Este capítulo va dedicado a yenifertreder quien amenazaba con dejar de seguirme si no lo publicaba. Espero de guste.😌👌♥️
Es corto, pero espero les guste a todas.🥺♥️
Las amo.♥️
Los Cullen estaban ansiosos en la sala de su gran casa, Edward había salido detrás de Alex intentando detenerla. Carlisle no perdió tiempo y se dirigió hacia el garage, no podía dejar a su hijo solo, no después de lo que Alice había visto.
Emmet decidió quedarse en casa, vigilando a Damon junto con Jasper y Esme. En el carro solo venian el Doctor, Alice, Max y Stefan. El chico con pecas tenía la vista pegada en su celular, ansioso mandando mensajes a su amiga, llamándola, pero ella no contestaba.
-¡Maldita sea!.- exclamo lanzando el teléfono al piso del auto.
-Tranquilo, amor.
-No puedo estar tranquilo.- espetó entre dientes.- Ella tomó el auto, no puede conducir, ella no puede.
Alice sollozó ante lo que Max había dicho, sorprendentemente la pequeña Cullen se encontraba muy callada.
-Alice, dime lo que viste.- pidió Max por décima vez.
La susodicha negó repetidas veces.
-Por favor, Alice, necesito saber.- suplicó de nuevo.- Es mi mejor amiga, te lo pido.
La vampiro tomó una larga respiración, a pesar de que ese acto no hacía nada a su cuerpo vampiro, sentía esa gran necesidad de aire, solo para tranquilizarse.
-Cuando Alex llegó a la escuela, el primer día, tuve una visión.- empezó con voz mortecina.- Era ella y Edward, ambos felices, enamorados. Me alegré tanto por ello, que no dudé en querer hacer esa visión realidad cuanto antes, quería que mi hermano fuera feliz, él ya no sería el vampiro deprimido de siempre. Sería feliz, como tanto lo merecía. Al ver sus ojos, la sonrisa en sus labios al verla, los sentimientos que iban emergiendo, creí que lo había hecho bien, él empezaba a ser feliz.
Se detuvo un momento y ninguno de los presentes se atrevió a decir algo, solo querían que la triste vampiro siguiera hablando. Alice contrajo el rostro, recordar esas visiones no era nada grato, sin embargo, debía sacarlo, les debía al menos esa explicación.
-Pero al día siguiente, tuve otra visión...- jadeó.- Un accidente, al principio no me asusté, siempre he tenido visiones catastróficas y había logrado cambiarlo, pensé que si se tomaban decisiones diferentes el futuro cambiaría. Pero no importaba cuantas decisiones diferentes se tomaran, todas siempre llevabam al mismo final, una y otra vez. No había otro destino, solo ese, de una forma u otra el camino que recorrían los llevaba a lo mismo. Todas las visiones que tenía sobre ellos terminaban el lo mismo, el mismo destino, el mismo final. Así que mi última opción fue hacer que su tiempo juntos se hiciera mas largo. Ellos fueron felices, por un efímero momento. Lo intenté, pero...
-Esta bien, hija.- interrumpió Carlisle tomando su mano.- Con eso es suficiente.
Max había empezado a soltar lagrimas, eso no le gustaba nada. Stefan lo abrazó y besó delicadamente su cabeza, susurrando cosas reconfortantes y repitiéndole cuanto lo quería.
-Ella ya a pasado tantas cosas.- susurró.- No merece esto, no puede terminar así, es injusto, debe de haber otra forma de...
Entonces, en ese momento, se escuchó un estruendo a lo lejos, tan fuerte y alarmante que detuvo la respiración de Max, poniendo alerta a los vampiros y haciendo que Alice cerrara sus ojos con pesar.
Había pasado.
(((((******)))))
No podía dar crédito a lo que sus ojos veían.
El auto se había estrellado contra un árbol, y ella había atravesado el parabrisas.
No perdió tiempo, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba con ella, tomándola en brazos delicadamente, Su bello rostro estaba lleno de sangre, pedazos de vidrios encajados en sus mejillas, sí cabello rubio se tiño de aquel escalofriante carmesí, en ese momento no fue capaz de siquiera pensar en sus instintos primitivos, aquellos que lo obligaban a beber sangre, no, ahora solo le importaba su bienestar, aunque el sutil ardor en su garganta estaba ahí. Ella estaba desmayada, o mas bien, dormida.
-Cielo, abre los ojos.- pidió desesperado y asustado, apartando el cabello de su rostro.- Por favor, por favor, Alex abre los ojos, te lo suplico, mi amor, abre los ojos.
