Β²Alessia y la CΓ‘mara de los S...

By chrysthemums

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INTRODUCTION
1. La Madriguera.
2. En Flourish y Blotts.
3. El sauce boxeador.
4. Gilderoy Lockhart.
5. Los Β«sangre suciaΒ» y una voz misteriosa.
6. Un cumpleaΓ±os de muerte.
7. La inscripciΓ³n en el muro.
9. El club de duelo
10. Con las manos en la masa.
11. La pociΓ³n multijugos.
12. Un diario misterioso.
13. Punto de quiebre.
14. Aragog
15. Basilisco.
16. La CΓ‘mara de los Secretos.
17. El heredero de Slytherin.
18. Fin del segundo aΓ±o.
NOTE

8. La bludger loca.

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By chrysthemums


────── ❈ ──────



Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto llevar a clase seres vivos. En cambio, se dedicaba a leer a los alumnos sobre sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a Harry o Alessia para que lo ayudaran en aquellas reconstrucciones, pero al parecer el de anteojos era su intérprete favorito. Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado de una maldición que le hacía tartamudear, un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra cosa que lechuga.

En la siguiente clase de Defensa Contra las Artes Oscuras eligió de nuevo a Harry, esta vez para representar a un hombre lobo. Alessia estaba colorada por todo el esfuerzo que hacía por no reír,  Harry no podía evitar ruborizarse de la vergüenza y hacía todo lo posible por no mirar a Alessia a los ojos.

── Aúlla fuerte, Harry (eso es...), y en aquel momento, créanme, yo salté (así) tirándolo contra el suelo (así) con una mano, y logré inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo todas las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo Homorphus; el emitió un gemido lastimero (venga, Harry... más fuerte... bien) y la piel desapareció... los colmillos encogieron y... se convirtió en hombre. Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que les libó de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo.

Alessia se tapó la boca con una mano para evitar que el ruido de su risa se escuchara. Y en ese preciso momento, sonó el timbre.

── Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor de mejor poema será premiado con un ejemplar de El encantador!

Los alumnos empezaron a salir. Harry se acercó a donde lo esperaban Alessia, Ron y Hermione.

── ¿Listos? ── preguntó Harry.

── Será mejor que esperemos a que vayan todos ── dijo Alessia, hacia el azabache.

── ¿Por qué tu cara está tan roja? ── cuestionó Harry, viendo las mejillas pecosas de la pelirroja.

── Por nada, no te preocupes ── respondió, mientras movía su mano restándole importancia al asunto ──. Pero tengo que decir que fue una interpretación muy buena, James.

Las mejillas de Harry se sonrojaron levemente, mientras rodaba los ojos.

── Bien, vamos ── dijo Hermione, pero se quedó inmóvil en su lugar. Alessia se acercó a ella y le dio un leve empujón.

La castaña se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano, mientras los otros tres la seguían.

── Esto... ¿Profesor Lockhart? ── tartamudeó Hermione ──. Yo quería... sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. ── Le entregó el trozo de papel con una mano ligeramente temblorosa ──. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado.

── ¡Ah, Una vuelta con los espíritus malignos! ── dijo Lockhart, tomando la nota de Hermione y sonriéndole francamente ──. Creo que es mi favorito. ¿Te gustó?

── ¡Sí! ── dijo Hermione emocionada ──. ¡Qué gran idea la suya de atrapar al último con el colador del té...!

── Bueno, estoy seguro que a nadie le parecerá mal que ayude un poco a la mejor estudiante del curso ── dijo Lockhart afectuosamente, sacando una pluma de pavo real ──. Sí, es bonita, ¿verdad? ── dijo, interpretando al revés la expresión de desagrado de Ron ──. Normalmente la reservo para firmar libros.

Garabateó una floreteada firma sobre el papel y se lo devolvió a Hermione.

── Así que, Harry, Alessia ── dijo Lockhart, mientras Hermione plegaba la nota con dedos torpes y la metía en la bolsa ──, mañana se juega el primer partido de quidditch de la temporada, ¿verdad? Gryffindor contra Slytherin, ¿no? He oído que eres un jugador fundamental. Yo también fui buscador, aunque muchas veces quisieron que jugara como cazador, ya que era muy bueno en aquellas dos posiciones. De hecho me pidieron que entrara en la selección nacional, pero preferí dedicar mi vida a la erradicación de las Fuerzas Oscuras. De todas maneras, si necesitan unas cuantas clases de entrenamiento, no duden en decírmelo. Siempre me satisface dejar algo de mi experiencia a jugadores menos dotados...

Alessia, sintiéndose ofendida, estuvo a punto de decirle algo pero Harry fue más rápido y la tomó del brazo,  ambos salieron del aula a toda prisa.

