¡No soy su jeva! »Vene

De -redwings

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Venezuela intentó escapar de esta situación tan incómoda, la mirada de todos esos países más grandes, altos y... Mais

1;Brasil.
2;Estados Unidos.
3;Rusia.
4;China
5;México
6;Siria.
7;Argentina.
8;Alemania.
9;Japón. 1/2
💬; ᴳʳᵘᵖᵒ
10;Japón. 2/2
11;Canadá.
12;Chile.
15; ꒻ꋬꉣꄲꋊ III

14;uọdɐɾ II

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De -redwings

El viento soplaba con fuerza, la noche era bastante oscura y nublada, ni siquiera las estrellas se notaban, si el frío era fuerte en la ciudad, en un paisaje rural era insoportable.

En aquella cabaña en mitad de un bosque, sólo se escuchaban los ruidos de las hojas de los árboles moverse por el viento, algunos búhos también podían escucharse, al igual que arbustos moviéndose por algún que otro animal silvestre, aquella cabaña tenía una chimenea encendida, era la única cosa que daba luz.

Afuera, sólo la luz de la luna iluminaba vagamente los árboles.

El bicolor esbozó una leve y filosa sonrisa, suspiró y se arrodilló frente al venezolano, llevó su mano derecha hasta la mejilla del contrario, acariciándola con suavidad, como si fuera una muñeca de porcelana que con el más mínimo movimiento podría romperse, sus grietas demostraban su fragilidad, se le hacía sumamente hermoso, tenía la necesidad de protegerlo a toda costa.

Y por sobre todo, amarlo.

—Venezuela... —Lo llamó con voz baja y algo ronca.

El nombrado ni siquiera pudo verle los ojos por la poca y vaga iluminación del lugar.

Se inclinó hacia delante, mostrando aquellos ojos rojos color carmesí, incluso podría jurar que brillaban, sus ojos algo cansados y el pliegue del párpado un poco alargado, más encima aquella espeluznante sonrisa.

—Te amo. —Confesó finalmente, bajando su mano desde la mejilla del contrario hasta su mentón, alzándolo levemente para poder verlo a los ojos—Por eso no puedo dejarte ir, ¿entiendes? —Prosiguió ahora con un tono de voz más alegre, ensanchando un poco su sonrisa.

El venezolano tragó grueso apretando los labios, no pudo mantener la mirada más tiempo en aquellos feroces ojos, sentía que por más que miraba, era como si un fuego tan ardiente lo estuviera abrazando, y no era de ese tipo de calidez que disfrutaba, no, era de ese tipo que te quemaba por dentro, te hacía sentir ganas de vomitar e incluso romper en llanto.

Apartó la mirada hacia el techo, como si fuera lo más interesante de la situación, estaba sudando totalmente nervioso y asustado, aquel... Aquel no era el Japón amable que conocía, no era el mismo que lo llevó a conocer su país, disfrazarse de ninjas y samuráis juntos, con el que disfrutó almorzar..., este, en definitiva, era otra persona completamente diferente.

Cada parte de su ser le gritaba con intensidad que ni se le ocurriera ver a su otra mano, temblaba levemente, las pocas llamas de la chimenea las cuales danzaban en la leña amenazaban por apagarse en cualquier momento, movió un poco sus manos intentando liberarse, pero la soga que las mantenía juntas era realmente fuerte, la ajustó con bastante fuerza, al igual que las de sus pies.

Estaba arrodillado en el suelo, frente a Japón, quien sólo tenía una rodilla al suelo, y la otra flexionada, donde apoyaba su codo, para poder tomar el rostro del venezolano, quien no podía hacer más que temblar de los nervios y el miedo del cómo acabe la situación.

—¿Por qué no me miras? —Rompió el silencio el bicolor, ladeando levemente la cabeza, haciendo una pequeña mueca—Te amo, Vene, quiero que seas m...

—Yo no te amo. —Lo interrumpió en seco, diciendo aquellas palabras con toda la fuerza que no sabía que tenía, aunque se mantenía con voz calmada. O eso quería aparentar.

Aquellas palabras fueron directamente hacia Japón como una espada, clavándose en su pecho, exactamente en su corazón.

—Ugh... —Se quejó soltando el rostro del contrario y llevando esa misma mano hacia su pecho, quejándose de dolor al sentir una punzada—T-Tú... Tú no me...

