El cadáver de la novia

بواسطة Monseusami

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Cuenta la leyenda, que hace más de dos siglos en un pequeño pueblo de Francia un talentoso pianista hijo de s... المزيد

Remains of the Day
Tears to shed
The Wedding I
The Wending II
The Wending III
A love story
Like the first time
Brothers love
Reminding us

According to plan

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بواسطة Monseusami

Un cielo tapizado por esponjosas y lúgubres nubes grises las cuales auguraban que aquel día sería uno frío, oscuro y humedo, eran el paisaje que se veía a través de la ventana de aquella habitación en la que llacia un joven rubio sentado frente al escritorio al pie de esta, tratando de que con la poca luz que se colaba de ella, se pudiera iluminar un poco aquel cuaderno desgastado que saco de uno de sus cajones el cual abrió dispuesto a trazar la belleza de la mariposa azul atrapada en aquella cúpula de cristal. El sonido de a pluma haciendo finos pero precisos y hermosos trazos en el papel era lo único que se escuchaba en aquella habitación la cual tenía como decoración algunas fotos del chico junto a su difunta mascota.
Algunos sutiles trazos bastaron para que el rubio culminará los detalles de aquel retrato, el cual observo con una sutil medía sonrisa para finalmente guardarlo entra las hojas de aquel cuadernillo en el que le gustaba dibujar como pasatiempo. Se levantó de su asiento tras guardar aquél objeto y sin pensarlo dos veces abrió aquellas ventanas sin borrar la sonrisa de su rostro, se inclinó un poco para poder observar mejor el bello insecto dentro de la cúpula, antes de levantar esta misma liberando en el acto a la bella mariposa la cual tuvo el placer de modelar unos minutos para él. La observo revolotear sus alas desplazandose por su oscura habitación, como dando un pequeño paseo de despedida de esta para finalmente emprender el vuelo hacía el mundo exterior de nuevo, el cual no era más pintoresco que el dormitorio del chico y todo gracias a esas grises nubes que se negaban a dejar pasar aunque sea un par de rayos del sol.
Aquel bello insecto voló entre las casas, frente a la iglesia e incluso entre los pueblerinos de aquel lugar, los cuales parecían combinar a la perfección con aquel ambiente tan gris, pues todo rastro de chispa o color parecía haberse esfumado de sus rutinarias vidas.
Un gritón el cual rompió aquel silencio sepulcral del pueblo apareció de la nada anunciando las nuevas noticias en aquel aburrido pueblo

-¡Atención! ¡Atención! ¡10 minutos para iniciar el ensayó de la boda de Adrien Agreste! -exclama a viva voz aquel hombre mientras agitaba su campana como si no hubiera un mañana, tratando de llamar con ello la atención, consiguiendo la de un joven en especial, al cual parecía haberle molestado aquella bella y colorida mariposa azul que curiosamente hacía juego con sus ojos

Un viejo carruaje se escuchó transitar por aquella calle, al cual una anciana le gritó, pues casi le pasó por encima a la pobrecilla. Aquel carruaje se estacionó frente a la puerta de una de las casas más grandes de aquel lugar, casa desde la cual lo obserbaba con angustia el mismo chico de antes, reacción totalmente contraria a la de la mujer que salía por la puerta de esa misma morada, pues está desde que salió extendió sus brazos con alegría mientras cantaba de gozo junto a su esposo

-Bello día que es

-Muy hermoso que es -secundo el hombre-

-Perfecto para una boda -exclamo la mujer agitando su abanico después-

-Un ensayo mi vida, un ensayo querida -le corrigio el hombre mientras colocaba su bufanda de piel-

-El ensayo para esta bella boda -le ofreció el brazo siendo bien correspondido-

-Cuidando los detalles hasta los más mínimos -le ayuda a bajar caballerosamente-

-Que nada inesperado interfiera con el show -exclama la rubia mujer viendo con molestia al pobre cochero corpulento quien con desgano y poniendo sus ojos en blanco se quitó la cálida capa para colocarla sobre el charco* frente a esta-

-Y es por eso que -canturrean está vez a la par ambos mayores mientras pasan por encima del charco-cada cosa debe ser, cada detallito incluyendo lo más mínimo será... -la rubia empuja el viejo bombin del hombre para cambiarlo por un sombrero negro de copa-

