El Rey de los Titanes

By Drealer999

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¿Qué pasa, cuando despiertas en un campo abierto, sin recordar absolutamente nada, luego de tener una horribl... More

Capítulo 1: Recuerdos rotos
Capítulo 2: 104
Capítulo 3: Primer día.
Capítulo 4: Castigo.
Capítulo 5: Azul y gris.
Capítulo 7: Significados.
Capítulo 8: Graduación
Capítulo 9: El inicio de lo inevitable
Capítulo 10: "Que sea la última vez"
Capítulo 11: La batalla de Trost -Primera parte-
Capítulo 12: La batalla de Trost -Segunda parte-
Capítulo 13: La batalla de Trost -Tercera parte-
Capítulo 14: La batalla de Trost -Cuarta parte-
Capítulo 15: La batalla de Trost -Quinta parte-
Capítulo 16: La batalla de Trost -Sexta parte-
Capítulo 17: La batalla de Trost -Séptima parte-
Capítulo 18: La batalla de Trost -Octava parte-

Capítulo 6: "El combate del siglo"

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By Drealer999


Año 850.

Habían pasado más de dos años desde el alistamiento de nueva generación de reclutas de la 104, quienes habían iniciado lo que era esta nueva etapa de sus vidas. Un entrenamiento con tal de convertirse en soldados, futuros defensores de la humanidad, miembros del ejército de la muralla.

Muchas cosas pasaron en ese tiempo. Los entrenamientos se hacían cada vez más pesados, los días más largos, y el esfuerzo se duplicaba cada año.

De todos modos, ninguno de los reclutas tenía intenciones de abandonar. Todos se habían mentalizado en finalizar esto. Ya solo quedaba poco tiempo para graduarse, y elegir lo que sería una de las divisiones a la cual alistarse.

La mayoría tenían pensado unirse a las "Tropas de Guarnición", encargadas de cuidar la defensa de las murallas, ya sea patrullando, reparando o mejorando las paredes, y mantener el orden dentro de las mismas. Sin embargo, la razón principalmente era debido a que era la única división en la que podían acceder fácilmente, y no había mucho riesgo en perder la vida.

Esto es a causa de las otras dos divisiones.

La "Policía militar", encargados de servir al y mantener el orden en la pared interior. Siendo este el grupo más prestigioso, ya que solo los 10 que obtengan las mejores calificaciones de cada ciclo de reclutas, pueden solicitar unirse a la Policía Militar.

Y en el otro extremo, la "Legión de Reconocimiento", quienes tienen las misiones con riesgo de mortalidad más alto de las tres. Esto era por el simple hecho de que se encargan de luchar contra los titanes en las afueras de las murallas, para obtener información útil sobre cómo vencerlos. Casi nadie se unía a esta división. La mayoría no llegan ni a sobrevivir a las primeras expediciones. Los únicos que se alistaban eran aquellos valientes, o locos que quieren probar sus suertes. Aunque algo muy característico de ellos, y que ninguna de las otras divisiones posee, es el tener a los soldados más experimentados y talentosos de todos. No por nada se les tiene respeto.

Dentro de las división 104, solamente un par de reclutas tiene pensado alistarse al Cuerpo de Exploración. Entre ellos Eren Jaeger, el muchacho que tenía pensado unirse desde que era un niño, con tal de acabar de una vez por todas con la amenaza de los titanes y poder ver el mundo. La joven Mikasa Ackerman quien seguiría a su "hermano" castaño a dónde sea, siendo ella una de las mejores de todos, por no decir que la mejor. Liderando la lista de los 10 mejores junto con Naruto Uzumaki. El joven rubio de ojos azules con bigotes en el rostro, considerado el prodigio de la nueva generación. Un chico que posee un increíble talento con el equipo de maniobras, demostrando destreza y agilidad, con gran fuerza y resistencia física. El joven rubio compite contra la azabache por el primer puesto de los diez mejores, quedando ésta la mayoría de las veces por debajo de él, gracias a los sentidos desarrollados del rubio.


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Era un día gris, las gotas de lluvia caían sin cesar, golpeando las capas verdes de un grupo de reclutas que se encontraban corriendo dentro del bosque. Cargaban con pesados equipos, mientras que eran gritados por el buen instructor Shadis.

-¡Van muy lentos! ¡Corran, holgazanes!- Exclamaba el viejo instructor andando a caballo, junto al grupo de reclutas. Las pisadas en el barro eran pesadas, sus ropas estaban empapadas, y el cansancio estaba presente en ellos. Había sido así durante este último tiempo. -¿Que sucede, Arlert? ¡Te quedarás atrás!-

El viejo calvo retrocedía hasta el pequeño rubio, quien intentaba seguir el ritmo de sus compañeros. Era uno de a los que más les costaba el entrenamiento, pero el que más se esforzaba de ellos. Sin embargo, al joven Armin no le gustaba esto, y más aún cuando el viejo Shadis se lo recalcaba.

-Si fuera una batalla real, los titanes te devorarían.- Con eso último, el instructor dejó al rubio detrás, volviendo hacia el frente acelerando el galope de su caballo.

