Β²Alessia y la CΓ‘mara de los S...

By chrysthemums

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INTRODUCTION
1. La Madriguera.
2. En Flourish y Blotts.
3. El sauce boxeador.
4. Gilderoy Lockhart.
5. Los Β«sangre suciaΒ» y una voz misteriosa.
6. Un cumpleaΓ±os de muerte.
7. La inscripciΓ³n en el muro.
8. La bludger loca.
9. El club de duelo
11. La pociΓ³n multijugos.
12. Un diario misterioso.
13. Punto de quiebre.
14. Aragog
15. Basilisco.
16. La CΓ‘mara de los Secretos.
17. El heredero de Slytherin.
18. Fin del segundo aΓ±o.
NOTE

10. Con las manos en la masa.

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By chrysthemums


────── ❈ ──────




Aquella noche, Alessia no logró dormir. Diferentes pensamientos sobre lo que había pasado en el club de duelo saturaban su cabeza, también pensaba en el día de la Selección. Estaba abrumada.

El hecho de haber entendido a Harry cuando habló en pársel la tenía confundida. ¿Cómo aquello había sido posible?

La única respuesta que tenía para aquella pregunta era exactamente lo que había dicho Ron: ella podía hablar pársel.

Se levantó de su cama y se sentó en el escritorio que se encontraba a un costado de su cama, por la ventana podía ver como la nieve caía y se amontonaba. Se abrazó a sí misma y soltó un suspiro tembloroso. ¿Debía de contarle a Jayden?

El pensamiento de que su hermano pudiera llegar a temerle cuando le contara hacía que se sintiera horrible pero la idea de no contarle nada la hacía sentir aún peor. Entre ellos no se mentían, se contaban todo, era algo que hacían desde pequeños. Pero no sabía cómo reaccionaría su hermano; y tampoco le convencía la idea de contarle a su tía Amelia.

Tiró ligeramente sus cabellos rojizos sin saber qué hacer. Incluso Ron y Hermione parecían un poco asustados de Harry; y Alessia había notado cómo habían reaccionado ante la idea de que ella también pudiera hablar aquella lengua.

Se mordió el labio y bajó la mirada al suelo. Sacó su colgante y dijo con un hilo de voz:

── ¿Qué debería de hacer, mamá, papá...?

Se puso de pie y caminó hacía la salida del dormitorio, bajó las escaleras y al llegar a la sala común se encontró con Harry, el cual estaba sentado en uno de los sillón ubicado cerca de la chimenea.

── ¿No puedes dormir? ── preguntó sentándose al lado del azabache. Harry al estar tan sumergido en sus pensamientos se sobresaltó al escucharla. Alessia soltó una risita ──. Lo siento, no quería asustarte.

── No te preocupes ── Harry le restó importancia ──. Y, respondiendo a tu pregunta... no, no puedo dormir.

Alessia lo miró de reojo y dijo:

── Dígame, señor Potter, ¿qué es aquello que no lo deja dormir tranquilo?

── No me gusta que me digas Potter, parece que estás enojada conmigo ── dijo Harry, arrugando la nariz.

── Potter ── repitió la pelirroja. Harry rodó los ojos divertido ──. Bueno, basta de bromas, mejor contesta mi pregunta.

El semblante de Harry cambió, y él soltó un suspiro.

── ¿Recuerdas el día de nuestra Selección? ── Alessia asintió ──. El Sombrero Seleccionador estuvo a punto de enviarme a Slytherin... Aly, ¿y si en verdad soy descendiente de Salazar de Slytherin...? Yo no sé nada sobre la familia de mi padre, los Dursley nunca me permitieron hacer preguntas sobre mis familiares magos, así que es posible que yo...── Paso sus manos por su cabello, para después mirar a su amiga ──. Entiendo que tal vez Ron, Hermione y tu quieran alejarse de mí...

Alessia observó fijamente los ojos esmeraldas de su amigo. Alzó sus manos y las posó en las mejillas de Harry.