-De acuerdo al plan -canta de nuevo la rubia mientras da giros de felicidad recogiendo a su vez uno de los anuncios de sastre pegados a la carreta-

-Se casarán pronto -completa el hombre imitando su acción-

-De acuerdo al plan -recoje otro-

-Y estaremos todos -acerca al caballo-

-Elevados en lo alto de la sociedad -cantan ambos cada uno a cada costado del animal-

-Los bailes son... -exclama la rubia tomando la mano que el mayor le ofreció-

-En un gran salón -exclama el hombre dándole una vuelta mientras la hace bailar-

-Bailaremos con los grandes -bailuquea la mayor en su lugar-

-Cenaremos con la realeza -exclama su esposo de nuevo quitándose el sombrero mientras hace una reverencia sin saber que eran escuchados por alguien mas-

-Y la reina será de nuestra realidad, podremos olvidar -bailan un poco más de gozo entre vueltas hasta llegar a la puerta del carruaje- lo que no seremos mas - le sentencia la rubia de nuevo mientras sube a la carreta alarmando un poco al conductor y al mayor al ver que la falda se le había atorado-

-¡Ayudenme, mi vestido se atoro! -exclama la rubia hablando está vez con normalidad mientras el par de caballeros trataba de soltarla-

-Te ayudaré -exclama un poco nervioso su esposo jalando del vestido-

-¡No puedo entrar estoy atorada!- exclama de nuevo molesta- ¡¿donde está Adrien?! -cuestiona exasperada al notar la ausencia del chico- ¡llegaremos tarde...!

Mientras tanto, del otro lado de la fuente en el centro de aquel amplio lugar el cual dividía no solos ambas casas, si no también a otras más, dos pares de ojos los obserbaba con molestia

-Detestables sastres -exclama la pequeña mujer asiática mientras se abanicaba -es un día terrible -canturrea-

-No seas así... -canturrea molesto su marido mientras de aleja de la ventana-

-Terrible para una boda -se adelanta con enojo de aquel lugar-

-Es horrible tener que llegar a este fin -exclama con resignación-

-Y tener que aguantar está boda -lleva el dorso de su mano hasta su frente con pesar-

-¿En que momento fue que llegamos aquí? -cuestiona con frustración-

-Casando a nuestra pobrecita con gentuza -canturrean ambos-

-Vulgares -habla está vez la mujer-

-Ruines -completa el corpulento hombre-

-No podría ser peor -se lamenta la mujer-

-¿No pudo ser peor? En desacuerdo estoy -se dirije a una caja fuerte vacía, la cual dentro de ella solo contenía miles de telarañas y polvo- ellos podrían ser aristócratas en plena quiebra como tú y yo...

-¡Que sucio! -exclama la mujer al pasar su dedo por el interior antes de que la mujer de limpieza corriera a eliminar aquel polvo-

-Y es por eso que cada cosa debe ser cada detallito incluyendo lo más mínimo será... -cierran aquella caja fuerte de un manotazo para enseguida encaminarse a uno de los pasillos de la casa, el cual estaba lleno de retratos de sus antepasados-

-De acuerdo al plan... -exclama de nuevo la mujer con pesar-

-Y se casarán -completa el hombre-

-De acuerdo al plan -canturrea de nuevo-

-Y nos salvará

-De la más profunda pobreza... -pronuncian ambos-

-Desde el noble reino... -exclama la mujer de nuevo-

-De los ancestros -habla está vez él-

-Quien hubiera creído en un millón de años, nuestra hija con su cara... -se detiene frente al retrato de una azabache ojiazul-

-De nutría en desgracia -exclama con pesar el hombre corpulento mientras la señalaba-

-Nos abriera el camino de riqueza y de poder... -canturrean ambos nuevamente ya un poco más animados al saborearse aquellos beneficios que aquella boda les iba a traer-

Mientras tanto la misma chica del retrato yacía sentada frente al espejo de un modesto tocador mientras su nana le ajustaba el corsé

-¡Ah! -exclama la pobre chica al sentir sus órganos contraerse debido a aquella prenda- oh señorita Bustier, ¿y si Adrien y yo no... Ah... -jadea un poco de nuevo- nos gustamos? -le cuestiona con pesar a la adulta mujer detrás de ella-

