Lauren POV*
Normalmente, cuando suena la alarma por las mañanas automáticamente me estreso, me enfado, gruño...hoy era diferente. El sonido que provenía del teléfono me sacó la primera sonrisa del día y me hizo saltar de la cama en un visto y no visto.
Hoy veía a Camila. Me sentía como cuando un niño pequeño va a recibir sus regalos de navidad, y aunque apenas haga un día de la última vez que la vi, la extrañaba como si hubiera sido una vida entera...¡se me hizo eterno!
-Hola mamá – exclamé sonriente mientras entraba a la cocina y cogía una manzana verde: lo que solía desayunar.
-Lauren....aun falta casi una hora para que empiecen las clases, ¿por qué te levantaste hoy tan pronto? -Dijo ella, mirando atentamente al reloj que teníamos colgado en la pared.
-Quiero darle una sorpresa a Camila, hace un día que no la veo y...-Un gruñido procedente de ella me hizo interrumpir mis palabras, aunque debo admitir que me hizo reír - ¿¡Qué pasa!?
-La viste el otro día ¡no hagas tanto drama!
-Ay mamá – protesté, dándole la espalda – cuando sientas esto entonces lo comprenderás.
-Yo también estuve así con tu padre hija...-Su voz, que parecía tierna al recordarlo, me hizo girarme de nuevo hacia ella. Estaba mirando al techo con una mirada de enamorada – Mi madre me castigó el día del baile y yo me escapé por la ventana...bueno la verdad es que tu padre me suplicó que lo hiciera, pero no me arrepiento.
-Osea qué – Sonreí, apuntándole con mi dedo índice – Yo ahora estoy castigada, si me escapo no podrás decirme nada por que tu también lo hiciste de joven. - Ella rió, imitándome con lo del dedo.
-No lo vas a tener tan fácil jovencita...-Suspiró – esa noche fue la primera vez que hice el amor con alguien...- En seguida fruncí mi ceño al escucharlo.
-Mamá...estas son las típicas cosas que a una hija no le interesan para nada...-supliqué – es mas, de hecho, prefiero que ni me lo nombres.
-Lauren tu ya...¿lo hiciste? -Antes de que pudiera decir nada más, estiré mi mano hacia ella para que dejara de hablar.
-Okey, mi tiempo aquí ha terminado – Salí rápidamente de la cocina, aun así pude escuchar gritar a mi madre a lo lejos.
-¡Lauren, somos mejores amigas!
Una vez salí de casa, cambié la dirección de mi camino por completo y me dirigí hacia un horno que había en esa calle para comprarle a Camila un par de croissants y un batido de chocolate para desayunar, ya que el día anterior le avisé que se lo compraría yo.
Cuando llegué a su piso, le avisé de ello con un sms y ella me dijo que subiera a su casa, que aun no terminó de arreglarse. Justo cuando llegué al último escalón, ella corrió hacia mi y en unos segundos ya estaba abrazándome como si fuera una especie de koala.
-Te he traído algo para desayunar...-Dije contra su hombro mientras seguíamos con ese abrazo que tanto deseábamos.
-Gracias – Agradeció sonriente, dándome luego un pequeño beso en los labios. - No puedes imaginar lo mucho que te extrañé y ahora va a ser...
-¡Camila! ¿Quieres hacer el favor de entrar a cambiarte ya? No quiero que el director me vuelva a llamar quejándose de que llegas tarde mija – Escuchamos gritar a su madre desde dentro de casa.
Le obedecimos y su hija fue a cambiarse, yo, en cambio preferí quedarme a esperarla en la puerta pese a la insistencia de Sinu, no quería aguantar otra charla más de madres, sobretodo después de lo que me preguntó la mía.
Después de unos 15 minutos, Camz por fin salió de su casa. Intenté comenzar a bajar las escaleras, pero ella me lo impidió.
-Lauren, vayamos en el ascensor, quiero enseñarte una cosa – pidió.
Yo, como buena novia que soy obedecí y entré en aquel aparato. Noté como ella entraba detrás de mi y le daba rápidamente a un botón, pero no supe cual, ya que cuando intenté comprobarlo ella atacó mis labios, poniéndome contra el espejo que ahora tenía a mi espalda.
-Por lo que veo...tu también me extrañaste..-Susurré mientras separaba mis labios de los suyos lentamente.