── Harry James Potter ── dijo frunciendo el ceño ──. Si eres descendiente o no de Salazar Slytherin, la verdad es que... no me importa mucho. ── Harry la miró incrédulo, a lo que Alessia se apresuró a decir ──: Eres una gran persona y mi mejor amigo, y eso es lo que cuenta. Y estoy segura de que tú no eres culpable de las tragedias que han sucedido. Y déjame decirte que yo estaré contigo, no me alejaré y puedo asegurar de que Ron y Hermione tampoco se alejaran, eres nuestro amigo y no te dejaremos solo.

Una sonrisa apareció en el rostro de Harry.

──...Te quiero, Aly ── murmuró el azabache, provocando un tierno sonrojo en la pelirroja.

── Yo te quiero más, James ── dijo apartando sus manos de la cara de su amigo.

Harry sonrió aún más y un tierno sonrojo también se hizo presente en sus mejillas. Los dos sintieron una extraña pero agradable y cálida sensación en el pecho.

A la mañana siguiente, la nevada que había empezado a caer por la noche se había transformado en una tormenta de nieve tan recia que se suspendió la última clase de Herbología del trimestre. La profesora Sprout quiso tapar las mandrágoras con pañuelos y calcetines, una operación delicada que no habría confiado a nadie más, puesto que el crecimiento de las mandrágoras se había convertido en algo importante para revivir a la Señora Norris y a Colin Creevey.

Harry, Ron, Hermione y Alessia se encontraban sentados junto a la chimenea, en la sala común de Gryffindor, Ron y Hermione aprovechaban el tiempo libre que tenían por la clase de Herbología, mientras que Alessia dibujaba, Harry se encontraba caminando en círculos.

── ¡Por dios, Harry! ── dijo Hermione, exasperada, mientras uno de los alfiles de Ron tiraba al suelo al caballero de uno de sus caballos y lo sacaba a rastras del tablero ──. Si es importante para ti, ve a buscar a Justin.

De forma que Harry se levantó y se dirigió hacia el retrato. Alessia dejó su cuaderno de bocetos y también se levantó.

── ¿Puedo ir contigo? ── preguntó caminando hacia él. Harry asintió.

Y ambos salieron por el retrato, preguntándose dónde estaría Justin.

El castillo estaba más oscuro de lo normal en pleno día, a causa de la nieve espesa y gris que se arremolinaba por todas las ventanas. Tiritando, Alessia y Harry pasaron por las aulas en que estaban en clase, vislumbrando algunas escenas de lo que ocurría dentro. La profesora McGonagall gritaba a un alumno que, a juzgar por lo que se oía, había convertido a su compañero en un tejón. Alessia se acercó para dar un vistazo pero Harry le tomó la mano y tiró de ella para que siguiera caminando.

Pensando en que Justin podría haber aprovechado su hora libre para hacer alguna tarea, se dirigieron a la biblioteca.

Efectivamente, algunos de los de Hufflepuff que tenían clase de Herbología estaban en la parte de atrás de la biblioteca, pero no parecía que estuvieran estudiando. Ambos se aventuraron entre las largas filas de estantes, los integrantes de Hufflepuff tenían las cabezas casi pegadas, parecían tener una absorbente conversación. Cuando estaban cerca, Alessia se detuvo al escuchar lo que cuchicheaban entre ellos.

── Sígueme ── Tiró de Harry por la unión de sus manos y se ocultaron tras la sección de «Invisibilidad».

── Así que ── decía un muchacho corpulento ── le dije a Justin que se ocultara en nuestro dormitorio. Quiero decir que si Potter lo ha señalado como su próxima víctima, es mejor que se deje ver poco durante una temporada. Por supuesto, Justin se temía que algo así pudiera ocurrir desde que se le escapó decirle a Potter y a Benedette que era de familia muggle. Lo que Justin les dijo exactamente es que le habían reservado plaza en Eton. No es el mejor comentario que se le puede hacer al heredero de Slytherin, ¿verdad?

Alessia rodó los ojos.

── ¿Entonces estás convencido de que es Potter, Ernie? ── preguntó asustada una chica rubia de coletas.