-¡Ja! Cómo si eso tuviera que ver con el matrimonio -exclama la asiática entrando a la habitación de la que era su hija acompañada por su esposo- ¿acaso crees que tu padre y yo nos gustamos? -le cuestiona señalando cortésmente con la mano al hombre-

-Supongo que... -la chica voltea levemente para poder verlos- un poco...-responde afligida y no muy segura de su respuesta-

-¡Claro que no! -exclama ambos mayores-

-Y que te ajuste bien el corsé -ordena la mujer- no quiero que hables sin jadear -se da la vuelta con la frente en alto para comenzar a retirarse de ahí-

Por otro lado, cierto chico corría apresurado hasta el carruaje en donde le esperában sus padres, entrando de un salto, logrando así que esté por fin se moviera

Aquel chico no pudo hacer otra cosa más que mirar por la ventana con una mezcla de nervios y miedo, pues casarte con una prometida a la que en tu vida habías visto no era algo que lo dejara lo suficientemente tranquilo

-Si que pescaste una linda chica Adrien -exclama su padre sentado frente a él-

-No dejes que suelte el anzuelo -habla está vez la rubia junto al mayor con demanda-

-Lo intentaré madre -responde afligido- pero, ¿no debería Marinette casarse con un Lord?

-¡No digas eso! -le regaña la ojiverde frente a él- estamos al nivel de los Dupain Cheng -se arregla el cabello- siempre supe que merecía ser más que la esposa de un sastre -ve al hombre junto a ella y redirige su mirada al frente-

-Pero jamás he hablado con ella -argumenta el rubio con temor-

-Al menos tenemos eso a nuestro favor -exclama con molestía-

Una ruidosa tos se escucha venir desde afuera la cual parece molestar a la mujer

-¡Gorila, ya deja de toser! -le regaña está dejando aun mas nervioso al pobre joven quien se sentía mal por el hombre-

De regreso con la familia de la chica, ambos padres se encontraban en la parte más alta de las escaleras esperando el arribo del novio y su familia

-El matrimonio es como una alianza -menciona la asiática- es como un intercambio -palmea al brazo del mayor- uno creería que al vivir con nosotros tenia que haber aprendido eso -comienza a decender por aquellas escaleras -hacerle aprender -canturrea de nuevo-

-Todo será perfecto -le secunda el mayor-

-Todo será perfecto -Vuelve a exclamar la mujer-

-Todo tendrá que ser perfecto -canturrean ambos padres-

-Y es por eso que cada cosa debe ser -se les unen los padres del chico quienes ya subían las escaleras de la entrada con dirección a la puerta de la casa, no sin antes darle unos toques finales al chico- cada detallito incluyendo lo más mínimo será... -canturrean está vez los cuatro mayores- De acuerdo al plan -ambos rubios afuera de la casa tocan lo que sería el timbre de está esperando ser recibidos por los dueños-

La puerta finalmente de abrió dejando ver a un hombre rubio de mediana edad que esperaba paciente junto a un par de ojiverdes, de la cual la mujer regañaba y retocaba al menor-

-Pero basta, mira nada más como luces, pareces muerto de hambre -jalonea su saco para acomodarlo -acaso quieres que.... -se percata de que la puerta había sido abierta tras sentir al par de miradas que los veía con desaprobación desde adentro- oh... -suelta al pobre joven volteandose completamente para quedar frente a estos- jajaja... Uhm... -comienza a caminar dentro de la casa, totalmente maravillada- oh... Oh santo cielo, ¡miren que majestuosidad! -exclama la rubia emocionada- pero que gusto tan exquisito! Esplendido no es así? -les cuestiona al par que entraba detrás de ella, del cual solo el menor se percató de la mirada y gesto de burla y desprecio que el mayordomo les había dedicado-

-Es tan grande como nuestra casa -menciona está vez su esposo-

Adrien observo como aquel comico mayordomo los dejaba atrás en un santiaménsin dejar de lado su porte, cosa que lo sorprendió un poco

-De hecho luce deteriorada... -menciona de nuevo el mayor de los Agreste al ver mejor el recibidor-

-¡Callate! -la rubia sin dudarlo lo golpea con su abanico en el hombro antes de continuar caminando-

-Lord y Lady Dupain -anuncia el mayordomo de pie al filo de las escaleras señalando de manera cortes a los dueños de la casa junto a él- el señor y la señora Agreste -señala está vez al par de rubios presentandolos así de manera formal-

-Usted debe ser la señorita Marinette -exclama el mayor mientras eleva su sombrero y se acerca a la asiática para saludarla con cortesía- vaya, luce como toda una jovencita -la azabache lo observa con gesto duro sin decir una palabra causado así que su esposa lo golpeara con el abanico en sus manos de nuevo- bueno... Casi...