-Maldición- Musitó para sí mismo el pequeño rubio, con la vista perdida, mientras jadeaba de cansancio. Era demasiado duro este entrenamiento para él. Destacaba más en lo intelectual, pero en la parte física siempre se quedaba corto.

-Armin, dame eso- Sin darle tiempo a reaccionar, le quitaron su mochila que traía puesta sorprendiendo al momento. Al voltear, solo pudo ver al que era su buen amigo Uzumaki, quien mantenía su vista al frente, mientras se colocaba la mochila del pequeño rubio junto con la él. -No te distraigas. Solo tienes que esforzarte un poco más. Sino, te reprobarán.-

-P-pero si me ayudas, te restaran puntos a ti también- Le habló el joven Arlert algo preocupado. No quería que por su culpa llegase a perjudicar a su amigo quien se dignó a ayudarlo. Naruto lo observó momentáneamente por el rabillo del ojo, solo para después retomar su vista al frente y sonreír de lado.

-No te preocupes por eso. Solo no hay que dejar que se den cuenta.- Le respondió, con tal de tranquilizar al pequeño rubio. -Además... tal vez así les deje ventaja a los demás.-

Armin vio como Naruto le sonreía mientras volteaba hacia él, solo para después devolvérsela con algo de gracia a lo que dijo al final. Varios intentaban por lo menos acercarse al nivel del rubio Uzumaki, pero sin resultado alguno. Era alguien que avanzaba bastante rápido en los entrenamientos, destacando en la mayoría de las cosas. Sin embargo, a Armin no le gustaba ser siempre una carga para los demás. Había sido así por bastante tiempo, y esa idea la odiaba.

Mientras que Naruto se alejaba, el joven Arlert aceleró el paso, tomando de vuelta su mochila, y sorprendiendo al Uzumaki por tal acción. Lo podía ver correr hacia el frente del grupo, dando todas sus fuerzas en seguir sin detenerse. Naruto sonrió ligeramente mientras negaba con la cabeza, copiando la acción del pequeño rubio, quedándose detrás del grupo.

Todo esto, siendo oído por el viejo Shadis, mientras se sumía en sus pensamientos analizando a cada uno de sus reclutas más destacados, y determinando sus diferentes características que los destacan.

-"Armin Arlert. Le falta resistencia física, pero es un estudiante modelo... Podría llegar a ser un buen general..."

"Annie Leonhart. Domina las hojas, pero tiende a aislarse y no cooperar..."

"Bertholdt Hoover. Tiene potencial, pero le falta iniciativa..." 

"Reiner Braun. Es fuerte física y mentalmente, y sus compañeros confían en él. Sin embargo, a veces puede actuar como idiota..." 

"Jean Kirstein. Domina el equipo de maniobras, pero su personalidad crea fricciones en el equipo..." 

"Sasha Blouse. Tiene un instinto infalible, pero eso dificulta su trabajo en equipo... Además de tener hambre todo el tiempo, y que su estómago parece nunca tener fin..." 

"Connie Springer. Su cuerpo es muy ágil, pero su mente no tanto... Es un soquete..." 

"Eren Jaeger. No destaca en nada concreto, pero mejora sus notas con esfuerzo... Un joven interesante..." 

"Mikasa Ackerman. Domina todo tipo de materias, y se la considera una de las mejores de la historia... pero quedando por debajo de él..." 

"Naruto Uzumaki... Probablemente el soldado perfecto... Destaca en todo, igual que ella, pero con la diferencia de que él siempre la supera por poco... Ayuda a sus compañeros cada vez que puede, y al igual que Braum, todos confían en él... No tiene miedo de ensuciarse la manos, y posee una voluntad de hierro" -

Sonrió ligeramente de lado mientras pensaba 

-"Hmm...Ackerman y Uzumaki, son sin duda alguna, los mejores reclutas que se graduarán este año."-

Shadis pensaba en ello con orgullo, mientras que ya podía visualizar lo que era el fin del bosque, pudiendo divisar de vuelta al campamento. ¡Muy bien, bola de mocosos! ¡Aceleren! ¡El entrenamiento aún no termina! .- Gritó, mientras que el viejo calvo empezó a galopar a mayor velocidad, dejando atrás al grupo de reclutas.

A los pocos minutos, una vez que el grupo de reclutas por fin habían vuelto a su destino, se les ordenó que dejaran el equipo y se reunieron con los demás en la zona de entrenamiento en combate cuerpo a cuerpo. Ésta se encontraba cerca de un lago que había al otro lado del campamento, sobre las montañas. Estando rodeado por un alambre junto al precipicio como medida de seguridad para ningún recluta "IDIOTA", se le ocurriera asomarse, y perder la vida mucha antes que en manos de los titanes. 

Yendo al lugar, Naruto iba a la par que Armin, subiendo la montaña con varios reclutas más, solo para continuar su entrenamiento. El rubio Uzumaki caminaba mientras sonreía con la vista hacia arriba, sintiendo los rayos del sol dando en su cara, al ver que por fin la lluvia había parado. En ese momento, decidió voltear a su amigo rubio, con tal de hablar mientras llegaban a su destino, pero al hacerlo, notó la expresión que tenía en su rostro, siendo una preocupada mezclada con enojo.