-Si, lo hice...la última noche en Miami me hiciste que tuviera que hacerlo más de lo normal...-Ella sonrió seductoramente y empezó a trazar mi labio inferior con la punta de su lengua. Yo le dejé a esta entrar en mi boca, casi que desesperadamente. Podríamos haber seguido besándonos, pero la puerta del ascensor se abrió y una voz detrás de esta nos interrumpió.
-Camila...-Murmuró una señora mayor que al parecer la conocía.
-¡Señora Rose! - Gritó exageradamente, yo aproveché todo el ridículo que estaba haciendo ella sola para esconderme detrás de ella disimuladamente.
Mientras nosotras salíamos lentamente del ascensor, esa tal Rose entraba y parecía molesta con alguien que vio, lo podía decir por su mirada.
-¿Qué fue eso? - Pregunté curiosa cuando vi que ya se cerraba el ascensor con ella dentro.
-Esa chica es una chismosa...espero que no le diga nada a mi madre – Contestó ella, haciendo una mueca con sus labios que me hizo reír.
**
Llegamos varios minutos antes al instituto, ya que queríamos encontrarnos con Dinah, Ally y Normani para ponernos al día sin tener que esperar al almuerzo.
Aunque por fin estábamos juntas, era imposible estar del todo feliz. Llamadme egoísta, pero lo que más deseaba ahora era abrazarla y no podía...Las dos decidimos que sería mejor no darnos afectos de cariño en clase o en el instituto, ya que Austin, Britt o sus amigos podrían verlo. Aún así, me tomé el lujo de llevar mi mano en su cintura todo el tiempo, para así sentirla cerca.
-Así que, ¿pasasteis buenos ratos en Miami? - Insinuó Dinah con su ceja levantada levemente.
-Si, fuimos a ver un partido de baseball, a ver a mis amigas, a mi familia, por las noches nos quedábamos a ver películas y incluso fuimos a una fiesta – Comenté, evitando que la conversación tomara el ritmo que la polinesia pedía.
-Si, si, lo que tu digas – refunfuñó ella, moviendo sus manos alteradamente en el aire – haré como si no me hubiera dado cuenta de que has estado evitando el tema que realmente nos interesa.
-¿A qué te refieres? - preguntó curiosa la más bajita de todas nosotras, haciéndonos reír a carcajadas. Ally podía llegar a ser tan inocente a veces...
-Ella quería saber si tuvieron sexo en Miami, básicamente – respondió a sus dudas Normani, provocándole a Ally una cara de sorpresa.
-Obvio no lo hicieron, apenas acaban de empezar su relación, eso es algo muy personal, especial. Hay que esperar al momento adecuado para...
-La realidad es que Lauren y yo no podíamos esperar más...-Interrumpió mi novia. Como me encantaba poderle llamar así. Novia.
-¡Lo sabía! - Gritaron Normani y Dinah ante la incredulidad de la rubia. Camila y yo nos reíamos ante sus reacciones.
Aun así, la fiesta duró poco, pues a lo lejos pude ver a Austin acercándose a nosotras.
Dolía el hecho de que en este momento, que es cuando más deseo no apartar mi mano de su cuerpo y acercarla más a mi, es cuando justo tengo que apartarla y alejarme un poco de ella.
-Camila, ¿podemos hablar un momento? - Mi mandíbula se apretó y mi mirada se volvió más fría al escuchar la voz del chico ese.
-No te preocupes cariño – me susurró en el oído antes de darme un beso disimulado en la mejilla. Por suerte, Austin no estaba muy atento y no se percató del gesto. - Nos vemos en clase chicas – Ordenó mientras se alejaba de su lado.
-Venga Lauren, tranquila – Pidió Ally durante nos sentábamos en nuestros respectivos pupitres – sabías que este momento tenía que llegar y seguramente tu tendrás algo que hablar con Britt.
-Lo sé, créeme – admití – pero eso no significa que no me pueda doler...no quiero que me pase con ella como con Britt, estuve muy dolida por ello y a ella no la quise tanto como estoy queriendo...-Hice una pausa y me acerqué a ella para que nadie lo escuchara – A Camz – susurré.
Dejé la materia de esta hora sobre la mesa y esperé pacientemente a la maestra, entreteniéndome con las chicas, hablando de Miami y poniéndonos al día de los deberes y esas típicas cosas.
Eché un vistazo a la puerta y ahí estaba ella, de espaldas a la clase mientras seguía hablando con el chico ese, que al parecer la acompañó a clase. Mis puños se apretaron cuando vi la escena, no conocía a una persona más celosa de lo que era yo.