Despierto por una llamada de mamá, quería saber si estaba bien. Creo que realmente llamó para asegurarse de que seguía en casa y no me fui como toda una rebelde.
Una vez terminó la llamada, me quedo un rato más en la cama. Esta noche sería la fiesta, Cass seguro estará allí y creo que sería el mejor momento para hablar. Con algunos tragos en la cabeza se vuelve más razonable y menos caprichosa.
Me pongo de pie y voy al baño mientras me saco la ropa, luego de una larga ducha me pongo algo cómodo. Un vestido floreado color azul, de tirantes. Tiene un lindo escote corazón, la parte de abajo es algo suelta y no es tan corto. Tengo algunos vestidos parecidos, son muy cómodos.
Me pongo unas zapatillas, me maquillo un poco y al final decido dejar mi cabello al natural. Tomo mi bolso y las llaves para salir de la casa, tenía pensando cocinar pero la pereza me gana e iré a un restaurante a comprar. Subo a mi auto y conduzco por al menos 15 minutos.
Al entrar al restaurante noto que hay muchas personas, por lo que la espera sería más. Me acerco hasta uno de los camareros, pero en ese momento escucho que alguien me llama. Al darme vuelta me encuentro con Matthew, está sentado solo en una mesa.
- Hola, señor Anderson -sonrío.
- ¿Cuando dejarás de llamarme así? -se ríe- ¿Vas a comer aquí? Podríamos compartir mesa si no te molesta.
Al principio no me parece buena idea, pues se podría confundir las cosas. Bien podría pedir mi comida e irme a casa, pero acepto su propuesta y me siento frente a él.
- ¿Ya pediste?
- No, apenas he llegado -sonrío- ¿Usted ya...?
- No, todavía -niega con la cabeza- Tuteame, Jessica. Entiendo que lo haces por respeto, pero casi somos de la misma familia.
- Es que estoy acostumbrada a tratar con respeto a mis mayores -bromeo. Pero al ver su expresión ofendida término riéndome- Lo siento, estoy bromeando. Y lo intentaré, aunque no prometo que pueda cambiar eso.
- Está bien, inténtalo -sonríe.
Charlamos durante unos minutos, hasta que una linda camarera nos viene atender. La chica literal pasa de mi, toda su atención está en Matthew. Ya antes lo dije, tiene ese efecto en las mujeres. Una pequeña risa se me escapa al imaginar a Cassandra aquí con nosotros y ver la acción de la chica, seguro le hubiera dicho un par de cosas nada agradables. Es muy celosa cuando se trata de su papá.
- ¿Todo bien? -pregunta Matthew curioso, con una pequeña sonrisa en sus labios.
- Si, todo bien -asiento, la chica por primera vez me mira- yo quiero lo mismo que él.
- ¿Es usted mayor de edad para tomar vino? ¿Puedo ver su identificación? -pregunta la muy descarada.
Alzo una ceja ante su atrevimiento, abro mi bolso y de este saco mi identificación.
- ¿Te a quedado claro?
- Si, disculpe señorita -asiente, luego de devolverme mi identificación se va dejándonos solos.
- No la culpes, es su trabajo.
- ¿Me veo como una menor de edad? -pregunto totalmente ofendida.
- Solo un poco -me dice, pero en sus ojos puedo ver qué está bromeando- no lo tomes en cuenta. Por cierto, ¿Cómo van las cosas con tu padre?
Me desánimo un poco al escuchar su pregunta, pues las cosas siguen igual con papá.
- No muy bien, sigue sin quererme hablar -bajo la mirada a mis manos- Mamá al menos lo a comprendido un poco, pero papá no baja la guardia.
- Dale tiempo -me dice con suavidad, levanto la mirada- tú padre es un hombre que le gusta que las cosas vayan a su modo, pero verás que luego cambiará de opinión y te dará todo su apoyo. Dijiste que querías hacer algo ¿Que es?
- Quiero abrir mis propias tiendas de ropa, quiero tener mi propia línea de ropa -sonrío- Quiero ser diseñadora de ropa.
- ¿Tienes algunos bocetos?
- Si.. bueno, realmente tengo muchos -me río- esas fueron una de las razones por las que mamá quiso que estudiara arte, al ver mis dibujos les gustó mucho.
- Me gustaría ver algunos más adelante -me dice está vez tomando postura profesional- Quizás podríamos empezar a negociar, yo encantado de ayudarte a empezar este nuevo sueño.
- ¿Estás hablando enserio? -estoy impresionada, muchísimo- ¿Y si papá se enoja?