Ella gimió ante el dolor que atravesaba su cuerpo, abrió despacio sus ojos, estos estaban abiertos de para en par, su cuerpo estaba entumecido. Había dolor en sus costillas, brazos y rostros, sintió un sabor metálico en su paladar al momento que tosía y tenía arcadas, había salido sangre de su boca.
-Estas bien, cielo, estas bien.- repetía Edward una y otra vez limpiando con cierto desespero su boca.
Alex lo miró, Edward se sintió aliviado al no ver odio en su mirar, no lo odiaba, ni lo repudiaba.
-E-Edward...- musito con dificultad.
El auto de Carlisle se detuvo de golpe cerca de ellos, Max bajó de prisa, corriendo y gritando el nombre de su amiga. Stefan lo detuvo cuando las piernas de su chico fallaron al ver a su amiga en aquel estado, cubrió su boca con sus manos conteniendo el grito que amenazó con salir. Su llanto se hizo mas fuerte. Carlisle se acercó rápidamente, examinando sus heridas, Alex parecía fuera de sí, no lo miró ni reaccionó cuando las frías manos de Carlisle se posaron en su cuerpo, su vista y atención solo estaba en Edward. Sus oídos zumbaban y oía solo la voz de Edward como un eco, su pecho ardía y se le dificultaba respirar.
Alice miraba la escena desde lejos, no podía estar cerca. No podía.
Un gemido de dolor brotó de los labios de Alex cuando sintió como Carlisle apretaba cieV rta parte de su cuerpo.
-¡Le haces daño!.- gruñó Edward fuera de sí alejando bruscamente a su padre, quien no dijo nada, entendía como se sentía su hijo.
-Tranquilo, Edward, solo intento ayudarla.- comentó alzando sus manos y alejándolas de Alex.- Sus heridas son profundas, su pulso es débil, puede tener una fuerte contusión en la cabeza, por eso su desorientación. Lo morado en su pecho y abdomen significa que hay hemorragia interna, tiene costillas rotas y muy probable que alguna haya perforado un pulmón.
Edward cerró los ojos maldiciendo.
¿Porqué?¡¿Porqué a ella!?¡¿Porqué!?
-¿Que podemos hacer?¡¿Como la ayudamos!?.- cuestionó exaltado, asustandose al ver el rostro abatido y rendido de su padre.- ¡Carlisle, por favor!
El doctor negó.
-Sus heridas son muy graves, hijo.- musito lo obvio.- No llegará al hospital, su hemorragia es muy grande. Y si la llevamos a nuestra velocidad, su contusión puede empeorar, dañariamos su cerebro de forma permanente.
Edward jadeó meciendo su cuerpo de adelante hacia atras. Max soltó un fuerte sollozó haciendo que Stefan apretara mas su agarre en él.
-Lo siento, hijo.
-¡No!¡No, por favor!¡Haz algo!¡No puede irse así!¡No puede!.- gritó enarnecido.- No puede, por favor. No.- susurró recargado su frente junto a la de ella, quien no dejaba de verlo.
-E-Edward... Lo.. lo siento...
El vampiro alzó la mirada, sus hermosos ojos verdes lo miraban con aquel cariño de siempre, con aquella paz que ella representaba.
-Yo lo siento, cielo, lamento no haberte hablado con la verdad antes.- susurró sintiendo unas inmensas ganas de llorar.- Esto es culpa mía, nada de esto habría pasado si hubiera sido sincero.
-No es... No es tu culpa... Y-Yo no debí tomar... el auto.- hablaba difícilmente con la sangre escurriendo de su boca, Edward se dedicó a limpiarla suavemente.
-No te vayas, por favor, te lo suplico.- jadeó el vampiro débilmente.
-No... hay... Otra manera... Esto... Iba a pasar... Tarde o... Temprano...- escupió mas sangre.
Edward negó, no, ella no podía irse, no así, no ahora. Ella tenía mucho por lo que vivir, ella tenía mucho que experimentar, no podía irse de esta manera tan cruel, tan dolorosa. No, no podía ser así, no así.
-No.- dijo serio.- No sucederá, no.
Decidido, tomó uno de sus brazos y lo acercó a él.
-¿Hijo, que haces?.- se alarmó Carlisle.
-¡Ella no puede irse así!¡Es tan injusto!¡Ella merece mas!.- exclamó alterado.
-Esta decisión no te concierne, piensa bien lo que vas a hacer.- dijo Max con voz entrecortada.