-¿Armin?- Llamó el rubio a su compañero, sin recibir respuesta de él, solo para después apoyar una mano en su hombro, haciendo que saliera de sus pensamiento, dando un respingón por la sorpresa. -¿Estás bien?-

-¡Ohh! Si, si, no te preocupes... Solo me distraje- Respondió el joven Arlert rápidamente, forzando una sonrisa. Naruto se percató de esto. Sabía que estaba mintiendo. Tenía cierta habilidad en descifrar cuando una persona está mintiendo.

-¿Seguro? Has estado algo callado.- Volvió a preguntar el rubio, pasando su vista hacia el frente, viendo que ya quedaban pocos metros para llegar a la cima. En eso, Armin suspiró derrotado. Sabía que Naruto era alguien a quien no podía engañar, por lo que negó con la cabeza.

-N-no... no estoy bien.- Respondió solo para que su amigo rubio lo escuche. Su tono de voz era algo bajo a la vez que dolido. Naruto giró de vuelta hacia él con ambas cejas levantadas, solo para seguir escuchándolo, viendo que tenía su cabeza algo inclinada hacia abajo. -E-es solo... que no quiero ser una carga para nadie.-

Con eso, Naruto frenó en seco, sorprendiendo al joven Arlert, quien copió su acción. Al hacerlo el rubio Uzumaki volteara hacia él colocando una mano en su hombro, mientras fruncía el ceño, asustando a Armin al respecto.

-Escúchame. No quiero oírte decir eso de vuelta. ¿Te quedó claro?- Su voz sonó ligeramente con un tono amenazador pero a la vez como si estuviera castigándolo, provocando que la piel del pequeño rubio se erizara, mientras temía a su amigo. -Tu no eres una carga, solo te falta confianza en ti mismo... Una vez que lo soluciones, veras las cosas de otra manera.- Continuó hablando, ahora con un tono más tranquilo, solo para después regalarle una sonrisa con tal de animar al pequeño rubio.

Armin se lo quedó viendo asombrado. Naruto sabía siempre lo que había que decir en el momento adecuado. Era casi como si fuera su hermano mayor. Siempre estando ahí para animarlo. Automáticamente, el joven Arlert asintió con una sonrisa con determinación, solo para después retomar el paso para llegar a la cima.

No pasaron un par de minutos más hasta que por fin llegaron, solo para toparse con una imagen que provocó varias risas en el rubio Uzumaki. Algo que jamás olvidará por el resto de su vida. Eren Jaeger estaba arrodillado algo golpeado, junto a Reiner Braun, quien estaba peor que el castaño, luego de ver Annie Leonhart barrer el piso con él. Los dos rubios llegaron justo a tiempo para ver tal escena, solo para reír entre ellos, irritando al joven Jaeger.

-¡Ya, dejen de reírse!- Exclamó un enojado Eren, mientras hacía un puño con su mano, levantándose del suelo. Ambos lo oyeron, parando lentamente las risas, limpiándose una que otra lágrima en el proceso.

-Ya, ya. Lo siento...- Se disculpaba Naruto, acercándose a los dos humillados por la rubia, junto a Armin. -Pero... si es gracioso... ¡Annie les pateó el trasero, a los dos juntos! .- Dijo, solo para volver a reírse de los dos, siendo copiado por el rubio Arlert, quien trataba de disimular, al no querer tener problemas con su amigo castaño.

Eren apretó los dientes mientras gruñía, a la vez que Reiner se levantaba del suelo sobándose la cabeza, mientras reía entre dientes.. -Si, fue algo gracioso...- Hizo una pausa mientras se acercaba a los des recién llegados.  -...también fue gracioso lo que a ti te pasó hace tiempo, ¿recuerdan?- Fue lo que dijo el rubio Braun con una sonrisa astuta, haciendo que el joven Uzumaki levantara ampliamente las cejas, al saber a que se refería.

-No, no recuerdo.- Respondió Eren, algo confundido con eso, a la vez que Armin, quien negaba con la cabeza.

-¿Que no recuerdas lo que pasó con él y con...?- Explicaba el rubio más grande, solo para ser interrumpido por Eren rápidamente, al momento en el que los recuerdos volvían a su mente, remontándose a otro día en este mismo lugar.

-¡Ahh! ¡Ya recuerdo!- Exclamó el castaño para después estallar de risas, a la vez que Reiner lo hacía pero de una manera más tranquila. Armin por su parte, solamente podía reír de manera nerviosa, mientras miraba de reojo al rubio Uzumaki, quien lo fulminaba con su mirada.

-Bien, bien... como sea...parece que llegamos justo a tiempo.- Dijo Naruto con una expresión de cansancio, al momento en el que sus dos amigos paraban las risas.

-Si... Y justo a tiempo para que sea tu turno- Informó Reines con una sonrisa burlona en su rostro. Eso dejó completamente confundidos a los demás. ¿Qué estaba planeando?

-¿Perdón?- Naruto levantó completamente una ceja sin comprender a que se refería. Con eso, solo podía ver como el rubio más grande reía entre dientes, volteando hacia un costado.