── Hannah ── le dijo solemnemente el chico robusto ──, Potter sabe hablar pársel. Todo el mundo sabe que ésa es la marca de un mago tenebroso. ¿Sabes de alguien honrado que pueda hablar con las serpientes? Al mismo Slytherin lo llamaban «lengua de serpiente». Aunque también sospecho de Benedette, ¿notaron lo tranquila que estaba cuando Harry habló pársel? Parecía haber entendido lo que dijo Potter, puede que ella también pueda hablar pársel.... Además, es sangre pura y escuché que una parte de su familia eran magos sangre pura tradicionalistas, así que no me sorprendería que ella también lo fuera.

Esto provocó densos murmullos. Ernie prosiguió:

── ¿Recuerdan lo que apareció escrito en la pared? «Teman, enemigos del heredero.» Potter y Benedette estaban enemistados con Flich. A continuación, el gato de Flich resulta agredido. Ese chico de primero, Creevey, molestó a Potter en el partido quidditch, sacándole fotos mientras estaba tendido en el barro. Y entonces aparece Creevey petrificado. Y también, que yo sepa, a Benedette no le agradaba Colin, ya que se la pasaba pidiéndole fotos.

── Mentiroso...── murmuró Alessia por lo último dicho. Colin le agradaba y nunca le había hablado de mala manera, aunque era verdad que a veces llegaba a desesperarla, pero nunca le deseó un mal al muchacho.

── Pero ── repuso Hannah, vacilando ── parecen tan simpáticos y agradables... y, bueno, fueron ellos los que hicieron desaparecer a Quien-ustedes-saben. No pueden ser tan malos, ¿no creen?

Ernie bajó la voz para adoptar un tono misterioso. Los Hufflepuff se inclinaron y se juntaron más unos a otros, y tanto Alessia como Harry tuvieron que acercarse más para oír las palabras de Ernie.

── Nadie sabe cómo sobrevivieron al ataque de Quien-ustedes-saben. Quiero decir que eran tan sólo unos niños cuando ocurrió, y tendrían que haber saltado en pedazos. Sólo un mago tenebroso con mucho poder podría sobrevivir a una maldición como ésa. ── Bajó la voz hasta que no fue más que un susurro, y prosiguió ──: Por eso seguramente es por lo que Quien-ustedes-saben quería matarlos antes que nadie. No quería tener a ningún otro Señor Tenebroso que le hiciera competencia. Me pregunto qué otros poderes ocultan Potter y Benedette.

Alessia no pudo aguantar más, soltó la mano de Harry y salió de detrás de la estantería con el azabache siguiéndola, carraspeando sonoramente. Tenía el ceño fruncido y sus manos hechas puño. De no estar tan enojada, le hubiera parecido divertida la forma en que los recibieron a ella y a Harry.

── Hola, chicos, ¿interrumpimos?

Nadie contestó, sólo se miraban entre ellos. Estaban pálidos.

──... Busco a Justin Finch-Fletchley ── dijo Harry.

Los peores temores de los de Hufflepuff se vieron confirmados. Todos miraron atemorizados a Ernie.

── ¿Para qué lo buscas? ── preguntó Ernie, con voz trémula.

── Lo siento pero no es asunto tuyo ── respondió Alessia cruzándose de brazos.

── Aly...── El azabache tiró de su túnica ──. Quería explicarle lo que sucedió con la serpiente en el club de duelo ── agregó Harry rápidamente.

──  Todos estábamos allí, vimos lo que sucedió ── dijo Ernie, tratando de no lucir aterrado.

── Oh, gracias por decirnos, teníamos esa duda ── dijo Alessia, sarcásticamente ──. Entonces, ya que se encontraban allí, supongo que se habrán dado cuenta de que después de lo que Harry le dijo, la serpiente retrocedió.

── Yo sólo me di cuenta ── dijo Ernie obstinadamente, aunque temblaba al hablar ── de que él habló en lengua pársel y le echó la serpiente a Justin. Y luego tú te acercaste de lo más tranquila como si tu amigo no hubiera hablado dicha lengua.

── ¡Yo no se la eché! ── dijo Harry, con la voz temblorosa por el enojo ──. ¡Ni siquiera lo tocó!

── Pues estuvo muy cerca ── dijo Ernie ──. Y por si les entran dudas ── añadió apresuradamente ──, he de decirles que pueden rastrear mis antepasados hasta nueve generaciones de brujas y brujos y no encontrarán ni una sola gota de sangre muggle, así que...