── Es increíble ── dijo Hermione, mientras examinaba la firma en el papel ──. Ni siquiera ha mirado de qué libro se trataba.

── Porque es un completo imbécil ── dijo Ron ──. Pero ¿a quién le importa? Ya tenemos lo que necesitábamos.

── Él no es un completo imbécil ── chilló Hermione, mientras iban hacia la biblioteca a paso ligero.

── Claro que lo es, Herms, sólo que no quieres aceptarlo ── bufó Alessia.

Los cuatro bajaron la voz al entrar en la envolvente quietud de la biblioteca. La señora Pince, la bibliotecaria, los miraba recelosa mientras leía el título del libro que buscaban, trató de tomar la nota de Hermione, pero la castaña no la soltaba.

── Desearía poder guardarla ── dijo Hermione, aguantando la respiración.

Ron bufó, le quitó la nota de las manos y se la entregó a la señora Pince.

── Te conseguiremos otro autógrafo. Lockhart firmará cualquier cosa que se esté quieta el tiempo suficiente.

La señora Pince levantó el papel a la luz, como dispuesta a detectar una posible falsificación, pero la nota pasó la prueba. Caminó orgullosamente por entre las elevadas estanterías y regresó unos minutos después llevando con ella un libro grande de aspecto mohoso. Hermione lo metió en su bolsa con mucho cuidado, e intentó no caminar demasiado rápido ni parecer demasiado culpable.

En el camino hacia los aseos de chicas, se toparon con Alexander, el Slytherin que Alessia había conocido hace unas semanas, al verla la saludó con una ligera sonrisa, la cual cambió a una sonrisa burlona al ver que el entrecejo del azabache con anteojos se frunció cuando la pelirroja le devolvió el saludo con entusiasmo.

── ¡Me alegro que te hayas recuperado, leona! ── exclamó Alex, guiñándole un ojo mientras caminaba en dirección contraria a la de ellos.

── ¿Quién es? ── preguntó Hermione, curiosa, cuando Alex se alejó del lugar.

── Oh, él es Alexander Clark ── respondió la pelirroja, volteando a ver a sus amigos ──. Lo conocí cuando Jayden me llevó a la enfermería. Me agrada, es buen chico...

Se escuchó un bufido de parte de Harry.

── Hay que darnos prisa ── dijo y aceleró el paso, dejándolos atrás.

── ¿Qué le ocurre? ── Alessia miró a sus amigos extrañada, pero Ron y Hermione intercambiaron una mirada para después encogerse de hombros, mientras que una sonrisa burlona aparecía en sus rostros.

Cinco minutos después, se encontraban de nuevo refugiados en los aseos fuera de servicio de Myrtle la Llorona. Hermione y Alessia habían ignorado las objeciones de Ron argumentando que aquel sería el último lugar en el que entraría alguien en su sano juicio. Myrtle lloraba estruendosamente en su retrete, pero ellos no le prestaban atención, y ella a ellos tampoco.

Hermione abrió con cuidado el Moste Potente Potions, y Alessia se acercó a ella para leer.

── ¡Aquí está! ── dijo Hermione emocionada, al dar con la página que llevaba por título La poción multijugos. Estaba decorada con dibujos de personas que iban transformándose en otras distintas.

» Ésta es la poción más complicada que he visto nunca ── dijo Hermione, al mirar la receta ──. Crisopos, sanguijuelas, Descurainia sophia y centinodia — murmuró, pasando el dedo por la lista de los ingredientes.

── Bueno, no son difíciles de encontrar, están en el armario de los estudiantes ── murmuró Alessia ──, podemos conseguirlos.

La castaña asintió de acuerdo.

── ¡Vaya, miren, polvo de cuerno de bicornio! ── exclamó Hermione ──. No sé dónde vamos a encontrarlo... piel en tiras de serpiente arbórea africana... eso también será peliagudo... y por supuesto, algo de aquel en quien queramos convertirnos.

—Perdona —dijo Ron bruscamente—. ¿Qué quieres decir con «algo de aquel en quien queramos convertirnos»? Yo no me voy a beber nada que contenga las uñas de los pies de Crabbe.

Ambas chicas hicieron como si no lo hubieran oído y Hermione continuó.

── De momento, todavía no tenemos que preocuparnos porque esos ingredientes los echaremos al final.

Sin saber qué decir, Ron se volvió a Harry, que tenía otra preocupación.

── ¿No te das cuenta de cuántas cosas vamos a tener que robar, Hermione? Piel de serpiente arbórea africana en tiras, desde luego eso no está en el armario de los estudiantes, ¿qué vamos a hacer? ¿Forzar los armarios privados de Snape? No sé si es buena idea...

Alessia recordó la advertencia de Dumbledore. Era riesgoso, si Snape los atrapaba, los expulsarían de Hogwarts.