-¡Oye, Annie!- Llamó el rubio Barun a la joven que estaba a unos metros de ellos con la vista hacia otro lado. Naruto abrió ampliamente los ojos al ver lo que estaba intentando, mientras que a Eren se le formaba una sonrisa de a poco, la la vez que Armin estaba ligeramente boquiabierto. -¡Ven, aquí tengo otro oponente!-

-¡¿Qué haces?!- Exclamó Naruto en un tono de voz bajo, solo para que ellos lo oyesen, mientras que la joven Leonhart se acercaba, sin ninguna expresión marcada en su rostro. 

Annie es considerada como una de las mejores reclutas que maneja el cuerpo a cuerpo entre todos los demas. Nadie suele entrenar con ella, más allá de que tampoco le interesa. Si tiene oportunidad, abandona cualquier clase que no sea necesaria si es que no le dan puntos. Quería formar parte de los diez mejores.

-¿Otra ronda, Reiner?- Preguntó la joven Leonhart, en un tono neutro, haciendo que el nombrado sudara mientras negaba con la cabeza. Había recibido una paliza de parte de ella, siendo así por varios días.

-No, no. Conmigo no...- Reiner negaba con las manos, mientras caminaba hacia un costado. -Pero con Naruto si.- Respondió mientras sonreía burlonamente, colocándose detrás del rubio nombrado, mientras ponía sus manos sobre los hombros de su amigo, empujándolo hacia ella. 

-Hmm... ¿Estás seguro, Naruto?- Le preguntó la rubia, viendo las expresión de nerviosismo que tenía el nombrado en su rostro, solo para asentir ligeramente mientras tragaba saliva. Naruto mentiría si dijera que no estaba algo nervioso al respecto. Ella era bastante habilidosa. -Bien...-

-Será interesante... Veamos como Naruto la maneja a ella.- Comentó el rubio Braun, alejándose un poco de los dos jóvenes que combatirían en unos segundos. 

-¿Creen que estará bien?- Preguntó Armin con algo de preocupación, una vez frenaron, volteando a sus otros dos compañeros. Reiner se encogió de hombros, a la vez que se cursaba se cruzaba de brazos, mientras que Eren volteaba hacia él.

-Tranquilo Armin. Recuerda que Naruto sabe defenderse.... Además, ¿Qué no olvidas contra quien se enfrentó antes?- Le preguntó Eren con una sonrisa, tratando de tranquilizar a su amigo de la infancia. El joven Arlert asintió dudosamente, solo para después retomar su vista hacia el frente, mientras recordaba una de las personas contra las que se enfrentó Naruto hace tiempo, siendo culpa suya que combatieran.

-¿Y bien?- Preguntó Annie, viendo que su oponente no hacía nada. Naruto cerró los ojos momentáneamente, mientras daba un suspiro, solo para ponerse en posición de pelea, siendo seguido por ella.

-Se gentil.- Dijo Naruto, sonriendo ligeramente de lado, mientras empezaba a dar ligeros pasos hacia ella.

-No prometo nada- Respondió, manteniendo su actitud monótona de siempre, mientras se acercaba hacia él. 

Así, comenzaron a acercarse el uno hacia el otro, sin perderse de vista en ningún momento. Naruto mantenía una expresión completamente seria, mientras que pequeñas gotas de sudor caían por su rostro. Annie parecía que ni se inmutaba. Era una piedra, y golpeaba como una.

Estando a menos de dos metros, el primero en atacar fue Naruto, dando golpes que la joven rubia podía bloquear sin mucho problema. Sin embargo ella no perdía la concentración. Sabía que con el Uzumaki no podía confiarse como con los demás. Ya lo había visto pelear antes y era alguien que podía destacar.

Por otro lado, Naruto estaba completamente concentrado, esquivando por pocos centímetros, un golpe que iba derecho hacia su rostro, corriéndose justo a tiempo hacia un costado, sintiendo el rose de la mano de ella. Rápidamente, tomó su brazo mientras que lo torcía hacia su espalda, sorprendiendo a sus amigos al respecto.

Estando en aprietos, Annie, en un movimiento circular, lanzó otro golpe hacia el rubio, apuntando hacia la cabeza, provocando que Naruto se agachara y aflojara con el agarre de ella. Esto le dio la oportunidad a la rubia de soltarse, y dar una ligera patada hacia el pecho del Uzumaki, poniendo distancia entre ellos.

-Tienes buenos reflejos.- Comentó Annie, jadeando ligeramente, viendo como el rubio le sonreía ligeramente, aun manteniendo una expresión seria al igual que ella.

-Hmm... gracias. Tu tienes un buen...- Tuvo que parar de hablar, justo al momento en el que Annie aprovechó la oportunidad en la que el rubio hablaba, corriendo de vuelta hacia él, mientras que seguía lanzando golpes, apuntando hacia los puntos de articulación de sus brazos y su cuello.

Estaba tratando de sacarlo de combate. Parecía que quería acabar con esto lo más rápido posible. Recibiendo golpe tras golpe, bloqueando lo mejor que podía, no vio el momento en el que varios reclutas se asomaron como espectadores de esta pelea. Llamaban bastante la atención que alguien pudiese aguantar mas de diez segundos contra Annie Leonhart.