-Sonrie querido, sonríe -le murmura entre dientes la asiática al robusto hombre junto a ella, quien al escucharla toma sus solapas y les dedica la mejor y menos psicotica de sus sonrisas-

-Encantado, es un placer recibirlos aquí jeje... -murmura con una alegría claramente fingida-

-Ah jaja gracias -responde la rubia con una sonrisa mientras se abanica-

-Tomaremos el té en el salón principal -exclama la azabache mientras se dirigía a tal lugar- siganme por favor, es por aquí

-¡¡¡Oh!!! ¡Me encanta el estilo que eligieron! -menciona Emilie de nuevo emocionada causando que su hijo volteara los ojos con desagrado y en busca de paciencia, pues a leguas se notaba como exageraba cada vez más las cosas- ¿quien es el decorador...? -les cuestiono finalmente dejando al chico a solas en aquel lugar-

El rubio al finalmente verse a solas y en paz, se dirigió al piano que se encontraba en aquel recibidor, suspiro de pie frente a él al escuchar a su madre desde donde los cuatro tomaban el té, pero el sonido de una tecla la cual pareciera se quejo al rozar sus dedos, llamo su atención. Observo como sus padres desaparecieron junto a sus posibles suegros tras una puerta al final de uno de los pasillos, por lo cual con una sutil sonrisa volteo a ver el piano de nuevo como side un niño travieso se tratase. Tocó algunas de las teclas de este mismo sin borrar aquella sonrisa, volteo a ver de nuevo aquel solitario pasillo por dónde la mayores se fueron y al saberse realmente a solas dirigió su mirada al piano de nuevo para seguir tocando de manera cohibida sus teclas antes de finalmente sentarse en el banquillo frente a este para comenzar a tocar de manera más cómoda. La entonación cambio a una más profunda y llena de sentimientos inundando aquel lugar con bellas y tranquilas notas que harían suspirar a más de una

Por otro lado, cierta jovencita la cual aún yacía en sus aposentos sentada frente al mismo espejo retocando cada detalle, pudo apreciar tan bella canción venir desde el piano que hace décadas no se usaba, cosa que llamo su atención de inmediato logrando así finalmente sacarla de su cuarto

La chica desde lo alto de aquella escalera observo con curiosidad al rubio quien tocaba inmerso y de manera hermosa aquellas teclas que emitían un dulce sonido que lleno de calidez su corazón, haciéndola sonreír de manera involuntaria mientras bajaba con una de sus manos descansando en su pecho como toda una dama para poderle conocer, pero grande fue su sorpresa al ver la reacción del joven pues este a penas noto su presencia, de un salto se puso de pie, pero dado que lo hizo de una manera tan abrupta, casi tropieza con el banquillo que cayó a sus espaldas mientras el florero sobre el piano que solo portaba una bella rosa del mismo color que su nombre, se tambaleó pudiendo ser atrapada a tiempo por el rubio quien la puso de nuevo en su lugar alarmado por casi haberlo estrellado contra el suelo por su descuido

-Lo siento... -exclama afligido el rubio al ver a la ojiazul junto a él sin dejar de sostener el florero como si su vida dependiera de ello-

La azabache por su parte lo observo por unos segundos con curiosidad

-Toca hermoso -le alaga sincera-

-Ah... disculpeme señorita Dupain, que descortés fui al... -se reincorpora en su lugar- Perdón... -frota sus manos con culpa- ah... -obserba aquel banquillo que aún yacia en el suelo junto a sus pies- permitame... -se inclina de inmediato para levantarlo bajo la atenta pero amable mirada de la joven, lo coloca en su lugar mientras ella continuaba hablando, pasando aquel incidente por alto-