- En cuanto vea que quiero ayudarte estoy seguro que querrá ver porque mi afán, además confío en ti, se que podrás con esto y más -sonríe. Saca una tarjeta de su bolsillo y detrás, con un bolígrafo escribe algo. Cuando me lo pasa veo que es un correo electrónico- Es mi correo personal, ahí puedes enviarme los bocetos y ahí veremos cuando empezar.
- Muchas gracias, seño... Matthew -ambos sonreímos.
Entro a casa satisfecha y feliz, me felicito a mi misma por haber tomado la decisión de ir a ese restaurante. Ahora tenía más seguridad de que mi sueño se podría hacer realidad. Con el dinero que tengo guardado y la ayuda de Matthew podría salir adelante sin ningún problema.
Hago un pequeño baile de victoria mientras voy a mí habitación, me dejo caer en la cama una vez entro y cierro los ojos disfrutando de mi pequeño momento.
Me quedo dormida en algún momento, cuando despierto ya es de noche. Aún con mis ojos entrecerrados busco mi celular, lo encuentro debajo de la almohada. Al ver la hora me siento con rapidez, eran más de las diez de la noche, la fiesta había empezado.
Corro hacia el baño para darme una pequeña ducha, una vez fuera seco rápidamente mi cuerpo, voy hasta mi tocador para maquillarme. Una vez satisfecha voy hasta mi vestidor y busco entre los vestidos. Encuentro uno color negro, es de un solo hombro y en la cintura tiene una abertura en lado derecho. Es corto y ajustado al cuerpo.
No me lo pienso dos veces y me lo pongo con cuidado de no arruinar el maquillaje. Una vez puesto me pongo los tacones, pero al pasar por un espejo veo ni cabello desarreglado.
- Maldita sea - suspiro.
Me hago una cola de caballo baja, pues no tengo más opción y no voy a tardar más tiempo arreglandome. Decido no llevar bolso, por lo que solo llevo las llaves de la casa y mi celular, que va escondido en mi sostén. Tomo un taxi, pues si voy a beber alcohol, no voy a conducir. Aún quiero vivir.
La fiesta sería en la mansión de sus padres, ya hizo varias fiestas aquí por lo que la mayoría de la universidad sabe dónde es, incluyéndome. Al llegar el taxista no encuentra donde estacionarse por lo que tengo que bajar en medio de la calle luego de pagar. La calle estaba llena de autos y desde afuera se escuchaba la música.
Camino hasta la puerta y abro la puerta a confianza, sería una estupidez que cerrará la puerta cuando tiene una fiesta dentro. Al entrar veo muchas caras conocidas, saludo a algunos y voy hasta mesa donde están las bebidas. No confío en ninguno por lo que tomo una botella de cerveza, las destapo y rápidamente doy un trago.
Pierdo la cuenta de cuántas botellas de cerveza e bebido, me quedé hablando con unas chicas de mi salón. Hablamos de un tema y fácilmente pasamos a otros, las tres ya estamos bastante alcoholizadas, por no decir ebrias. Bailamos en medio de la pista improvisada, muy pegadas, así evitamos a estos babosos. Me disculpo con ellas y voy por otra cerveza, al ver quién está en la mesa de bebidas doy media vuelta.
De todas las personas, a quién menos quiero encontrarme es a mi ex. Pero al darme vuelta veo a Zack, está hablando muy de cerca con una chica que obviamente no es mi mejor amiga. Camino hacia ellos, de paso le robo la cerveza a un chico.
- ¡Zack, querido!
Entrelazo nuestros brazos, mi primera opción era pasar mi brazo por sus hombros, pero el imbécil es mucho más grande que yo aún vistiendo tacones. Él me mira como si estuviera loca.
- ¿Donde esta tú novia? -hago énfasis en la última palabra. Luego miro a la chica- ¿Tú quién eres? ¿Sabías que este imbécil de aquí tiene novia?
- ¿Estás borracha? -pregunta Zack.
- A ti que te importa -lo miro y luego nuevamente pongo mi atención en la chica- ¿Lo sabes o no?
- Pues si, se quién es mi cuñada -alza una ceja.
Rápidamente miro de uno a otro, frunzo el ceño porque no se parecen en nada.
- Es mi hermanastra -Zack rueda los ojos y se suelta de mi- eh llevado a Cass a casa, se a puesto muy ebria luego de verte con otras chicas, dice que la haz cambiado.
- ¡Claro que no! -casi grito ofendida. Trato de alejarme, pero me tambaleo casi apunto de caerme. Zack me sostiene- Llámame un taxi.
- Vamos, yo te llevo.