Sabiendo que esto no podía llegar más lejos, en un descuido de ella, Naruto dio una corta patada hacia sus piernas con tal de desequilibrarla. Pero Annie reaccionó rápidamente, corriendo una de ellas hacia atrás, esquivando el golpe, solo para después con impulso, lanzar otra patada hacia él, a la altura de su abdomen.

El joven rubio recibió el golpe de lleno en el costado derecho, mientras gruñía de dolor. Sus amigos y varios reclutas pusieron rostros de dolor, pudiendo sentir el mismo golpe en ellos. Pero para sus sorpresa, y especialmente para la rubia, Naruto tomó rápidamente la pierna de ella con su brazo, atrayéndola hacia él sin darle tiempo a reaccionar, mientras pasaba un brazo alrededor de su cuello, proporcionándole una llave mata león.

Annie luchaba contra los fuertes brazos de él, agarrándolos con sus manos, tratando de que no aplicara demasiada fuerza y la desmayara. Esto provocó que sus amigos y varios reclutas vieran esto sorprendidos, a la vez que ligeras sonrisas se formaban en sus rostros. Naruto estaba venciendo a Annie. La tenía en una situación de la cual parecía que no podría escapar.

Pero todo cambió cuando en un repentino movimiento, Annie lanzó un pequeño pero letal codazo en el abdomen del rubio, provocando que se quedara sin aire y aflojara en el agarre. Esto le dio el tiempo suficiente para liberarse, y darse la vuelta rápidamente hacia él, dándole un golpe en el pecho, solo para después proporcionarle una llave, y con su pierna desequilibrar la de él, haciendo que cayera fuertemente contra el suelo, levantando una nube de polvo a su alrededor. Fue una técnica bastante increíble, que había utilizado varias veces con los demas.

Naruto se encontraba con la vista hacia el cielo, el cual se estaba tiñendo de un naranja, sintiendo como la mano de ella se apoyaba en su pecho, usándola como impulso para levantarse. -Estuviste bien... Mejor que ellos, diría.-

El rubio Uzumaki volteó hacia dónde Annie estaba observando, pudiendo ver las expresiones de asombro de sus amigos, y de varios reclutas, luego de ver cómo finalizó todo. A pesar de todo el dolor, todo el daño causado por ella, no pudo evitar reír entre dientes. -Yo también me divertí- Dijo de manera irónica entre medio de gruñidos, mientras con una mano sujetaba el punto en donde ella dio el codazo. Probablemente fue lo pero, pero parecía que ya no sufriría mas por hoy. 

Sin embargo, solamente Annie vio venir como un cuerpo salía volando hacia ellos, saltando rápidamente de su trayectoria, mientras que aterrizaba en el joven Uzumaki, levantando otra nube de polvo. Entre más gruñidos de dolor, Naruto levantó lentamente su cabeza solo para ver cómo el cuerpo inconsciente Reiner se encontraba sobre él.

-¿Reiner...? Pero...¿De dónde saliste?... ¿Y en que momento aprendiste a volar?- Preguntó con algo de dolor en su cuerpo, sin recibir respuesta alguna de su viejo amigo. Tenía los ojos en blanco, pareciendo que estaba más muerto que vivo. Sin embargo, toda su atención pasó hacia la persona que lanzó al joven Barun.

-Oye, Annie... Enséñame esa técnica a mí también.- Apareció ella, caminando a paso lento hacia dónde se encontraban los tres rubios, teniendo una expresión completamente carente de emociones. Tanto así que parecía no tener vida.

-¿M-Mikasa?- Se preguntó Naruto en un murmuro para si mismo, completamente sorprendido a la vez que con una ligera sensación de terror al verla así. Cuando se ponía de esa manera, solamente provocaba un completo escalofrío por todo el largo de su columna vertebral.

-Hmm... No lo sé- Respondía la joven Leonhart, levantándose del suelo mientras se acercaba a la Ackerman, colocándose en frente de ella. -Es para humanos. Dudo que tú la necesites ... Aunque me interesa saber si funciona contra una bestia salvaje.- Siguió hablando con algo de sarcasmo, mientras se colocaba en posición de pelea.

-¿De verdad pelearan?- Se preguntó Naruto para sí mismo aun sin creérselo. Estaba demasiado sorprendido, al igual que con bastante miedo de que esto se fuera hacia otros extremos. Ellas dos parecían que pelearán a muerte. 

Al mismo tiempo, al ver quienes serían las próximas en combatir, no tomó más de un par de segundos en el que muchos reclutas dejaran de hacer lo que estaban haciendo, con tal de acercarse hacia el centro de, por palabras de Sasha, el combate del siglo.

-Yo creo que Annie- Fue lo que dijo Marco, luego de oír como uno de los reclutas preguntaba quien creía que ganaría. Era de esperarse tal pregunta, siendo ellas dos las reclutas mujeres más feroces de todas, formando parte de los mejores de la 104.

-¡No digas tonterías! Apuesto mi cena a que gana Mikasa- Exclamó el joven Jean Kirstein, mientras apretaba los puños a la altura de su pecho. En estos dos años, el joven Kirstein seguía idolatrando a la azabache cada vez que podía, con tal de llamar su atención y quedar bien con ella.

