Todos tomaron asiento en sus respectivos lugares mientras el rubio ya se encontraba de pie en el altar frente al anciano Fu quien sería el encargado de oficiar la ceremonia, todos estaban en espera de que la novia llegará para comenzar la boda y no paso mucho tiempo para que aquello pasará, pues la marcha nupcial de escuchó por toda la iglesia avisandole a todos los presentes que la esperada novia finalmente había llegado.
-¡Hace siglos que no asistía a una! -exclama uno de los "invitados"-
-¡Que emoción! -exclamó otra- creo que voy a llorar... -todos voltearon para verte entrar por fin al lugar, acción que imitó el rubio, pues se encontraba con la vista fija en el altar esperándote con paciencia tal y como la traición dictaba
Un par de esqueletos los cuales en su tiempo debieron de haber sido dos pequeños y tiernos niños, adornaron el pasillo que te llevaría hasta el altar con bellos pétalos frescos mientras tú caminabas tras ellos hasta donde tu futuro esposo te esperaba con una hermosa sonrisa llena de encantó y felicidad la cual apenas le habías conocido, mientras tanto el rubio quien pensaba en lo hermosa que te veías (a tu manera) no podía evitar abrir la boca de la emoción al ver cómo estaba cada vez más cerca de recibirte en el altar, de nuevo no sabía cómo, cuando o por qué, pero inesperadamente se encontraba disfrutando de aquella unión e incluso podría atreverse a decir que la estaba ansiando
El anciano Fu quien obserbaba todo desde su lugar, abrió la botella de veneno preparándose ya para la futura ceremonia
Adrien de nuevo parpadeo embelesado sin borrar aquella boba sonrisa, extendió cortésmente su mano hacia a ti para ayudarte a subir los escalones, quedando finalmente junto a él, lo viste tan feliz que no pudiste evitar contagiarte con esa felicidad, ambos se giraron hacia el altar sin soltar sus manos, acción que por un momento te sorprendió pues anteriormente el rubio se hubiera negado a si quiera tocar uno de tus dedos, pero ahora al verle tan cómodo con ello, te dejo bastante feliz
-Queridos mortales y difuntos... -comenzó a hablar el anciano- estamos reunidos hoy para unir a este hombre y a este cadáver en matrimonio...
La azabache quien apenas llegaba a la puerta de la iglesia, ahogó un leve grito de sorpresa al ver a su antiguo prometido frente al altar dispuesto a casarse contigo, un cadáver del cual hace a penas unas horas trataba de huir
-¿Adrien...? -fue lo único que atino a decir con dolor al ver cómo probablemente lo perdería, siendo callada al instante por uno de los esqueletos que obserbaba con emoción la ceremonia-
La chica al ver esto llevo una de sus manos hasta su boca guardando silencio sin poder salir aún de su impresión
-Ahora los votos -menciona el anciano- el mortal primero -le señala con cortesía-
El rubio giro 90° sobre su mismo lugar al igual que tú para poder quedar frente a ti, tomo tu mano con una sutil sonrisa en sus labios, jamás se había sentido tan seguro en toda su vida al tomar una decisión de esa magnitud, cosa que era de extrañarse pues cualquiera en su lugar ya estaría temblando de miedo, y no es como que en el pasado no lo haya hecho, pero aún creía que nadie en su sano juicio accedería a casarse con un cadáver como ahora mismo estaba a punto de hacer él y peor aún, nadie lo disfrutaría tanto como comenzaba a disfrutarlo él, pensaba que tal vez algo no estaba bien en su cabeza, que tal vez la visita al mundo de los no vivos lo había afectado más de lo que creía, pero eso a estás alturas ya no le importaba, se sentía feliz, seguro de si mismo y con un cálido sentimiento creciendo dentro de su pecho cada vez que veía tu sonrisa, la cual desde el inicio le había parecido hermosa
-Con está mano -eleva su mano derecha con seguridad mientras continuaba sus votos sin titubear- yo sostendré tus anhelos -toma la copa- tu copa nunca estará vacia, por qué yo seré tu vino -te sonríe ante la atenta mirada del anciano quien los veía con ternura-