Hermione cerró el libro con un ruido seco.

── Bueno, si se van a acobardar, pues bien ── dijo, con las mejillas coloradas y los ojos más brillantes de lo normal ──. Yo no quiero saltarme normas, ya lo saben, pero pienso que aterrorizar a los magos de familia muggle es mucho peor que elaborar un poco de poción. Pero si no tienen interés en averiguar si el heredero es Malfoy, iré con la señora Pine y le devolveré el libro inmediatamente.

── Está bien, lo haremos, Hermione ── declaró Alessia, rápidamente.

── No creí que fuera a verte nunca intentando persuadirnos de que incumplamos las normas ── dijo Ron, sorprendido.

── Pero ¿cuánto nos llevará hacerlo? ── preguntó Harry, cuando Hermione, satisfecha con las respuestas positivas, volvió a abrir el libro.

── Bueno, como hay que tomar la Descurainia sophia con la luna llena, y los crisopos han de cocerse durante veintiún días... yo diría que podríamos tenerla preparada en un mes, si podemos conseguir todos los ingredientes.

── ¿Un mes? ── dijo Ron ──. ¡En ese tiempo, Malfoy puede atacar a la mitad de los hijos muggles! ── Hermione volvió a entornar los ojos amenazadora mente, y él añadió sin vacilar ──: Pero es el mejor plan que tenemos, así que adelante a toda máquina.

Sin embargo, mientras Hermione comprobaba que no había nadie a la vista para poder salir del aseo, Ron les susurró a Harry y Alessia:

── Sería mucho más sencillo que mañana derribaran a Malfoy de la escoba.



Alessia se despertó demasiado temprano la mañana del sábado, estaba nerviosa por el partido que se llevaría a cabo ese día. Nunca había ansiado tanto ganarle a Slytherin, sabía que sería difícil pero se esforzaría. Se incorporó en la cama y pasó sus manos por su cara, sentía que su estómago se revolvía. No tenía idea de cómo reaccionaría Wood si perdían ese juego.

Después de estar pensando constantemente en el partido de ese día, se levantó, se vistió y bajo a desayunar. Al bajar a la sala común se topó con Harry que perecía estar igual de nervioso que ella.

Bajaron juntos al Gran Comedor, allí encontraron al resto del equipo de Gryffindor, reunidos en torno a la gran mesa vacía. Todos estaban nerviosos y apenas hablaban.

── Lia, debes comer algo ── le dijo Jayden a su hermana. Hermione lo había buscado al ver que la pelirroja se negaba a comer.

Alessia tenía la cabeza recargada en la mesa.

── Ahora mismo entiendo cómo se sintió Harry en nuestro primer partido ── murmuró.

Unos minutos después de que Jayden lograra que Alessia comiera algo, el colegio empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba con una tormenta. Cuando Harry y Alessia iban camino hacia los vestidores, Ron, Hermione y Jayden se acercaron a desearles suerte.

── Sé que tú puedes, bolita de masa ── dijo, despeinándole el cabello. Miró a los dos menores del equipo de Gryffindor y agregó ──: Patéenles el trasero.

Alessia y Harry soltaron una risa, pero asintieron y luego entraron a los vestidores. Los jugadores se vistieron con sus típicas túnicas rojas de Gryffindor y luego se sentaron a recibir la habitual inyección de ánimo que Wood les daba antes de cada partido.

── Los de Slytherin tienen mejores escobas que nosotros ── comenzó ──, eso no se puede negar. Pero nosotros tenemos mejores jugadores sobre las escobas. Hemos entrenado más que ellos y hemos volado bajo todas las circunstancias climatológicas...

── ¡Y tanto! ── murmuró George Weasley ──, no me he secado del todo desde agosto...

──... y vamos a hacer que se arrepientan del día en que dejaron que ese pequeño canalla, Malfoy ── continuó Wood ──, les comprara un puesto en equipo.

Con la respiración agitada por la emoción, Wood se volvió a Harry.

── Es misión tuya, Harry, demuéstrales que un buscador tiene que tener algo más que un padre rico. Tienes que atrapar la snitch antes que Malfoy, o perecer en el intento, porque hoy tenemos que ganar.

── Así que no te sientas presionado, Harry ── le dijo Fred, guiñándole un ojo.

Wood se volvió hacía Katie, Angelina y Alessia, las cuales estaban sentadas juntas.

── Hagan lo que saben hacer ── dijo ──, demuéstrenles que no se necesita un equipo conformado sólo de chicos para ganar.

Las miró orgulloso, a lo que las tres chicas sonrieron.

── Les patearemos el trasero ── murmuró Angelina en respuesta.

Los gemelos Weasley vitorearon.