-¿Que opinas tú, Naruto?- Fue lo que le preguntó el recuperado Reiner, quien por fin había despertado, enderezando su cuerpo del suelo. Naruto volteó lentamente hacia él, aun sin cambiar su expresión de antes. Esa pregunta tomó por sorpresa al rubio, quien se quedó pensando unos segundos mientras que su vista se perdía en las dos jóvenes en frente.

-Pues... Naruto tiene el mismo nivel de pelea que Mikasa... mientras que fue derrotado por Annie...- Analizaba Armin en voz alta, con un rostro pensativo, teniendo la vista perdida mientras colocaba una mano en su mentón. Esto llamó la atención al resto de sus amigos. -Técnicamente debería ganar Annie.-

Varios parpadearon un par de veces ante lo que oyeron, solo para que después, Jean exclamara de manera furioza, mientras que levantaba un puño hacia Armin. -¡¡¿Pero que dices, enano?!! ¡¡Tu no sabes nada!! ¡Retira lo dicho!- El rostro del pequeño rubio empalideció, alzando sus manos asustado.

-Vaya confianza tienes en Mikasa, Armin- Le habló Eren a su viejo amigo con un tono de decepción, mientras negaba con la cabeza de brazos cruzados. El joven Arlert solamente pudo juntar sus manos, mientras pedía perdón ante lo dicho.

Naruto parpadeó dos veces al ver eso, solamente para después reír entre dientes mientras se apoyaba en su rodilla, tratando de levantarse. -Ganará ella- Eso dijo una vez se puso de pie, mientras se masajeaba el cuello con una mano, manteniendo los ojos cerrados momentáneamente.

-¿De quién hablas?- Preguntó Eren, que junto con los demás, querían saber a quién se refería. No había especificado de cuál de las dos hablaban.

-Mikasa- Respondió el rubio Uzumaki, mientras movía el hombro en círculos, apoyando su otra mano en este, mientras daba un ligero gruñido de dolor en el proceso.

-¿Cómo estás tan seguro?- Le preguntó Reiner, levantándose después de él, al mismo tiempo que el resto solamente observaba al rubio con curiosidad. 

Naruto inhaló aire profundamente, con su cabeza inclinada hacia atrás, manteniendo aún sus ojos cerrados, solo para después suspirar y abrirlos de vuelta, posando su vista en la azabache que estaba en frente, manteniendo su vista fija en la rubia Leonhart.

-Porque ella golpea más duro.- Respondió tranquilamente, con un ligero tono de diversión, mientras se formaba una ligera sonrisa en su rostro. Con eso, se la contagió a los demás, imitando al rubio y pasando su vista hacia las dos peleadoras.

La tensión estaba en el aire. Nadie hacia ni un solo ruido, concentrados en las dos jóvenes en frente. Se miraban a los ojos, sin perderse de vista la una a la otra. Muchos dirían que estaban tranquilas, que no sería gran cosa, dado a la forma en la que se miraban. No demostraban expresión alguna. Pero aquellos que las conocen, saben que no es así.

Mikasa Ackerman, y Annie Leonhart son dos chicas que no demuestran nada a nadie. Caracterizadas por tener personalidades frías, aisladas, que solamente se dedican a cumplir sus órdenes, y cada tanto socializar con alguien. Pero aquellos que se atreven a molestarlas, no terminaban tan bien como uno esperaría. Eso lo sabían perfectamente el grupo de jóvenes que las conocían.

La distancia entre ellas dos no era de más de tres metros. Annie en posición de pelea, mientras que Mikasa simplemente se mantenía de pie, derecha, con vista fría, fija a la rubia. No pasó más de unos segundos en los que ambas jóvenes salieron disparadas rápidamente la una hacia la otra, chocando entre ellas y dando inicio al combate.

Ambas dieron una corta patada la hacia la otra, chocando sus piernas en el impacto, solo para después lanzar un golpe con el codo y que pasara lo mismo. De ahí, la joven Leonhart decidió dar otro golpe corto hacia el rostro de la Ackerman, el cual fue detenido rápidamente, mientras que la azabache jalaba su brazo hacia un costado, solo para después lanzar uno hacia la rubia.

Annie pudo esquivarlo rápidamente, inclinándose hacia adelante, mientras seguía el impulso de cuando Mikasa la jaló hacia un lado. De esa manera, rodó en el suelo, poniéndose de pie rápidamente, justo a tiempo para bloquear otro golpe recto que iba hacia su pecho, utilizando sus antebrazos para evitarlo. En un movimiento, la rubia tomó la mano de la azabache, solo para lanzarla hacia atrás suyo, haciendo que ésta caiga al suelo en desventaja.

La joven Leonhart estaba a punto de atacar a su compañera en el suelo, pero sin tener éxito justo cuando la Ackerman, con una de sus piernas, pateó las suyas, haciendo que también se cayera. Rápidamente, ambas jóvenes giraron hacia atrás, levantándose del suelo al mismo tiempo, solo para volver a cargar la una hacia la otra.

Aquellos que estaban viendo desde afuera, simplemente se encontraban demasiado asombrados con tal combate que estaban dando las dos reclutas. Estaban demasiado parejas, provocando varias dudas en saber quién de las dos podría ganar. Por un lado se encontraba Annie, quien básicamente es una experta en combate cuerpo a cuerpo, pero por el otro, Mikasa es una de las reclutas más capaces de todos, dándole una gran pelea a la joven Leonhart.