-Ahora tú -te anima a continuar el esqueleto, por lo cual sonreiste con emoción cosa que de nuevo dejo pasmado al rubio quien te devolvió la sonrisa para con ella tratar de animarte a hablar-
-Con está mano yo sostendré tus anhelos -la elevas y tomas la botella de "vino" tu copa nunca estará vacía por qué yo seré... -viertes aquel líquido dentro de la copa pero una ojiazul la cual obserbaba con dolor la escena desde uno de los rincones oscuros de aquella iglesia, aún con ese bonito vestido de novia puesto, te hizo jadear de sorpresa. Un miedo y culpa comenzaron a inundar tu muerto corazón al ver toda la tristeza que estaba soportando, pues te estabas robando al amor de su vida-
-Yo seré... -repites con intenciones de ignorar aquello, pero por más que tratabas la culpa no te dejaba-
-¿Si? -te anima el de ojos verdes a seguir-
-Continua querida -te pide está vez el anciano-
-Tu copa nunca estará vacia... -intentas hablar de nuevo sin poder evitar voltear a ver de nuevo a la chica- por qué yo seré... -comienzas a dudar de nuevo cosa que no paso desapercibida para el joven, lo cual lo ánimo por primera vez a tomar la iniciativa-
-Yo seré tu vino... -termina los votos por ti acercando enseguida sus labios al borde de aquella copa de oro con intenciones de beber de ella mientras cerraba sus ojos los cuales abrió de inmediato al sentir como colocabas tu mano sobre está, evitando que lo hiciera, desconcertandolo de sobremanera-
Todos en la iglesia comenzaron a murmurar sobre como ya te comenzabas a retractar. La azabache por su parte observo con angustia la escena mientras tú tomabas valor de lo más profundo de tu ser para hablar de nuevo
-No puedo -confiesas con dolor dejando al chico aún mas confundido e incluso un tanto dolido por tu repentino cambio de parecer-
-¿Que sucede? -te cuestiona con angustia y lo que parecía ser decepción, noto como veías por sobre su hombro por lo cual trato de voltear para ver qué era lo que pasaba, pero evitaste que lo hiciera tomándolo por el rostro redirigiendo su mirada de nuevo hacía ti pues querías que al menos que en esos breves momentos te observara solo a ti
-No es correcto -volviste a hablar con claro dolor en tu tono de voz- estuve comprometida...-explicas acumulando de nuevo lágrimas en tus marrones ojos, luchando por que no salieran o al menos no aún, ya que no querías que de quedará junto a ti por compasión- pero me robaron mis sueños -acaricias su rostro con cariño- y ahora se los estoy robando a alguien más -una lágrima traicionera cae por una de tus mejillas, jurandote a ti misma que sería la última, lágrima la cual le dolió ver al chico, pues desde aquella noche en la que te vio llorar de esa manera por él, quería eliminar toda la tristeza con la que cargabas desde hace años y remplazarla a su vez por una felicidad que solo él te pudiera dar- Te amo Adrien... -confiesas por fin dejando aún mas sorprendido al de ojos verdes mientras aquel cálido sentimiento crecía aún mas en su pecho junto a aquella felicidad y dicha la cual se vino abajo tras escuchar tus siguientes palabras- pero no eres mío... -todo rastro de felicidad fue suplida por una angustia y dolor al no saber por qué si sentías aquello por él te estabas negando a casarte, pero todas aquellas dudas fueron resueltas al verte extender tu mano hacia algo o alguien invitando con esto a la tímida chica a subir hasta donde ambos se encontraban, cosa que de inmediato hizo sacando un jadeo de sorpresa de parte del rubio-
-Marinette... -la chica tomo tu mano al mismo tiempo que tomabas la de él para unirla a la suya y aunque el rubio no pudo evitar sonreír con tranquilidad al ver qué la ojiazul se encontraba mejor de lo que esperaba, debía de admitir dolorosamente que aquel sentimiento que una vez albergó en su pecho al verla, ya no estaba, pero justo antes de que pudiera decir tan siquiera una palabra, una voz a sus espaldas lo interrumpio-