-¡No hay tiempo!¡Esta muriendo!
-Edward... Espera.- se quejó Alex al ver lo que él pretendía hacer.
-Descuida, amor. No sufrirás mas.- susurró él mirandola.
Alex negó débilmente.
-No, Edward... Yo... Yo no quiero... Ser como tú.
Edward la miró confundido, si, entendía eso. Sin embargo, ella estaba muriendo, ¡Él quería salvarle la vida!
-Cielo...
-No.- repitió ella.- Edward, yo no te odio. Pero... No quiero ser como tu.
-¿Prefieres morir? Eres muy joven, amor, por favor, mereces mas.
Alex sonrió, apretó los ojos y cuando los abrió los clavó en el cielo, su sonrisa se ensanchó.
-Mamá.
El vampiro frunció las cejas, mencionó su nombre despacio, pero ella seguía ensimismada viendo el cielo nublado y las copas de los árboles meciendose lentamente. Le dedicó una mirada preocupada a su padre, quien miraba a la rubia con atención, Max también la miraba y Alice por otro lado no podía hacerlo, su vista estaba fija en el suelo, pensando que esta visión hecha realidad, era la menos trágica de todas las que había tenido con anterioridad.
-Esta delirando.- fue lo único que dijo su padre.
Edward regresó la vista a la rubia, para después mirar su muñeca.
-No lo hagas, Edward.- se apresuró a decir Alice, recibiendo la atención de su hermano.- Si lo haces...- no siguió con palabras, sino que le permitió ver el futuro que le deparaba a todos si Alex se convertía en vampiro sin que ella lo deseara.
El vampiro maldijo mentalmente.
-Está... Llamándome, Edward.- susurró Alex.- ¿La escuchas? Había... Olvidado su voz. Es hermosa.
Edward no pudo hacer mas que sonreír de forma triste. Resignado.
-Lo es, amor, es muy hermosa.- susurró.
-Quiero ir con ella...
Edwars soltó un ruido parecido a los de un animal herido.
-¿Eso quieres, cielo?.- preguntó en un susurro.
Ella asintió.
Edward apretó los labios. Trató de sonreír.
-Esta bien... Todo está bien.
Ella giró sus ojos a él, sonriendo.
-Te amo, Edward.
Aquellas palabras parecieron detener el tiempo por un segundo. No le dio tiempo de responder, cuando ella habló de nuevo.
-Dile a mi padre que lo siento... Y que lo amo mucho.
-Lo haré, cielo.- aceptó aún un tanto aturdido.- Esta bien.
Ella no dejaba de sonreír. Ya no sentía dolor.
-¿Voy a estar bien?.
-Si.- respondió él.
-¿Cuando?.- preguntó con desespero asustada cuando él tardó en responder.
Edward jadeó.
-Cuando cierres los ojos.
La rubia asintió.
-Te amo, Edward.- repitió.
-Alex...- sonrió.- Alex, yo te...
Su corazón se detuvo.
Él escuchó perfectamente su último latido, antes de que se extendiera un basto silencio. Se quedó echo piedra, en shock, simplemente había pasado, no pudo responderle aquel Te amo que se quedó flotando en el aire, por mas que quisiera poder haberselo dicho antes, no se podía, ella se había ido.
Se había ido.
El grito que Max soltó lo hizo reaccionar, el chico con pecas cayó al suelo de rodillas con Stefan siguiéndolo, sollozaba y negaba ante lo que sus ojos habían presenciado. Su primera y única mejor amiga había muerto, se había ido sin mas y no tuvo oportunidad de decirle cuanto la quería, cuando lamentaba lo que había pasado y cuanto le agradecía el haber aparecido en su vida, ella había cambiado el rumbo de su destino para bien.
El apuesto vampiro soltó un gruñido de impotencia, escondiendo su rostro en el cuello del cuerpo inerte de su primer y ,para sus adentros, su último amor. Ella le había demostrado una visión diferente del mundo, una visión que él visualizaba con ella, ahora ya no estaba.
-Perdoname, lo siento, lo siento tanto.- sollozaba contra su piel, aquella que gracias a la temperatura de su cuerpo, empezaba a ponerse fría con rapidez.
Alice se acercó a él, se arrodillo a su lado y colocó una mano en su hombro. Acarició suavemente, tratando de darle reconforte que ahora no ayudaba mucho.
-Perdon, Edward. Por mas que intenté, no pudo ser diferente.- se disculpó de nuevo.
-Es tan injusto, Alice.- gruñó.
-Lo es.
-No pude responderle, no pude.