Pero en un descuido de la rubia, Mikasa aprovechó el momento justo cuando Annie decidió hacer lo mismo que había hecho con Naruto antes. Lanzar un golpe circular, girando sobre su eje. Eso le salió caro a la joven Leonhart, recibiendo un golpe de lleno en el rostro por parte de la Ackerman, luego de que esta se agachara y esquivara su golpe.

-¡Uhh!- Fue lo que todos los reclutas espectadores exclamaron, mientras se tensaban, entrecerrando los ojos al sentir que el golpe fue bueno. Annie había caído hacia atrás, quedando arrodillada con las manos apoyadas en el suelo, mientras se limpiaba un pequeño hilo de sangre que caía por su nariz. Al verlo, apretó los dientes con fuerza, sin que los demás lo notaran, solo para después sonreír de lado mientras se ponía de pie de vuelta.

-Hmmm ... .por lo que veo, sabes golpear.- Comentó la rubia con aires de suficiencia, pero sin demostrar alguna expresión en su rostro. Simplemente sonreía de lado mientras observaba a la azabache en frente suyo, quien entrecerró los ojos, tratando de mantenerse neutral ante lo que dijo. -Pero eso no es suficiente.-

Y con eso, salió disparada de vuelta hacia la joven Ackerman, quien la esperaba lista para recibir sus golpes. Sin embargo, alguien hizo acto de presencia, lanzando a la rubia hacia un lado, mientras que tomaba una muñeca de la azabache, y la lanzaba hacia el otro.

-¡¿Se puede saber que están haciendo?!- Era nada más ni menos que el buen instructor Shadis, haciendo acto de presencia en la pelea. Nadie sabe en qué momento apareció, simplemente vieron como mando a volar a las dos jóvenes. -¡¿Y bien?!-

Ninguno de los presentes decía nada. Todos estaban callados, escuchando lo que era el regaño del instructor clavo. Ya nadie se metía con él. Muy pocas veces alguien se atrevía a decirle algo cuando estaba así de enojado. Ni siquiera Naruto. En esos años, Shadis se había vuelto más estricto con los reclutas, especialmente con el rubio Uzumaki.

-No me importa cuál haya sido el problema...¡Pero se supone que están entrenando!...¡Entrenando para convertirse en soldados, defensores de la muralla, protectores de la humanidad! ¡Y los veo aquí, muy relajados, disfrutando de una pelea de chicas!- Seguía regañando, mientras que varios reclutas inclinaban la cabeza con vergüenza. Solo unos pocos se dignaban a verlo a los ojos. -No necesito que me expliquen que paso, señoritas... ¡¡Pero aquellos problemas que tengan ustedes dos, resuélvanlos fuera de horario de entrenamiento!!-

Tanto Mikasa como Annie tenían sus vistas apartadas del instructor, con los ceños fruncidos, aun sin levantarse del suelo. Ellas sabían que en cualquier momento, su "pelea de entrenamiento", pasaría al otro extremo, si es que Shadis no hubiese aparecido.

El viejo instructor suspiró, mientras inclinaba su cabeza hacia adelante, masajeándose los ojos con cansancio. Ya quedaba poco tiempo para que estos mocosos se graduaran, y así no tener que cuidarlos mucho más. -Eso es todo por hoy... Vuelvan al campamento.- Dijo, más tranquilamente de lo normal, mientras se daba la vuelta tomando su caballo para desaparecer del lugar. No les había dado siquiera el tiempo a los reclutas de responder. Sabían que esto fue una mala idea, y que ahora Shadis estaba furioso.

Así como así, los reclutas empezaron a abandonar el área, volviendo al campamento. Había sido un largo día para todos, en especial para las dos peleadoras. Ambas aún estaban en el suelo, con sus vistas pérdidas, manteniendo los ceños fruncidos. No fue hasta que una mano se extendió enfrente de Mikasa, haciendo que levantara su vista hacia aquel que se la ofrecía.

-¿Estás bien?- Fue lo que preguntó el rubio Uzumaki, con un tono tranquilo. Ella asintió levemente aun con el ceño fruncido, mientras tomaba su mano siendo jalado por él, ayudándole a ponerse de pie. Al mismo tiempo, observaba de reojo a Annie, quien también estaba siendo ayudada por Bertolt. Ambas se dieron unas miradas asesinas, solo para después enfocarse en aquellos chicos que las estaban ayudando.

-Si.... No fue nada- Respondió con un semblante serio, apartando su vista hacia un costado, tratando de restarle importancia al asunto. Naruto sonrió ligeramente de lado, mientras negaba con la cabeza. Aquella actitud fría y orgullosa que la azabache posee, parecía que no se iría jamás. Solamente un par de veces ha oído un "gracias" de parte de ella.

En eso, el resto de sus compañeros se acercaban, mientras Naruto sonreía al verlos, solo para enfocarse en el rubio Braun. Al verlo, un recuerdo vino a su mente instantáneamente, volteando de vuelta a la Ackerman. -¿Se puede saber por qué me arrojaste a Reiner encima?-

Ella ni se inmutó ante la pregunta, simplemente giró hacia él con su típica actitud de siempre, y responder. -Para llamar la atención de Annie- Naruto levantó una ceja ante eso. No era necesario provocarle mas dolor.