Alessia bufó exasperada.

── ¡No nos preocupa qué tipo de sangre tengas! ── dijo Harry con dureza ──. ¿Por qué tendría que atacar a los de familia muggle?

── He oído que odias a esos muggles con los que vives ── dijo Ernie apresuradamente.

── No es posible vivir con los Dursley sin odiarlos ── dijo Harry ──. Me gustaría que lo intentaras.

Y se dio media vuelta, encaminándose hacia la salida.

── ¿Saben? ── masculló Alessia. Sus mejillas se encontraban rojas del enojo ── No hablen de lo que no les tocó vivir ni sentir... Aunque pensándolo mejor, júzguenme como ustedes quieran, total, la opinión es de ustedes, pero la realidad es mía.

Y al igual que Harry,  dio media vuelta y camino hacia la salida. La señora Pince la miraba desaprobatoriamente.

Alcanzó a Harry, y caminaron uno al lado del otro en silencio y sin ser conscientes de adónde iban, ambos sumergidos en sus pensamientos, hasta que terminaron chocando con algo grande y duro que los tiró al suelo de espaldas.

── ¡Ah, hola, Hagrid! ── exclamó Harry. Alessia levantó la vista.

Aunque llevaba la cara completamente tapada por un pasamontañas de lana cubierto de nieve, no podía tratarse de nadie más que Hagrid, pues ocupaba casi todo el ancho del corredor con su abrigo de piel de topo. En una de sus grandes manos enguantadas llevaba un gallo muerto.

── ¿Va todo bien, Harry, Alessia? ── preguntó Hagrid, quitándose el pasamontañas para poder hablar ──. ¿Por qué no están en clase?

── Oh, la han suspendido ── respondió Alessia, poniéndose de pie para después sacudir su uniforme.

──. ¿Y tú, que haces aquí? ── preguntó Harry, levantándose con la ayuda de Alessia.

Hagrid levantó el gallo sin vida.

── El segundo que matan este trimestre ── explicó ──. O son zorros o chupasangres, y necesito el permiso del director para poner un encantamiento alrededor del gallinero.

Hagrid los miró por debajo de sus cejas espesas, cubiertas de nieve.

── ¿Seguros que se encuentran bien? Parecen alterados.

En la mente de Alessia se reprodujo la conversación de los Hufflepuff.

── No es nada, Hagrid, no te preocupes ── dijo, regalándole una pequeña sonrisa que parecía más una mueca.

── Nosotros tenemos que irnos, Hagrid, después tenemos Transformaciones y debemos recoger nuestros libros.

Ambos se despidieron de Hagrid y emprendieron su camino. Alessia suspiró, miró a Harry y le tomó la mano dándole un pequeño apretón.

Harry le regaló una pequeña sonrisa, la cual parecía más una mueca, y devolvió el apretón.

Subieron las escaleras y volvieron por otro corredor. Estaba mucho más oscuro, porque el viento fuerte y helado que penetraba por el cristal flojo de una ventana había apagado las antorchas. Iban por la mitad del corredor cuando Harry tropezó con algo que había en el suelo y cayó, llevándose consigo a Alessia.

Al ver sobre lo que habían caído, la menor de los Benedette se alejó aterrorizada.

Sobre el suelo, rígido y frío, con una mirada de horror en el rostro y los ojos en blanco vueltos hacia el techo, yacía Justin Finch-Fletchley. Y eso no era todo. A su lado había otra figura.

Se trataba de Nick Casi Decapitado, que no era ya transparente ni de color blanco perlado, sino negro y neblinoso, y flotaba inmóvil, en posición horizontal, a un palmo del suelo. La cabeza estaba medio colgando, y en la cara tenía una expresión de horror idéntica a la de Justin.

Temblorosa y con la respiración acelerada, Alessia se puso de pie con ayuda de Harry.

── Harry, tenemos que irnos antes de que...