── Bien. Es hora de salir y ganar ese partido ── Wood tomó su escoba y se dirigió hacia la salida, mientras los demás lo seguían.

Alessia se acercó a Harry, y ambos se desearon suerte.

Cuando salieron al campo, fueron recibidos con un gran estruendo; eran sobre todo aclamaciones de Hufflepuff y Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos. La señora Hooch, que era la profesora de quidditch, hizo que Flint y Wood se dieran la mano, y los dos contrincantes aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes y apretar bastante más de lo necesario.

Al soltarse las manos para después acercarse a sus respectivos equipos, Flint les lanzó una mirada burlona a las integrantes del equipo de Gryffindor.

Alessia frunció el ceño mientras ajustaba su peinado (su rojizo cabello estaba atado en una coleta alta).

── Cuando toque el silbato ── dijo la señora Hooch ──: tres... dos... uno...

Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo plomizo. Angelina se lanzó por la quaffle, siendo seguida inmediatamente por Alessia y Katie.

Marcus Flint fue el primero en tomar posesión de la quaffle, Alessia y Angelina se lanzaron contra él y lograron quitarle la pelota, se dirigieron a los aros del equipo contrario y lograron anotar, pero inmediatamente el equipo contrario tomó, otra vez,  posesión de la quaffle.

Alessia iba tan concentrada, pero casi se cae de su escoba cuando una bludger negra y pesada, le rozó la cabeza. Cuando quiso retomar su marcha, la bludger cambió de dirección en medio del aire y se lanzó, otra vez, contra ella.

── Pero ¿qué...? ── dijo al aire, mientras miraba que la bludger se dirigía ahora contra Harry. Aprovechando el poco tiempo que tenía, se acercó a uno de los gemelos Weasley ──. Fred, esa bludger...

Guardó silencio abruptamente al ver que la pelota dejaba de seguir a Harry para dirigirse a ella.

Fred Weasley actuó rápido y rechazó la bludger con el bate. Pero la bludger cambió de dirección al igual que hace unos momentos y se dirigió otra vez hacia Alessia. Fred logró golpearla otra vez y la bludger fue detrás de Harry.

── ¿Pero qué le ocurré? ── masculló Fred.

──No lo sé ── murmuró Alessia, pensativa ──. Al parecer está siendo manipulada.

Alessia retomó el partido. Slytherin había logrado anotar puntos.

Estaba claro que la superioridad de las escobas de Slytherin daba sus resultados, y mientras tanto, la bludger loca hacía todo lo que podía por derribar a Harry o Alessia. Fred y George se encargaban de resguardar al azabache, mientras que Alessia trataba de esquivarla cuando ésta se dirigía hacia ella.

── ¡¿Qué demonios sucede con esa bludger?! ── exclamó Katie Bell cuando se juntaron las tres para atacar.

── No lo sé ── respondió Alessia mientras se quitaba un mechón de cabello mojado de la cara. Había empezado a llover ──. No ha dejado de seguirnos a Harry y a mí, la están manipulando.

Alessia se lanzó contra Adrian Pucey para quitarle la quaffle, lo cual logró y le dio un pase a Katie, las tres cazadoras se acercaron velozmente hacia los aros de Slytherin. Katie le paso la quaffle a Angelina. Cuando Angelina estuvo por tirar pero una bludger se lo impidió.

El juego se detuvo unos momentos a petición del equipo escarlata, y los siete jugadores de Gryffindor bajaron al césped.

── ¿Qué ocurre? ── preguntó Wood, cuando el equipo se reunió, mientras la afición de Slytherin los abucheaba ──. Nos están haciendo papilla. Fred, George, ¿dónde estaban cuando la bludger le impidió marcar a Angelina?

── Estábamos ocho metros por encima de ella, Oliver, para evitar que la otra bludger matara a Harry ── dijo George enfadado ──. Alguien la ha manipulado... no dejará en paz a Harry y Alessia, no ha ido detrás de nadie más en todo el tiempo. Los de Slytherin deben haberle hecho algo.

── Pero las bludger han permanecido guardadas en el despacho de la señora Hooch desde nuestro último entrenamiento, y aquel día no les pasaba nada...── dijo Wood, perplejo.

La señora Hooch iba hacia ellos. Detrás de ella, Alessia veía al equipo de Slytherin que la señalaban a ella y Harry, burlándose.

── Escuchen ── les dijo Harry, mientras la señora Hooch se acercaba ──, con ustedes dos volando todo el rato a mi lado, la única posibilidad que tengo de atrapar la snitch es que se me meta por la manga. Vuelvan a proteger al resto del equipo y déjenme que me las arregle solo con esa bludger loca. Así también podrán proteger a Alessia.

── No seas tonto ── dijo Fred ──, te partirá en dos.