-¡Oh, que enternecedor! -exclama el ojiazul mientras entraba a aquella iglesia limpiándose falsas lágrimas con claro sarcasmo- ¡yo siempre lloro en las bodas! -junta sus manos con sinismo mientras obserbaba sus rostros llenos de sorpresa- los jóvenes enamorados por fin están juntos , seguro ahora podrán vivir felices para siempre -continua hablando hasta quedar frente a ellos- pero creo que olvidan... -toma a la azabache del brazo de manera brusca para finalmente acercarla a él con violencia- ¡que ella es mi esposa y no me iré sin ella! -menciona furico mientras tú le observabas con sorpresa-
-Tu... -exclamas incrédula mientras él te dedicaba una mirada llena de sorpresa y miedo-
-¿_____? -te cuestiona sorprendido-
-¡Eres tu! -le obserbas está vez llena de molestia-
-Cuando te deje estabas... -balbucea con temor-
-Muerta -terminas la oración logrando así que todos en la iglesia exclamaran indignados, con horror e incluso con sorpresa logrando que la mandíbula de uno de los invitados cayera al suelo mientras una irá irreconocible comenzaba a embargar al rubio-
-¡Es obvio que está mujer alucina! -trata de escusarse con temor mientras usaba como escudo humano a su actual esposa, al ver cómo todos los difuntos comenzaban a acercarsele con claro enfado, pero el chico al ver esto tomo de inmediato la espada del pecho de aquel tan peculiar y conocido enano, para enseguida colocarla en el cuello de la chica tomándola así de rehén, como el cobarde que era- siento arruinarles el día pero debemos irnos ahora -exclama amenazante el azabache-
-¡Quiero que la suelte ahora! -exige el rubio con clara molestia ante tal acto cobarde-
-También tendré que matarte -exclama colocando la punta de la espada en el pecho de este, pero un valiente Aspik fue más rápido que él, pues gracias a que le había mordido uno de los tobillos este soltó a Marinette dándole a su vez tiempo al joven para alejarse mientras el azabache lanzaba lejos al pobre can poniéndose de nuevo en guardia frente a él-
-¡Adrien ten! -llama su atención el cadáver de la cocinera mientras le lanzaba algo con lo que pudiera defenderse, objeto el cual atrapó pero este al ver mejor de lo que se trataba se sorprendió y decepciono un poco, pues de trataba de un trinche de cocina el cual no le sería mucho de ayuda- lo siento... -se disculpa la mujer-
El de ojos azules lo atacó sin pensarlo dos veces mientras el chico trataba de defenderse bajo la mirada horrorizada de la azabache quien había corrido hasta ti en busca de un lugar seguro, el rubio logro derribar a su contrincante sobre el altar de aquella iglesia por lo que el anciano Fu se apresuró a tomar la copa para evitar que se derramara el líquido dentro de esta, la batalla continuo entre ataques y movimientos de defensa que realizaba el menor de los dos siendo animado por los difuntos desde las bancas de la iglesia
-¡Cuidado Adrien! -exclama uno de ellos al ver cómo casi lo degollaban pues le habían acorralado contra uno de los muros, ataque que pudo esquivar mientras usaba el mismo muro a su favor para poder enterrale aquel trinche en uno de sus glúteo causando un alarido de dolor de parte del mayor, el azabache furico volvió a atacarle llevándose casi de por medio a la cabeza parlanchina quien tan solo pudo saltar con ayuda de los insectos debajo de ella
-¡Sacreblu! -exclamó con horror antes de continuar viendo como segundos después y por un descuido del rubio casi mandaban a volar aquel trinche que portaba como arma-
-Creo que esto no es justo -menciona el cadáver que podía dividirse en dos mientras lo hacía pues había recibido un ataque directo de parte del atacante-