- No, tú no. Y Suéltame -me alejo, no me gusta la manera en que me sostuvo de la cintura- Llámame un taxi.
Me termino de dos tragos la cerveza que tengo en la mano, dejo la botella por algún lado luego. Debo admitir que estoy tan ebria que apenas puedo saber dónde estoy, estoy media consciente, media ebria.
Creo.
El taxi me deja fuera de la casa de Cassandra, me sostengo de la puerta y toco el timbre varias veces. Esperando que escuche mi insistencia.
Pero no es ella quién abre la puerta. Matthew sale con un pantalón de pijama y una camisa a medio poner, trato de ponerme recta pero casi vuelvo a caerme. Eso me causa risa.
- Hola Matthew -sonrío, me acerco para besar su mejilla. Al acerca puedo oler su delicioso aroma combinado con whisky- Vengo a... ¿Está Cassie?
Entro a la casa aún cuando él no me a pedido que pase, me saco los tacones que ya me están matando.
- Está dormida -veo que pasa una mano por su rostro- Ve con ella -me hace una señal para que suba.
La verdad es que no se en que momento o como subo las escaleras, entro a la habitación de Cassandra y la veo dormida en su cama. Me saco el vestido y la ropa interior, voy hasta su vestidor para buscar una pijama. Un short de pijama y una blusa de tirantes es lo que me pongo, camino hasta su cama, la hago a un lado para acostarme a su lado.
- Tú, eres una estúpida -le digo, aunque obviamente no me escucha, sigue roncando- Oh mierda, voy a vomitar.
Me pongo de pie, tomo aire tratando de tranquilizarme. Salgo de la habitación, ya todo está a oscuras, parece que Matthew se a ido a dormir. Bajo las escaleras con cuidado de no caerme y voy al baño, siento ganas de llorar por haberme puesto tan ebria. Me sirvo agua una dos veces, tratando de bajarme la embriaguez. Dejo el agua a un lado, en ese momento pasa por mi mente una caída que tuve días atrás. Me río sin importarme que hay personas durmiendo arriba.
- ¿Todo bien? -la luz se prende, Matthew entra a la cocina y se sirve agua en el vaso donde antes bebí.
- Solo recordé una caída que tuve -vuelvo a reír.
Me quedo en silencio al ver que está vez no lleva camisa puesta, dejando su torso al descubierto. Su pecho está ligeramente cubierto de bello, su abdomen bien marcado y esa marca en V que se pierde entre sus pantalones.
- Yo me iré a dormir -le digo. Por un momento me imagino pasando por su lado y de un momento el me toma en sus brazos y me sienta sobre la isla de la cocina, así como esos vídeos que suben a las redes.
- Si, yo también.
Pero ninguno de los dos se mueve de su lugar, su mirada recorre mi cuerpo. En ese momento decido moverme con la idea de salir, pero él también se mueve en ese momento y terminamos chocando. Siento su mano subir por mi brazo hasta mi cuello, luego sus dedos colarse por mi cabello. La sensación me obliga a cerrar los ojos y disfrutar. Mi cuerpo está reacciona a su toque, pero mi mente me dice que está mal. Retrocedo, él se acerca, mi espalda choca con la pared. Su mano se cuela en mi espalda y de un momento a otro la luz se apaga.
Lo próximo que siento en como me toma de los muslos y me levanta, por instinto rodeo su cintura con mis piernas. Nuestros rostros están cercas, su aliento se mezcla con el mío. Esta vez confirmo lo de antes, a estado bebiendo.
Ninguno de los dos dice nada mientras nuestros labios se rozan, él decide dar el primer paso y acorta el poco espacio que separaban nuestros labios.
Besa bien, sus labios se mueven sobre los míos guiándolos. Es un beso lento, suave, que conforme pasan los segundos se va haciendo más salvaje. Su lengua entra sin permiso para jugar con mi lengua, uno de sus brazos rodea mi cintura mientras su mano libre se toma la libertar de pasearse por mi pierna hasta llegar a mi trasero. Nuestros labios se devoran, Matthew se pega más a mí cuerpo y puedo sentir su prominente miembro rozándose contra mi zona íntima.
Un gemido escapa de mis labios, eso parece despertarlo porque rápidamente me deja en el suelo y se aleja.
- No, maldita sea... -pasa las manos por su cabello.
Muerdo mi labio inferior y salgo rápidamente de la cocina, antes de escuchar que se arrepiente. Lo escucho llamarme, pero para eso ya estoy subiendo rápidamente las escaleras. Me encierro en la habitación con Cassandra quién aún sigue dormida.
¿Que hice?