── Ni siquiera lo pienses, James ── dijo Alessia ──. Yo estaré bien, he podido lograr esquivar en varias ocasiones esa bludger, y además, me ataca menos a mí que a ti.

Wood tan pronto miraba a Harry y Alessia como a los Weasley.

── Oliver, esto es una locura ── señaló Katie Bell enfadada ──, no puedes dejar que Harry y Alessia se las apañen con la bludger. Esto tenemos que investigarlo.

── ¡Si paramos ahora, perderemos el partido! ── argumentó Harry ──. ¡Y no vamos a perder frente a Slytherin sólo por una bludger loca! ¡Vamos, Oliver, diles que dejen que me las apañe yo solo!

── Esto es culpa tuya ── dijo George a Wood, enfadado ──. «¡Atrapa la snitch o muere en el intento!» ¡Qué idiotez decir eso!

── Tranquilos, chicos ── dijo la pelirroja al ver como se exaltaban.

En ese momento llegó la señora Hooch.

── ¿Listos para seguir? ── preguntó a Wood.

Wood contempló la expresión absolutamente segura del rostro de Harry.

── Bien ── dijo ──. Fred y George, ya lo han oído... dejen que se enfrente él solo a la bludger.

La lluvia volvió a arreciar. Al toque del silbato de la señora Hooch, los siete integrantes del equipo de Gryffindor dieron una patada en el suelo y ascendieron. Alessia se lanzó para tomar la quaffle pero Graham Montague y su Nimbus 2.001, fueron más rápidos.

Vio cómo una  bludger  se acercaba a ella, pero George Weasley la golpeó con el bate en dirección a Adrian Pucey.

── A su rescate, señorita ── el pelirrojo hizo una pequeña inclinación. Se distrajeron cuando escucharon gritos de las tribunas y la bludger loca le pegó de lleno a Alessia en el costado.

La pelirroja sintió un intenso dolor que le impedía respirar con normalidad. Su cuerpo cayó de la escoba sintió como chocaba contra el mojado pasto del campo de juego.

Lo último que puedo ver fue a una silueta inclinándose sobre ella.

── ¡Alessia!

── ¡Aly!

── ¡Lia...!

Las voces se escuchaban lejanas, y sintiéndose morir de dolor, se desmayó.



Alessia abrió los ojos lentamente, el dolor que había sentido cuando la bludger la golpeó había desaparecido. Al parecer estaba en la enfermería.

A lo que pudo notar, le habían cambiado la ropa y podía sentir una venda rodeando su torso. Observó a su lado, ahí estaba Jayden, sentado en una silla, al parecer no había notado que ella ya había despertado.

── ¿Te atreves ahora a defender a Lockhart, Hermione? ── escuchó la voz de Ron ──. Si Harry hubiera querido que lo deshuesaran, lo habría pedido.

── Cualquiera puede cometer un error ── ahora se escuchó la voz de Hermione ──. Y ya no duele, ¿verdad, Harry?

── No ── respondió Harry ──, no duele ni sirve para nada.

Pasaron unos segundos cuando Alessia dijo con voz suave:

── Herms, debes de aceptar que Lockhart es un bueno para nada...

── ¡Que no lo es...! ── exclamó Hermione, pero después todo quedó en silencio ──. ¡Alessia!

Jayden levantó la vista y dejó escapar un profundo suspiro de alivio.

── ¿Te sientes mejor? ── preguntó en un susurro pero la pelirroja le entendió perfectamente.

Alessia asintió despacio, aunque seguía sintiendo un malestar en su costado.

Hermione cruzó la cortina que separaba la cama de la pelirroja con las demás.

── Alessia, me asusté mucho cuando vi que la bludger te golpeó y caíste de tu escoba... ── dijo con un hilo de voz ──. Esa bludger también golpeó a Harry y le rompió el brazo, pero el profesor Lockhart fue a auxiliarlo y ahora ya no le duele.

── Como dije: no duele ni sirve para nada ── exclamó Harry al otro lado de la cortina que los separaba.

Jayden se puso de pie y quitó la cortina.

── ¿Qué...? ¿No sirve? ── preguntó Alessia, confundida.

── Pues resulta que el profesor favorito de Hermione, dejó el brazo de Harry sin huesos ── explicó Ron ──. Y Hermione sigue defendiéndolo.

── ¡El sólo quería ayudar! ── chilló Hermione.

── Si quería ayudar, entonces hubiera traído a Harry a la enfermería inmediatamente ── señaló Jayden con los brazos cruzados.

── ¡Eso fue lo que les dije en cuanto entraron! ── exclamó la señora Pomfrey acercándose con una botella grande etiquetada como «Crecehuesos» ──. Ahora va a pasar una mala noche. Hacer que los huesos vuelvan a crecer es bastante desagradable.