—No, Japón, y-yo te... —Respondió con la voz temblándole—Te quiero como amigos, ¿sabes? —esbozó una pequeña sonrisa nerviosa—A-Así que... Por favor, suélt...

—No. —Esta vez, el que interrumpió fue el japonés, manteniendo su cabeza agacha—No te soltaré, porque... Si no... Eres mío...

Alzó su cabeza, mostrando una sonrisa tétrica de oreja a oreja, llevando su mano izquierda con la cual sostenía un filoso cuchillo, colocó el filo de lado, y lo movió de lado a lado, mostrándoselo al venezolano como si fuera un premio.

No serás de nadie.~ —Canturreó ahora alzando el cuchillo por encima de su cabeza.

Los ojos del venezolano se inundaron en lágrimas, abrió levemente la boca intentando articular una palabra, pero todas murieron en su garganta, su mandíbula temblaba al igual que todo su cuerpo, estaba totalmente indefenso frente al loco que antes consideraba su amigo.

Soltó unas lágrimas y cerró los ojos con fuerza, girando su rostro de lado, esperando que todo sea rápido.

Pero el impacto del cuchillo nunca llegó.

Oyó un arma dispararse, luego sintió sangre salpicar su rostro, sin procesar nada, escuchó un quejido y pasos correr, al abrir nuevamente sus ojos, no vio a Japón frente a él, sólo unas salpicaduras de sangre en el suelo.

El pequeño venezolano ahora estaba vuelto un revoltijo de emociones, más lágrimas se deslizaban por sus mejillas, su respiración comenzaba a volverse más y más agitada, se estaba hiperventilando, más encima sentía como se le bajaba la presión, temblaba al igual que un pequeño cachorro mojado, abriendo la boca en busca del aire que se escapaba de sus pulmones.

¡Había estado a punto de morir a manos de Japón! Quien creía su amigo, él verdaderamente lo consideraba su amigo, y que luego haga esto tan repentino...

Sólo podía pensar; «¿por qué a

Se estaba hundiendo en pensamientos negativos, todos sus malos hábitos estaban saliendo a la luz, ni siquiera sentía como era agitado con fuerza por un tercero, mientras este le gritaba cosas para hacer que reaccionara.

En un acto de desesperación al no obtener ninguna respuesta de Venezuela, no le dio más opción que abofetearlo.

Dicha acción pareció haber funcionado a la perfección, el de estrellas parpadeó varias veces soltando más lágrimas, lentamente subió su mirada del suelo hasta el país frente a él, sus ojos volvieron a inundar en lágrimas mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja, jamás en su vida creyó emocionarse tanto al verlo a él.

—G-Gringo... —Balbuceó notando la sonrisa del americano, quien no respondió, sólo apegó al más bajo hacia él, abrazándolo con fuerza.

Aquello, sin duda, tomó de sorpresa al tricolor de estrellas, quien sin poder regresarle el abrazo, sólo atinó a romper en llanto, totalmente aliviado de no estar solo.

—Por lo menos podrías haberlo liberado antes, ¿no?

Otra voz se escuchó, Estados Unidos de América suspiró con pesadez soltando al venezolano, pero antes de que pudiera decir algo, Venezuela llevó sus manos hacia el frente, acariciando sus muñecas por instinto.

—Ya no te preocupes, lo hice yo. —Volvió a hablar Alemania suspirando mientras hacía mover el cuchillo de caza en su mano derecha.

El estadunidense rodó los ojos y le dedicó una sonrisa desagradable al alemán, antes de que pudiera comenzar a insultar, unos pasos pesados se escucharon, haciendo un gran ruido gracias al suelo de madera de la cabaña, los tres países dentro dirigieron su mirada a la entrada, por donde se aparecía una figura bastante alta con cierto ushanka.

—No está afuera. —Informó Rusia con una clara molestia—Tch, es escurridizo. —Gruñó frunciendo aún más el entrecejo, su claro acento haciéndose notar tampoco pasó desapercibido.

—No haces tu trabajo bien, maldito alcohólico. —Respondió el americano dedicándole una mala mirada al euroasiático—Nunca espero nada de ustedes los comunistas y aún así logran decepcionarme.

—Cállate, cerda capitalista, tu puntería es una mierda, le diste al brazo y no a la cabeza como te dije, сука. —Contraatacó con rapidez, agarrando con fuerza el mango del cuchillo de caza que traía en su mano.