El sonido de una puerta abriéndose de golpe la interrumpió. Peeves surgió de la puerta recién abierta a toda velocidad, pero se detuvo al verlos, una sonrisa se formó en su rostro, la cual se borró al notar a Nick Casi Decapitado y Justin Finch-Fletchley. Y antes de que pudieran impedirlo, gritó:

── ¡AGRESIÓN! ¡AGRESIÓN! ¡OTRA AGRESIÓN! ¡NINGÚN MORTAL NI FANTASMA ESTÁ A SALVO! ¡SALVESE QUIEN PUEDA! ¡AGRESIÓÓÓÓN!

Y una puerta tras otra fueron abriéndose y la gente empezó a salir. Los alumnos acorralaron a Harry y Alessia contra la pared hasta que los profesores pidieron calma. La profesora McGonagall llegó corriendo, seguida por sus alumnos, uno de los cuales aún tenía el pelo a rayas blancas y negras. La profesora utilizó su varita para provocar una sonora explosión, restaurando el silencio y ordenó a todos que volviera a las aulas. Cuando el lugar se hubo despejado un poco, llegó corriendo Ernie, el de Hufflepuff.

── ¡Los han atrapado con las manos en la masa! ── gritó Ernie, con la cara completamente blanca, señalándolos.

── ¡Ya basta, Macmillan! ── dijo con severidad la profesora McGonagall.

Peeves se meneaba por encima del grupo con una malvada sonrisa, observando la escena; le encantaba causar problemas. Mientras los profesores se inclinaban sobre Justin y Nick Casi Decapitado, examinándolos, Peeves rompió a cantar:

── ¡Oh, Potter y Benedette, son unos tontos, están podridos, atacan a estudiantes y les parece divertido!

── ¡Ya basta, Peeves! ── gritó la profesora McGonagall, y Peeves escapó por el corredor, sacándoles la lengua a Harry y Alessia.

Los profesores Flitwick y Sinistra, del departamento de Astronomía, fueron los encargados de llevar a Justin a la enfermería, pero nadie parecía saber qué hacer con Nick Casi Decapitado. Al final, la profesora McGonagall hizo aparecer de la nada un gran abanico, y se lo dio a Ernie con instrucciones de subir a Nick Casi Decapitado por las escaleras. Ernie obedeció, abanicando a Nick por el corredor para llevárselo por el aire como si se tratara de un aerodeslizador silencioso y negro. De esa forma, Harry, Alessia y la profesora McGonagall se quedaron a solas.

── Potter, Benedette, síganme ── indicó la profesora.

── Profesora ── le dijo Harry enseguida ──, le juro que nosotros no...

── Eso se escapa de mi competencia, Potter ── dijo de manera cortante la profesora McGonagall.

Los tres caminaron en silencio, doblaron una esquina, y ella se paró ante una gárgola de piedra grande y extremadamente fea.

── ¡Sorbete de limón! ── dijo la profesora.

Se trataba, evidentemente, de una contraseña, porque de repente la gárgola se hizo a un lado, al tiempo que la pared que había detrás se abría en dos.

Detrás del muro había una escalera de caracol que subía lentamente hacia arriba. Al subirse Alessia, Harry y la profesora McGonagall, la pared volvió a cerrarse tras ellos con un golpe sordo.

Subieron más y más dando vueltas, hasta que al fin, ligeramente mareado, Alessia vio ante él una reluciente puerta de roble, con una aldaba de bronce en forma de grifo, el animal mitológico con cuerpo de león y cabeza de águila. Entonces la pelirroja supo adónde los llevaban. Aquello debía de ser el despacho de Dumbledore.

Soltó un suspiro tembloroso, no sabía lo que les esperaba.

Dejaron la escalera de piedra y la profesora McGonagall llamó a la puerta. Ésta se abrió silenciosamente y entraron. La profesora McGonagall les pidió que esperaran y los dejó solos.

Alessia miró a su alrededor, nunca había entrado al despacho de Dumbledore y una cosa era segura: de todos los despachos de profesores que había visto, el de Dumbledore era, con mucho, el más interesante.

Era una sala circular, grande y hermosa. Las paredes estaban cubiertas de retratos de antiguos directores, hombres y mujeres, que dormitaban encerrados en los marcos. Se podían oír leves y curiosos sonidos. Había también un gran escritorio con pies en forma de zarpas, y detrás de él, en un estante, un sombrero de mago ajado y roto: era el Sombrero Seleccionador.