Y sin dejar de criticar los deportes peligrosos y a los profesores ineptos, la señora Pomfrey se retiró. Hermione y Ron ayudaron a Harry a beber un poco de agua.

── Y... ¿Qué me pasó? ── preguntó Alessia mirando a su hermano.

── La bludger loca te golpeó en el costado, te rompió tres costillas ── respondió el oji-azul con el rostro contraído ──. Caíste de tu escoba, y te golpeaste fuertemente contra el pasto... me asusté mucho... Te traje lo más rápido a la enfermería. Resulta que Lockhart también quería ayudarte al igual que como lo hizo con Harry.

── Gracias por alejarme de ese peligro andante ── agradeció Alessia con una ligera sonrisa en el rostro. Ron dejó escapar una carcajada.

── ¡Lia! ¡Él no es...!

── Sí lo es, Hermione ── le interrumpió Harry.

La castaña frunció el ceño y se cruzó de brazos. Jayden se acercó a Alessia, le dio un pequeño beso en la frente y le despeino el cabello.

── Dejaré que platiques con tus amigos ── dijo ──. Te veré mañana.

El azabache camino hacia la salida de la enfermería y se fue, dejándolo a los cuatro amigos solos.

── ¿Te encuentras mejor, Aly? ── preguntó Harry con preocupación. Alessia asintió.

── Sí, ya no duele, no te preocupes

── Bueno... ¡Pero hemos ganado! ── les dijo Ron, sonriendo tímidamente ──. Todo gracias a tu jugada, Harry, y a los puntos anotados por Alessia y las otras cazadoras. ¡Y la cara que ha puesto Malfoy... Parecía querer matar a Harry!

── Me gustaría saber cómo trucó la bludger ── dijo Hermione intrigada.

── Añade eso a la lista de preguntas que le haremos después de tomar la poción multijugos ── dijo Harry acomodándose en las almohadas.

En aquel momento, se abrió de golpe la puerta de la enfermería. Sucios y empapados, entraron para ver a Harry y Alessia los demás jugadores del equipo de Gryffindor.

── ¡Increíble partido, Harry, Alessia! ── les dijo George ──. Acabo de ver a Marcus Flint gritándole a Malfoy algo parecido a que tenía la snitch encima de la cabeza y no se daba cuenta. Malfoy no parecía muy contento.

Habían llevado pasteles, dulces y botellas de zumo de calabaza; se situaron alrededor de las camas de Harry y Alessia, y ya se estaban preparando lo que prometía ser una fiesta estupenda, cuando se acercó la señora Pomfrey gritando:

── ¡Estos dos chicos necesitan descansar, y uno tiene que reponer treinta y tres huesos! ¡Fuera! ¡FUERA!

Y dejaron a los dos amigos solos.



Horas después, Alessia se despertó sobresaltada al escuchar un grito perteneciente a Harry.

── ¿Harry...? ¿Qué pasa?

── ¡Fuera! ── gritó el azabache de nuevo ──: ¡Dobby!

Alessia frunció el ceño, y volteó hacia la cama de Harry. A través de la oscuridad pudo notar la silueta pequeña del elfo doméstico, el cual había ido a su casa en vacaciones para advertirle que no volviera a Hogwarts.

── ¿Dobby...? ── murmuró la pelirroja.

── Alessia Benedette y Harry Potter han vuelto al colegio ── susurró triste el elfo ──. Dobby avisó y avisó a Harry Potter y Alessia Benedette. ¡Ah, señor! ¡Señorita!, ¿por qué no hicieron caso a Dobby? ¿Por qué no volvieron a casa cuando Harry Potter y Alessia Benedette perdieron el tren?

── ¿Qué hace aquí? ── dijo Alessia tratando de incorporarse en la cama ──. ¿Y cómo sabe que perdimos el tren?

A Dobby le tembló un labio.

── ¡Fue usted! ── exclamó Harry, señalando al elfo ──. ¡Usted impidió que la barrera nos dejara pasar!

── Sí, señor, claro ── dijo Dobby, moviendo vigorosamente la cabeza de arriba abajo y agitando las orejas ──. Dobby se ocultó y vigiló a Harry y Alessia, y selló la barrera, y Dobby tuvo que quemarse después las manos con la plancha.

Les enseño a Alessia y a Harry diez largos dedos vendados.

── Pero a Dobby no le importó, porque pensaba que Harry Potter y Alessia Benedette estaban a salvo, ¡pero no se le ocurrió que Harry Potter y Alessia Benedette pudieran llegar al colegio por otro medio!

Se balanceaba hacia delante y hacia atrás, agitando su fea cabeza.

── ¡Dobby se llevó semejante disgusto cuando se enteró de que Harry Potter y Alessia Benedette estaban en Hogwarts, que se le quemó la cena de su señor! Dobby nunca había recibido tales azotes...