A diferencia del de Alemania, el de Rusia era más grande por siete centímetros, además de que tenía una parte que era igual a una sierra, mientras que el de alemán era más curveado y con camuflaje, ellos, al igual que Estados Unidos, estaban armados con armas de fuego, pero el estadounidense no quiso ninguna arma blanca.

You do not command me, fugly cumslut. —Insultó de regreso el americano, sintiendo el arma en su mano cada vez más pesada.

Чертовски дерьмо. —Volvió a gruñir llevando su mano izquierda hacia el arma en su cadera.

You're an stupid ass. —Contraatacó quitámdole el seguro de su arma.

—Соси мой член. —Sacó el arma, dispuesto a dispararle inmediatamente al estadounidense.

Fue entonces cuando ambos se apuntaron mutuamente con las armas, Alemania no se inmutó en lo más mínimo, su prioridad era ver que Venezuela saliera de su estado de shock, en lo personal no le importaba en absoluto si esos dos se asesinaban o no.

—¡Basta los dos! —Gritó otro país entrando corriendo a la cabaña, e inmediatamente colocándose en medio, ante eso, ambos países bajaron sus armas—¡Estamos aquí por Venezuela, así que detengan esto! —siguió viéndose enojado, específicamente más con el estadounidense—El enemigo es otro, ¿recuerdan? —Murmuró con un tono de voz mucho más grave que lo normal, dándole cierta aura amenazante.

—... Sólo porque eres tú, Cannie. —Suspiró Estados Unidos viendo hacia otra parte.

El mencionado sonrió levemente apoyando el mango de su hacha en su hombro derecho y colocando su mano izquierda en su cintura, satisfecho y feliz del resultado, aunque inmediatamente borró su sonrisa al ver al venezolano temblar en el suelo, totalmente aterrado.

—Hey, hey. —Llamó en un susurro suave, arrodillándose en el suelo a un lado de Alemania, dejando su hacha a su lado—Vene, Vene, ¿estás bien? Hey.

—Al parecer tuvo un ataque de pánico, deberíamos llevarlo a algún hospital. —Respondió Alemania con seriedad, acariciando la espalda del venezolano.

Cuando Canadá estaba a nada de responder, fuera de la casa se escucharon unos disparos, quejidos y luego se escucharon como cuerpos caerse, casi de manera automática Rusia y Estados Unidos salieron corriendo.

—Ugh, ¿crees que lo hayan matado? Me decepcionaría de ser así. —Murmuró el canadiense haciendo una pequeña mueca, con la vista fija en la puerta—Ya que quien lo asesinará seré yo.

Otros disparos se escucharon, y luego un silencio totalmente aterrador, algo tan repentino que helaba la sangre.

—¿Qué pas...?

—¡¡Canadá!!

 

 

 

To be continue

 

 

Hai, hai~

Bien, bien, sé que dije "había vuelto con todo", pero no sabía que al día siguiente tendría un nuevo trabajo tan repentinamente...

Lamento la demora, uh, no tenía pensado publicar este ahora, tenía pensado hacer el de Corea del Sur, pero...

Wattpad eliminó las 1000 palabras que escribí.

Dejé el capítulo listo para cuando tuviera un momento publicarlo, ¡cuando iba a hacerlo, no había nada! Absolutamente nada, ni siquiera un, uh... Draft? ¿Copia de seguridad? Eso. Absolutamente nada.

↑ adjunto prueba.

Entonces me harté y decidí publicar directamente este.

Leí un comentario acerca de esto, la verdad me interesó bastante, las temáticas así me encantan, y de un hilo que me dieron para tirar, encontré una gran bufanda. Winkwink.

Básicamente tengo algo planeado.

Ugh, ¿no les molesta cuando tienen tantas ideas, que todas quieren salir a la vez y se traban? Es decir, ni idea de por dónde empezar.

Tengo ideas para futuros proyectos y para los que ya tengo, aaah.

Anyway, disfruten el capítulo. ♡

No puedo asegurar cuándo vaga a publicar el siguiente ya que actualmente tengo 3 trabajos, más encima no he terminados mis cursos de idiomas ni tareas, ya verán lo ocupado que estoy...

¡Ah! Para la persona que hizo el comentario acerca de esto, por favor repórtese acá para en el siguiente capítulo darle una dedicatoria especial. ♡

ダジャレを言うのは誰じゃ?

⨾ ───喜怒.
Los ama,
redwings.

Edit: WATTPAD, DEJA DE PONERME GUIONES. NDMXKBMKSNZK

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