Vio cómo Harry se acercaba al sombrero, lo tomaba y se lo ponía en la cabeza. El sombrero era tan grande que le cubría los ojos a Harry. Pasaron unos segundos y no pasó nada.

Unos segundos después, Alessia escuchó a Harry hablar.

── Mmm, no ── dijo ──. Esto... lamento molestarte, pero quería preguntarte...

La pelirroja decidió no entrometerse y siguió observando el despacho sin moverse de lugar. Si las circunstancias por las que se encontraba allí fueran diferentes, hubiera disfrutado observar el lugar.

Alessia bajó la mirada y se balanceó de atrás hacia delante con las manos detrás de la espalda.

── Te equivocas ── escuchó a Harry decir en voz alta al inmóvil y silencioso sombrero.

── ¿Te encuentras bien, Harry? ── preguntó al verlo pálido.

Harry parecía distraído con algo. Y segundos después el azabache gritó, Alessia se acercó rápidamente, y se alteró al observar a un pájaro de mal aspecto quemándose.

Pero inmediatamente se relajó y quedó fascinada al identificar qué tipo de ave era. Sin embargo, Harry retrocedió asustado. La menor de los Benedette se volvió a mirar a Harry; el azabache tenía los ojos completamente abiertos.

── Harry, tranquilo, no tienes por qué preocuparte...── dijo Alessia con calma. El pájaro, mientras tanto, se convirtió en una bola de fuego; emitió un fuerte chillido, y un instante después no quedaba de él más que un montoncito humeante de cenizas en el suelo.

La puerta del despacho se abrió. Entro Dumbledore, con aspecto sombrío.

── Profesor ── dijo Harry nervioso ──, su pájaro... no pude hacer nada... acaba de arder...

Para sorpresa de Harry, Dumbledore sonrió.

── Ya era hora ── dijo ──. Hace días que tenía un aspecto horroroso. Yo le decía que se diera prisa.

Dumbledore se rió de la cara atónita que tenía Harry.

── Fawkes es un fénix, Harry ── dijo Dumbledore con calma. Notó los ojos brillantes de Alessia ──. ¿Podría explicárselo usted, señorita Benedette?

La pelirroja asintió fervientemente.

── Los fénix se prenden fuego cuando les llega el momento de morir, y luego renacen de sus cenizas. Mira...── dijo señalando la percha y mirando con atención.

De las cenizas se asomaba la cabeza de un pollito diminuto y arrugado. El cual era igual de feo que el antiguo.

── Es una pena que lo hayan tenido que ver el día que ha ardido ── dijo Dumbledore, sentándose detrás del escritorio ──. La mayor parte del tiempo es realmente precioso, con sus plumas rojas y doradas. Fascinantes criaturas, los fénix. Pueden transportar cargas muy pesadas, sus lágrimas tienen poderes curativos y son mascotas muy fieles.

Alessia acarició la pequeña cabeza del fénix con su dedo índice, olvidando por completo la razón por la que se encontraba allí, pero al voltear hacia donde se encontraba Dumbledore, el cual se sentó en su silla de respaldo alto (detrás de su escritorio), lo recordó.

Sin embargo, antes de que el director pudiera decir otra palabra, la puerta se abrió de improviso e irrumpió Hagrid en el despacho con expresión desesperada, el pasamontañas mal colocado sobre su pelo negro, y el gallo muerto sujeto aún en una mano.

── ¡No fue ninguno de los dos, profesor Dumbledore! ¡Ni Alessia ni Harry! ── dijo Hagrid deprisa ──. Yo hablaba con ellos segundos antes de que hallaran al muchacho, señor, ellos no tuvieron tiempo...

Dumbledore trató de decir algo, pero Hagrid seguía hablando, agitando el gallo en su desesperación y esparciendo las plumas por todas partes.

──... No pudieron haber sido ellos, lo juraré ante el ministro de Magia si es necesario...

── Hagrid, yo...

── Usted se confunde de chicos, yo sé que Alessia y Harry nunca...

── ¡Hagrid! ── dijo Dumbledore con voz potente ──, yo no creo que Alessia y Harry atacaran a esas personas.