-Mamá no me deja acercarme al piano... -menciona la chica tranquila pero con tristeza llamando la atención del rubio quien dejó de limpiar el banco para voltear a verla con incredulidad- "la música no es apropiada para una joven" -repite tales palabras que en su momento la mayor le dio- dice que desborda pasiones

-Si me permite preguntar... -el chico se pone de pie mientras acomoda su corbata en su lugar- señorita Dupain... -le ve pero ante los nervios de inmediato baja la mirada, pues su belleza parecía poder encandilar a cualquiera- ¿donde está su dama de compañía? -busca a aquella persona con la mirada antes de dirigirla de nuevo a ella-

-Tal vez y... En vista de las circunstancias... -junta sus manos frente a ella mientras se acerca- podría llamarme Marinette -le propone con una dulce y segura sonrisa-

-Jeje si, tienes razón -el chico rasca su nuca con nerviosismo antes de pasear su mirada por los alrededores con ansiedad ajustando de nuevo su corbata- eh... Marinette...

-¿Si? Adrien... -sonrie está vez satisfecha mientras se le acercaba un poco mas-

-Uhmm.. -el chico al ver su cercanía toma su corbata de nuevo para jugar con ella debido a los nervios sin dejar de desviar la mirada gracias a la ansiedad que aún sentia- ¿mañana estaremos....? Uhm... Ca... Uhmm....

-Casados -completa la chica sonriendo con ternura al verle así-

-Je, si... Uhmm... casados -continua con el juego de sus manos sobre la pobre corbata-

-Desde niña, soñaba con el día de mi boda -menciona la ojiazul acariciando el piano- esperaba enamorarme profundamente de un hombre y pasar el resto de mi vida con él -acaricia las teclas antes de verlo a él- que tontería, no?

-Si claro... -exclama restándole importancia- jaja... -pero de un momento a otro sus ojos se abrieron con preocupación y asombro al darse cuenta de lo que acababa de decir por estar inmerso en su belleza- ¡no! -exclama preocupado negando con efusibidad- no, claro que no -coloca uno de sus codos en el piano antes de regargar su cabeza y peso sobre este, logrando así tirar finalmente el florero que minutos atrás había logrado acomodar- ¡oh cielos! -ambos se ponen de pie de inmediato al ver el agua esparcirse por la superficie del piano

El rubio tomo aquel florero de inmediato y lo reacomodo antes de voltearla a ver de nuevo

-Lo siento... -se disculpa de nuevo, pero solo obtiene a cambio una sonrisa llena de dulzura la cual logro contagiarlo, ambos cruzaron miradas sin borrar esa sonrisa cómplice de sus labios, alimentandola aún mas al ver a tan bella chica tomar la rosa para olfatearla con sutileza antes de ofrecercela al chico quién la tomo sin pensarlo dos veces-

-¡Pero que imprudencia la suya! -exclama la madre de la jovencita furica a sus espaldas- no deberían de estar juntos a solas, solo falta un minuto para las 5 y no están en el ensayo -la chica lo volteo a ver afligida mientras él estático veía a la mayor- ¡el pastor Bourgeois está esperando! -se da la vuelta antes de caminar en dirección al pasillo de nuevo- ¡de prisa! -exclamo antes de perderse de nuevo en él-

Tres horas después en la sala principal de aquella casa la voz del hombre de mediana edad se escuchaba

-Señor Agrest, otra vez desde el principio: con esta mano yo sostendré tus anhelos, tu copa nunca estará vacia por qué yo seré tu vino, con esta vela alumbrare tu camino en la oscuridad, con este anillo te pido que seas mía -recita el mayor mientras sostiene en una de sus manos un libro- ahora hágalo usted

-Si, si señor -responde titubeante- con esta vela -toma dicho objeto con la punta de sus dedos y la levanta a la altura de su rostro mientras saca su pecho y cierra los ojos tratando de verse lo más galante posible, pero todo intento falla completamente al momento de inclinarse a encenderla, pues pareciera que está se negaba a cooperar- con esta vela... -trata de encenderla de nuevo fijando su vista en esta como si eso la fuera ayudar a encenderse, cosa que no paso, la alejo, la vio y de nuevo lo intento- con esta vela... -trata de nuevo inútilmente escuchando de detrás de él el carraspeo molesto del que sería su futuro suegro-