Alessia dejó salir un profundo suspiro, y Harry se desplomó sobre las almohadas.

── Casi consigue que nos expulsen a Harry, Ron y a mí ── dijo Alessia, masajeando sus sienes.

── Lo mejor es que se vaya antes de que mis huesos vuelvan a crecer, Dobby, o podría estrangularte ── dijo Harry con dureza.

Dobby sonrió levemente.

── Dobby está acostumbrado a las amenazas, señor. Dobby las recibe en casa cinco veces al día.

Se sonó la nariz con una esquina del sucio almohadón que llevaba puesto; su aspecto que Harry sintió que se le pasaba el enojo, aunque no quería.

── ¿Por qué lleva puesto eso, Dobby? ── le preguntó con curiosidad.

── ¿Esto, señor? ── preguntó Dobby, pellizcándose el almohadón ──. Es un símbolo de la esclavitud del elfo doméstico, señor. A Dobby sólo podrán liberarlo sus dueños un día si le dan alguna prenda. La familia tiene mucho cuidado de no pasarle a Dobby ni siquiera un calcetín, porque entonces podría dejar la casa para siempre. ── Dobby se secó los ojos saltones y dijo de repente ──: ¡Harry Potter y Alessia Benedette deben volver a casa! Dobby creía que su bludger bastaría para hacerles...

── ¿Su bludger? ── dijo Alessia, enfureciéndose ──. ¿Qué quiere decir con «su bludger»?

── ¿Usted es el culpable de que esa bola intentara matarnos? ── dijo Harry con el ceño fruncido, parecía más enojado que Alessia.

── ¡No, matarles no, señor, nunca! —dijo Dobby, asustado ──. ¡Dobby quiere salvarles la vida a Harry Potter y Alessia Benedette! ¡Mejor ser enviado de vuelta a casa, gravemente herido, que permanecer aquí, señores! ¡Dobby sólo quería ocasionar a Harry Potter y a Alessia Benedette el daño suficiente para que los enviaran a casa!

── Ah, ¿eso es todo? ── dijo Harry irritado ──. Me imagino que no querrá decirnos por qué quería enviarnos de vuelta a casa hechos pedazos.

── ¡Ah, sí Harry Potter y Alessia Benedette supieran...! ── gimió Dobby, mientras le caían más lágrimas en el viejo almohadón ──. ¡Si supieran lo que significa para nosotros, los parias, los esclavizados, la escoria del mundo mágico...! Dobby recuerda cómo era todo cuando El-que-no-debe-nombrarse estaba en la cima del poder, señor. ¡A nosotros los elfos domésticos se nos trataba como a alimañas, señores! Desde luego, así es como aún tratan a Dobby, señores ── admitió, secándose el rostro en el almohadón.

── Pero, señor, señorita, en lo principal la vida ha mejorado para los de mi especie desde que ustedes derrotaron al Que-no-debe-ser-nombrado. Harry Potter y Alessia Benedette sobrevivieron, y cayó el poder del Señor Tenebroso, surgiendo un nuevo amanecer, y Harry Potter y Alessia Benedette brillaron como un faro de esperanza para los que creíamos que nunca terminarían los días oscuros, señor, señorita... Y ahora, en Hogwarts, van a ocurrir cosas terribles, tal vez están ocurriendo ya, y Dobby no puede consentir que Harry Potter y Alessia Benedette permanezcan aquí ahora que la historia va a repetirse, ahora que la Cámara de los Secretos ha vuelto a abrirse...

Dobby se quedó inmóvil, aterrorizado, y luego agarró la jarra de agua de la mesilla de Harry y se dio con ella en la cabeza, cayendo al suelo. Un segundo después reapareció trepando por la cama de Harry, bizqueando y murmurando:

── Dobby malo, Dobby muy malo...

── ¿Así que es cierto que hay una Cámara de los Secretos? ── murmuró Harry ──. Y... ¿dice que se había abierto en anteriores ocasiones? ¡Hable, Dobby!

Harry sujetó la huesuda muñeca del elfo a tiempo de impedir que volviera a agarrar la jarra del agua.

── Pero nosotros no somos de familia muggle ── dijo la pelirroja, extrañada ── ¿Por qué va a suponer la cámara un peligro para nosotros?

── Ah, señor, señorita, no me hagan más preguntas, no pregunten más al pobre Dobby ── tartamudeó el elfo. Los ojos le brillaban en la oscuridad ──. Se están planeando acontecimientos terribles en este lugar, pero Harry Potter y Alessia Benedette no deben encontrarse aquí cuando se lleven a cabo. Váyanse a casa, Harry Potter, Alessia Benedette. Váyanse, porque no deben verse involucrados, es demasiado peligroso...