Lord Couffaine volvió a atacar de nuevo al ojiverde fallando e incrustando la espada en una de las bancas, acción que le dio un poco más de ventaja al menor de los Agreste pues gracias a esto había podido arañarle al menos el saco, pero esto solo enfureció más al joven quien le atacó de nuevo mientras el rubio interponía el trinche entre los dos quedando así su arma atorada en el, ambos ejercieron fuerza hasta que por la posición del rubio no pudo más y lo dejo ganar para conseguir asi al menos un poco de tiempo el cual utilizo para correr a refugiarse debajo de una de las bancas en donde el mayor clavó su espada con saña buscando dañarle, logrando a su vez sorprender un poco al chico, más no asustarle, tomo aquel trinche de nuevo y lo clavó en el pie de este huyendo de ahí de inmediato, pero de nuevo el mayor fue más rápido pues lo logro desarmar antes de que de una patada lo derribara para finalmente darle el "golpe de gracia". El rubio aún así no retrocedió ni desvío la mirada devolviendosela en cambio llena de decisión y enfado dispuesto a aceptar su muerte mientras tú y la ojiazul en cambio le observaban aterrorizadas, el mayor tomo un poco de fuerza para finalmete clavarle aquella espada en el pecho... Pero aquella espada jamás llegó a su destino, pues tú de un rápido movimiento te habías interpuesto entre ambos, cosa que sorprendió a los dos caballeros por tal acto valentía y amor incondicional hacía el rubio, llenando nuevamente de calidez el pecho del chico detrás de ti, quien sin darse cuenta ya sonreía dado que nadie había ido tan lejos por el como tú lo acababas de hacer. Mientras tanto tu le dedicaste un mirada cargada de odio al de ojos azules frente a ti sacando a su vez el arma que habia quedado apresada en tu abdomen para enseguida amenazarlo con esta misma llenándolo de temor con tal acción
-Touche, mi cielo -exclama el joven asesino tratando de hacerse el fuerte-
-Largo de aquí -murmuras lo suficientemente alto como para que te escuchara-
-Ah si, ya me voy -habla de nuevo mientras que con cautela te rodeaba para llegar hasta la mesa del altar detrás de ustedes bajo tu atenta mirada y amenaza - pero antes, ¡brindaré por ____! -toma la copa de la mesa y la eleva con una sinica sonrisa- siempre la madrina, pero jamás la novia, dime querida... -peina sus desordenados cabellos con su mano libre- un corazón que fue destrozado ¿puede seguir latiendo? ¿Mhmm? -escupe con burla terminando así de hacerte sentir aún mas miserable-
-¡Dejenmelo a mi! ¡Yo solito puedo! -grita con furia e impotencia aquel pequeño gusanito mientras trataba de acercarse a él, siendo detenido por el anciano-
-¡Lo acabaré! -exclama con enojo otra de ellos-
-¡Aguarden! -grita el viejo esqueleto deteniendolos a todos- debemos respetar sus reglas, estamos en la tierra de los vivos
-Bien dicho -responde el chico elevando su ropa con burla frente a ti mientras lo obserbabas con dolor e impotencia; el joven sin detenerse un poco a pensar las cosas bebió el líquido de la copa hasta la última gota tirándola al terminar en algún lugar de la iglesia comenzando a bajar del altar a paso lento y orgulloso, dirigiéndose hacía una puerta que se encontraba en uno de los costados, siendo observado por todos en el lugar, pero antes de que pudiera siquiera tocar la puerta, llevo sus manos a su pecho con dolor, se recargo en esta tratando así de tomar un poco de oxígeno el cual jamás pudo llegar a sus pulmones sin poder dejar de quejarse del dolor mientras Plagg reía con diversión-
-Creo que moriraa~ -canturrea de manera burlona el gusano siendo escuchado por el de ojos azules el cual volteo a verle con terror pues a esas alturas ya había perdido su color babitual de piel, cambiándolo por uno más pálido y azulado el cual caracterizaba a los difuntos-
-Tiene razón, pueden llevárselo -exclama de lo más tranquilo el anciano, dejándo pasar a todos quienes reían y gritaban de la emoción-
Aquel joven lucho por abrir la puerta sin poder lograrlo, totalmente aterrorizado al ver a los muertos acercarse a él, la puerta finalmente se abrió de golpe cosa que le facilito más a los no vivos el hecho de llevárselo, pues solo bastó un empujoncito para arrastrarlo con ellos hasta el interior de aquella puerta mientras el rubio, la azabache y tú obserbaban aquella escena con lástima, siendo la chica la más afectada al parecer, pues escondió la mirada en el hombro del ojiverde un tanto asustada por lo que acababa de ver, la misma cocinera que anteriormente había ayudado al chico, tomo el pomo de la puerta antes de exclamar con burla