-¿Tendre que encenderla yo? -cuestiona molesta su madre abanicandose de manera más rápida gracias a los nervios-

-No te desesperes -el mayor toma su mano tratando de calmarla-

Un quejido de parte de su suegro de nuevo llama su atención, pero sus nervios no disminuyeron al notar como lo veía con molestia al no poder hacer siquiera eso, sin contar la mirada expectante que le dedicaba la azabache. El pastor carraspeo molesto de nuevo y golpeó la especie de cetro que tenía en la mano, contra el suelo, llamando así la atención del rubio al frente de nuevo, observando a su vez que por fin la vela se había encendido

-Oh... -el chico se reincorporó con mayor seguridad y elevando un poco la voz, volvió a levantarla mientras pronunciaba de manera más segura- con esta vela, jaja... -pero el destino jugo de nuevo en su contra pues al soltar esa leve risa la apagó de nuevo ganándose otro sonido de molestia proveniente de su futuro suegro-

-¡Continue! -exclama molesto de nuevo aquel pastor escuchando a su vez el timbre de aquella casa el cual retumbó por todas las paredes de esta-

-Ve a abrir Armand -le ordena el dueño de la casa mientras le hace un ademán con la mano-

-Creo que por hoy omitiremos la parte de la vela -exclama el pastor con molestía-

Aquel elegante mayordomo llegó junto al robusto hombre de nuevo trayendo una tarjeta consigo

-Es un tal Lord Couffaine, señor... -le extiende la tarjeta con el nombre del hombre en ella-

-Lord Luka Couffaine... -murmura el señor Dupain al leerla-

-Soy malo para recordar fechas, al parecer me adelante un día a la cermonia -menciona camiando hasta quedar a su lado aquel que se hacía llamar Lord-

La asiática al ver la tarjeta en manos de su esposo, la tomo con la curiosidad bien guardada dentro de si y la leyó mientras el se acercaba un poco más a su señora para susurrarle

-¿Este tipo es algún familiar tuyo? -le cuestiona confuso-

-No lo recerdo... ¡Armand! ¡Una silla para Lord Couffaine! -le ordena al pobre mayordomo mientras chasqueaba sus dedos, logrando así que el mencionado corriera por una para ofrecercela al recién llegado, quien sonriendo con sorna de inmediato se sentó-

El par de chicos observó con confusión y curiosidad al tal Lord, cosa que no pasó desapercibida para este

-Por favor, continúen -exclamo el susodicho restándole importancia a su inoportuna llegada-

Tras unos segundos de silencio en el que siguió siendo el centro de atención, el pastor le hablo al rubio de nuevo

-Intentelo de nuevo, ¿le parece señor Agreste? -hablo con poca paciencia el hombre de edad frente a ellos mientras sus futuros suegros esperaban igual o aún mas impacientes por ello-

-Si, si señor -responde lo mas tranquilo que podía mientras la azabache con discreción y amabilidad encendía la vela del rubio quien no se percató de aquello- lo intentaré... -levanta su mano como símbolo de juramento, siendo mal visto por el mayor-

-¡Derecha! -murmuro con molestia de nuevo el señor Bourgeois al ver qué estaba elevando la mano incorrecta-

-Si está derecha... Ah... -el pobre joven al darse cuenta de su error lanzo la vela a causa de los nervios logrando atraparla afortunadamente mientras su futura esposa seguía obserandolo con curiosidad- la derecha, con esta... Esta...

-¡Mano, con esta mano señor! -gruñe el mayor de nuevo-

-Con esta mano... -continua sus votos mientras se la ofrece a la azabache siendo correspondido por ella, la ayudo a acercarse a la mesa y continuo- yo sostendré... ah... -al estar inmerso en su belleza y aunado a los nervios que lo invadían, no contó bien sus pasos logrando así chocar contra está-

-¡Tres pasos! ¡Tres! ¡¿No sabe contar?! ¡¿Acaso no desea desposarla señor Agreste?! -le cuestiona colérico mientras la chica se llevaba una de sus manos a los labios sorprendida por tales regaños-

-¡N-no!, ¡No! -agita su mano libre angustiado al tratar de negar lo que el pastor dijo-

-¿No lo deseas? -le cuestiona sorprendida está vez ella-

-¡No! Me refiero a que no es que no desee casarme, es decir que si lo deseo -se apresura a decir totalmente nervioso, recibiendo un buen golpe con el bastón que el mismo mayor frente a ellos le había propinado- ¡auh!