── ¿Quién es, Dobby? ── le preguntó Harry, manteniéndolo firmemente sujeto por la muñeca para impedirle que volviera a golpearse con la jarra del agua ──. ¿Quién la ha abierto? ¿Quién la abrió la última vez?

── ¡Dobby no puede hablar, señor, no puedo, Dobby no debe hablar! ── chilló el elfo ──. ¡Váyanse a casa, Harry Potter, Alessia Benedette, váyanse a casa!

── ¡No me voy a ir a ningún lado! ── dijo Harry con dureza.

── ¡No podemos irnos! ── exclamó Alessia ──. ¡Nuestra amiga es de familia muggle, y su vida está en peligro si es verdad que la cámara ha sido abierta!

Harry asintió decidido.

── ¡Harry Potter y Alessia Benedette arriesgan sus vidas por sus amigos! ── gimió Dobby, en una especie de éxtasis de tristeza ──. ¡Son tan nobles, tan valientes...! Pero tienen que salvarse, tienen que hacerlo, Alessia Benedette y Harry Potter no pueden...

Dobby se quedó inmóvil de repente, y temblaron sus grandes orejas. Alessia alcanzó a escuchar unos pasos que se acercaban por el corredor.

── ¡Dobby tiene que irse! ── musitó el elfo, aterrorizado.

Se oyó un fuerte ruido, y el puño de Harry se cerró en el aire.

── No puedo creer que él haya hecho todo eso...── masculló Alessia, echándose en la cama, con los ojos fijos en la puerta de la enfermería, mientras los pasos se acercaban.

Dumbledore entró en el dormitorio, vestido con un camisón largo de lana y un gorro de dormir. Acarreaba un extremo de lo que parecía una estatua. La profesora McGonagall apareció un segundo después, sosteniendo los pies. Entre uno y otra, dejaron la estatua sobre una cama.

── Traiga a la señora Pomfrey ── susurró Dumbledore, y la profesora McGonagall desapareció a toda prisa pasando junto a los pies de las camas de Alessia y Harry. El azabache le hizo señas a Alessia para que no hiciera ruido; ambos se quedaron inmóviles, fingiendo estar dormidos.

Se oyeron voces apremiantes, y la profesora McGonagall volvió a aparecer, seguida de la señora Pomfrey, que se estaba poniendo un jersey sobre el camisón de dormir. Alessia la escuchó tomar aire bruscamente.

── ¿Qué ha ocurrido? ── preguntó la señora Pomfrey a Dumbledore en un susurro, inclinándose sobre la estatua.

── Otra agresión ── explicó Dumbledore ──. Minerva lo ha encontrado en las escaleras.

── Tenía a su lado dos racimos de uvas ── dijo la profesora McGonagall ──. Suponemos que intentaba llegar hasta aquí para visitar a Potter y Benedette.

A Alessia le dio un vuelco en el corazón. Hizo un esfuerzo, y con cuidado se alzó para ver la estatua que había sobre la cama. Un rayo de luna le caía sobre el rostro.

El rostro de Alessia se contrajo de horror y sorpresa.

Era Colin Creevey. Tenía los ojos muy abiertos y sus manos sujetaban la cámara de fotos encima del pecho.

── ¿Petrificado? ── susurró la señora Pomfrey.

── Sí ── dijo la profesora McGonagall ──. Pero me estremezco al pensar... Si Albus no hubiera bajado por chocolate caliente, quién sabe lo que podría haber...

Los tres miraban a Colin. Dumbledore se inclinó y desprendió la cámara de fotos de las manos rígidas de Colin.

── ¿Cree que pudo sacar una foto a su atacante? ── le preguntó la profesora McGonagall con expectación.

Dumbledore no respondió. Abrió la cámara.

── ¡Por favor! ── exclamó la señora Pomfrey.

Un chorro de vapor salió de la cámara. A Harry y Alessia, que se encontraban a unas cuantas camas más allá, les llegó el agrio olor del plástico quemado.

── Derretido ── dijo asombrada la señora Pomfrey ──. Todo derretido...

── ¿Qué significa esto, Albus? ── preguntó apremiante la profesora McGonagall.

── Significa ── contestó Dumbledore ── que es verdad que ha abierto de nuevo la Cámara de los Secretos.

La señora Pomfrey se llevó una mano a la boca. La profesora McGonagall miró a Dumbledore fijamente.

── Pero, Albus... ¿quién...?

── La cuestión no es quién ── dijo Dumbledore, mirando a Colin ──; la cuestión es cómo.

Alessia pudo ver que la expresión de la profesora McGonagall se volvía sombría.






── (author's note):

¡Gracias por todo el apoyo que le están dando a la saga de Alessia Benedette!






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『CHRYSTHEMUMS 2O2O』

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