y estaba gritando a todo pulmón por el dolor que me recorría la pierna izquierda.
Sollozando en voz alta me atreví a mirar hacia abajo y vi que mi pierna estaba atrapada en una trampa, los bordes afilados se hundían en mi piel.
Lauren estaba de rodillas a mi lado tratando de abrir frenéticamente la trampa con sus propias manos, pero empeoró mucho el dolor.
Desde la distancia, escuché la voz familiar acercándose.
Donovan caminó hacia nosotras, llevaba un rifle de caza, y la expresión de su rostro era francamente malvada.