-Sabes que con simplemente llamarla por su nombre, basta... ¿oh no?- Le preguntó, mientras se cruzaba de brazos, frunciendo levemente el ceño, viendo como ella empezaba a alejarse. Pero al momento de oírlo, Mikasa frenó en su lugar sin siquiera voltear a verlo.

-Parecía que ella estaba muy ocupada contigo... Y Reiner estaba disponible para ser mi "compañero de entrenamiento"- Explicaba la azabache aun en su lugar, con el tono monótono con el que acostumbra a hablar. Naruto se la quedó viendo por unos segundos, analizando lo que dijo. ¿Acaso estaba hablando enserio? Debía ser una broma. No fue hasta que se le ocurrió algo que podría decir, con una sonrisa traviesa en su rostro, mientras empezaba a reír entre dientes.

-¿No estarás celosa, verdad?- Preguntó, con un tono algo cómico, aguantando las pequeñas risas que salían de su boca. Ella volteo bruscamente hacia él, teniendo un diminuto tono de color rojizo adornado en sus mejillas que no se veía por los rayos de sol, mientras fruncía ampliamente el ceño. -Si... Si lo estás- Decía de manera burlona, acercándose a ella, solo para inclinarse a su altura, sonriendo con gracia.

Sin embargo, al verla mejor, Naruto sintió como ella lo estaba matando internamente con aquellos ojos grises que tenía. Sentía como lo perforaba con cada segundo que permanecía viéndola. Pero al ver que su rostro demostraba que en verdad estaba enojada, pudo notar aquel ligero tinte de color rojo encima de su rostro.

-¡Oigan! ¡¿Van a seguir ahí todo el día, o que?!- Para suerte del rubio, ambos fueron volteando con curiosidad hacia el joven Eren, quien estaba junto con los demás esperando en la bajada hacia el campamento. -¡Vámonos antes de que Shadis enloquezca de vuelta!- Gritó a lo lejos, mientras empezaba a descender con el resto.

Los dos jóvenes que seguían allí, veían la dirección en la que sus amigos se iban. El sol ya se estaba poniendo, y lo mejor era volver con los pocos minutos que quedaban de luz. Naruto dio un suspiro, y con media sonrisa empezaba a dar los primeros pasos con tal de abandonar el lugar. Mikasa simplemente no se movió. Lo veía irse, quedándose ahora con la vista de sus espalda, mientras que el sol daba en su cara. Una extraña y pequeña sensación de vacío se producía en su interior, a cada paso que el rubio daba, sin saber la explicación.

Algo que muchos habían notado en estos años de entrenamiento, era que la actitud de la joven Ackerman había cambiado a medida que pasaba el tiempo. El que más lo notaba era su "hermano", junto con Armin. Les parecía raro que de tal manera, cambiará completamente su forma de ser, siendo ahora, un poco más abierta. No sabían ni cómo ni porqué, pero no se quejaban. Era algo que les agradaba.

Sin embargo, nadie, ni siquiera la misma Mikasa Ackerman, pensaban que todo eso era gracias a aquel rubio que se alejaba de ella. Todo fue tan repentino que no se dio cuenta de en que momento ocurrió. Simplemente, cada vez que pasaba el rato con él era otra persona, por así decirlo. Nunca dejaría de ser fría, pero aquellos que la conocían, notaban el cambio.

Mikasa inclinó su cabeza ligeramente hacia abajo, con la vista en el suelo, mientras que acercaba una de sus manos hacia su pecho, haciendo un puño al momento a medida que la sensación de antes seguía creciendo. Sin embargo, toda su atención cambió al momento de oír a alguien.

-Oye...- Levantó su vista rápidamente, solo para toparse con aquellos ojos azules que la miraban dulcemente, mientras que una pequeña sonrisa los acompañaba. -¿Que no vienes?-

La azabache se lo quedó viendo por unos segundos, ligeramente sorprendida, solo para después morder su labio inferior, tratando de evitar que sonriera, mientras negaba con la cabeza. -Eres un idiota.- Le dijo ella, empezando a caminar hacia el rubio, quien simplemente rió entre dientes al oírla.

-Lo sé... Nunca dejas de recordármelo.- Le respondió, sonriéndole con algo de gracia, mientras que juntos empezaban a caminar hacia la bajada al campamento, al mismo tiempo que los últimos rayos de sol golpeaban sus rostros.

Estos eran sus últimos días de entrenamiento. Pronto se graduarían, y se convertirían en soldados, listos para enfrentar a todo los que les depara el futuro.


Fin de capitulo.


N/A:

Solo quería avisar que este salto temporal de dos años lo hice porque no quería escribir varios capítulos respecto al entrenamiento. Sentía que sería bastante pesado, y tengo muchas ganas de subir la invasión de Trost. Pero no quiere decir que no veamos nada de los años de entrenamiento a modo de flashback. Esto será en momentos puntuales durando los siguientes capítulos.

Eso es todo. Gracias por leer hasta acá. Espero que lo hayan disfrutado, y háganme saber que les pareció en los comentarios. 

Saludoss!


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