── ¿Ah, no? ── dijo Hagrid, y el galló dejó de balancearse a su lado ──. Bueno, en ese caso, esperaré fuera, señor director.

Y salió rápidamente del despacho, completamente avergonzado.

── ¿Usted no cree somos culpables, profesor?

── No, Alessia ── dijo Dumbledore, aunque su rostro volvía a ensombrecerse ──. Pero aun así quiero hablar con ustedes.

Dumbledore los miraba, juntando las yemas de sus largos dedos.

── Quiero preguntarles, Harry, Alessia, si hay algo que les gustaría decirme ── dijo con amabilidad ──. Lo que sea.

Alessia se quedó muda. Estaba claro que no podían decirle de las sospechas sobre Malfoy, la poción multijugos, que hervía a fuego lento en los aseos de Myrtle la Llorona, la voz que sólo ella y Harry oyeron en dos ocasiones, y lo que los alumnos decían sobre ellos por el creciente temor de que alguno de ellos estuviera relacionado con Salazar Slytherin.

── No ── respondieron los dos al unísono.

── No tenemos nada que contarle, profesor ── agregó Harry, mirando a Dumbledore directamente a los ojos.

La doble agresión contra Justin y Nick Casi Decapitado convirtió en auténtico pánico lo que hasta el momento había sido inquietud. Curiosamente, resultó ser el destino de Nick Casi Decapitado lo que preocupaba más a la gente. Se preguntaban unos a otros qué era lo que podía hacer aquello a un fantasma; qué terrible poder podía afectar a alguien que ya estaba muerto. La gente se apresuró a reservar sitio en el expreso de Hogwarts para volver a casa en Navidad, incluso Jayden le había insistido a Alessia para que fuera con él a casa.

── Si sigue así la cosa, sólo nos quedaremos nosotros ── dijo Ron a Harry, Hermione y Alessia ──. Nosotros, Malfoy, Crabbe y Goyle. Serán unas vacaciones fabulosas.

Crabbe y Goyle, que siempre hacían lo mismo que Malfoy, habían firmado también para quedarse en vacaciones. Pero Alessia se sentía contenta de que la mayor parte de la gente se fuera. Estaba harta de que cada vez que Harry o ella caminaran por un pasillo la gente se hicieran a un lado, o los señalaran y hablaran en voz baja.

Fred y George, sin embargo, encontraban todo aquello muy divertido. Marchaban frente a ellos por los corredores gritando:

── Abran paso al heredero y heredera de Slytherin, aquí llega el brujo malvado...

── ¡Y la bruja malvada! ── exclamó George. Jayden, el cual caminaba detrás de Alessia y Harry, negaba con la cabeza pero se podía notar una ligera sonrisa en sus labios.

Percy desaprobaba tajantemente el comportamiento de los gemelos.

── No es asunto de risa ── decía con frialdad.

── Quítate del camino, Percy ── decía Fred ──. Harry y Alessia tienen prisa.

── Sí, van a la Cámara de los Secretos a tomar el té con su colmilludo sirviente ── decía George, riéndose.

Al parecer Ginny tampoco lo encontraba divertido.

── ¡Ah, no! ── gemía cada vez que Fred preguntaba a Harry a quién planeaba atacar a continuación, o cuando, al encontrarse con Harry y Alessia, George hacía como que se protegía de ambos con un gran diente de ajo.

A Lia le aliviaba que Fred y George pensaran que la idea del heredero de Slytherin era para tomársela en broma, incluso Jayden hacía comentarios bromistas sobre el tema para poder relajar el ambiente. Sin embargo, Draco Malfoy parecía amargarse más cada vez que los veía haciendo sus payasadas.

── Eso es porque está rabiando de ganas de decir que él es el heredero ── dijo Ron sentenciosamente ──. Ya saben cómo aborrece que se le gane en cualquier cosa, y ustedes se están llevando toda la gloria de su sucio trabajo.

── No durante mucho tiempo ── dijo Hermione en tono satisfecho ──. La poción multijugos ya está casi lista. Cualquier día revelaremos la verdad sobre él.







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『CHRYSTHEMUMS 2O2O』

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