-Llego otro~ -cerro la puerta tras de si dejando tanto a Adrien como a ti anonadados por todo lo que acababan de ver-
El anciano Fu tan solo se limito a cerrar la botella de veneno mientras colocaba la copa en su lugar de nuevo al mismo tiempo que Marinette abrazaba al chico junto a ella con cariño
-Adrien creí que jamás te volvería a ver -exclama con alivio al por fin encontrarse a salvo en los brazos de su amado, cosa que te logro sacar una triste sonrisa pues aunque lo amabas y te dolía verle con ella, sabías que a su lado sería muy feliz-
El chico por su parte, aunque correspondió el abrazo y le devolvió la sonrisa por mera cortesía y tranquilidad al ver qué ya se encontraba sana y salva, no se sentía del todo cómodo y feliz pues a esas alturas y por alguna extraña razón que aún no lograba decifrar, a quien quería entre sus brazos no era a ella si no a ti y se pudo dar cuenta de ello en cuanto te vio comenzar a caminar con discreción a la salida del lugar pues temía que tal vez si te dejaba ir está vez ya no te volvería a ver más, por lo cual sin pensarlo dos veces, hizo a un lado a la azabache con toda la cortesía y cautela que pudo para ir detrás de ti
-Aguarda, hice una promesa... -argumento el rubio mientras se acercaba a ti con una sutil pero decidida sonrisa en los labios-
Al escucharle decir aquello te diste la media vuelta para quedar frente a frente con él mientras sentías una paz y tranquilidad inundar tu interior, le sonreiste con ternura tratando de que con esto se sintiera un poco mejor, pero al parecer no había funcionado por lo cual decidiste liberarlo de aquella promesa por completo
-Cumpliste tu promesa -mencionas con tranquilidad- me liberaste -tomas aquel anillo que aún descansaba en el dedo anular de tu mano izquierda cambiando la expresión del muchacho a una de angustia e incluso de temor, tomaste su mano y dejaste en ella aquella argolla que había sido el comienzo de todo entre los dos, cerrado su mano enseguida- ahora yo haré lo mismo por ti
Te diste la media vuelta de nuevo para continuar con tu camino dejando atrás a un abatido chico quien observo el anillo en la palma de su mano sin poder hacer o decir algo para detenerte por más que quería hacerlo o más bien, no sabía cómo. Marinette llegó hasta él y lo coloco su mano sobre uno de sus hombros dedicándole a su vez una sonrisa, tratando de confortarlo un poco con ello, pues pensaba que tal vez se sentía un poco culpable por tu partida, Plagg por otro lado te veía con tristeza dado que en todo aquel tiempo te había logrado tomar cariño, así que verte partir de esa manera sabiendo bien lo que iba a pasar contigo, no era algo muy grato de ver, te detuviste al pie de la puerta, obserbaste el ramo en tus manos para después de algunos segundos lanzar el ramo en tu manos, el cual fue atrapado por una de lo invitados que aún se encontraba en el lugar, la cual volteo a ver al gusanito en su hombro quien movió las cejas sujestivamente, un leve grito fue lo que escapó de su garganta al mismo tiempo en el que lanzaba aquel bouquet de flores de nuevo, cayendo finalmente en las manos de la de ojos azules, está volteo a ver al aún afligido rubio quien no dejaba de ver aquel anillo con tristeza al saber que probablemente te iba a perder, volvió a dirigir su mirada hacía ti, tu tan solo le sonreiste de manera sincera antes de darle la espalda con intenciones de partir
Muy bien, para quienes les agrada el final de la película, pudiéramos decir que este es el final del fic para ellas, pero para quienes no y al igual que yo piensan en que ambos se enamoraron, les tengo preparado un capítulo más 🤭💕 está capitulo en su caso, es el final oficial de este fic, el cual estará acompañado por uno o dos extras (estos se subirán en el trascurso de este fin de semana o el otro, ya que aún los estoy escribiendo) . Así que como dije, si estás satisfecha con ese final, ya no es necesario que leas la siguiente parte, de lo contrario, en unas horas o en el transcurso de mañana, subiré el final de esta historia 🤭💕, así que las veo en unas horas más 😎 Au revoir!