-¡Preste atención! -le regaña de nuevo- ¿al menos no olvidó traer el anillo?

-¿El anillo? Si, aquí está... -rebusca con su mano libre entre las bolsas interiores de su saco. Su madre volteo a ver a su padre como cuestionandole con mala cara, a lo cual el solo la observó, le guiño el ojo y levanto su pulgar en signo de que eso estaba bajo control pues el chico si lo llevaba-

El rubio por su padre lo tomo con la punta de sus dedos y lo elevó a la altura de su rostro mostrandoselo al malhumorado sacerdote frente a él

-Oh... -por un nuevo error, aquel pequeño objeto resbaló de sus dedos saltando de inmediato alarmando a todos a su vez-

-¡Que no se le caiga el anillo! -vocifero colérico el mayor de nuevo mientras el rubio inútilmente se agachaba para tratar de arraparlo, viendo como se alejaba de manera rápida de él siendo observado con sorpresa y angustia por todos-

-¡Ah! -exclama su madre angustiada- ¡ay no! ¡Se le cayó el anillo!

-¡Este muchacho no quiere casarse! -gritonea furico el pastor de nuevo mientras el el techo-

-¡Que vergonzoso! -Vuelve a exclamar su madre-

El anillo rodo hasta llegar debajo de la falda de su futura suegra en la cual metió su mano sin titubear para sacarlo de ahí, cosa que la dejo totalmente impactada al ver esto y más aún al ver cómo el chico con una sutil sonrisa llena de orgullo lo mostraba de nuevo- ¡lo tengo! -menciona totalmente absorto de lo que acababa de hacer, hasta que los quejidos de la asiática tras el llamaron su atención de nuevo, dándose cuenta de que por error había dejado caer la vela sobre la falda de la mujer-

-AHHHH!!! -pataleo un poco mientras su esposo se ponía de pie al ver aquello-

-¡A un lado tonto inútil! -vocifero al ver cómo trataba inútilmente de ayudarla al mismo tiempo que sus propios padres se ponían de pie alarmados por el fuego-

-¡Cielos! ¡Que barbaridad, se incendia! ¡Auxilio! ¡Es una emergencia! -exclama alarmado el rubio mayor mientras el padre de la chica pisaba con fervor la falda para tratar de mitigar aquel fuego dejando estupefactos al par de jovenes-

-¡Espero que no se le mache! -exclama la rubia de nuevo mientras la abanicaba-

-¡Ya no abanique! -le exige la asiática al mismo tiempo que le empujaba el artefacto- ¡aviva el fuego!

El sacerdote al ver tremenda escena puso los ojos en blanco mientras cerraba con poca paciencia el libro

-¡Agua! ¡Trae agua! -exclama la rubia paranoica-

-¡Voy corriendo querida! ¡No tardaré! -responde de inmediato el padre del rubio buscando de inmediato mientras cierto pelinegro caminaba con una copa en sus manos vaciandola finalmente sobre aquel pequeño fuego, para después lanzar la copa restandole importancia a la situación dejando estupefactos a los mayores-

-?Basta! -exclama furico el pastor- ¡está boda no se selebrara hasta que él esté bien preparado! -busco con la mirada al pobre chico que lo veía de lo más abrumado por todo lo que acababa de pasar- jovencito... -lo señala apuntandolo con uno de sus largos dedos mientras se acercaba a él- tiene que aprenderse el juramento -le sentenció sin dejar de señalarlo bajo la mirada expectante y molesta de todos los mayores-

Camino de espaldas asustado a causa de todas esas miradas sobre él hasta topar de manera estrepitosa contra la puerta la cual palpo sin despegar la mirada de los presentes hasta dar con la perilla de esta para finalmente abrirla y antes de salir corriendo dejando estupefactos a todos, en especial a la preocupada chica

-Vaya, el esposo ideal -menciona con sarcasmo el ojiazul al ver cómo había huido el rubio de ahí- ¿no lo creen?

La chica al escuchar esto observo a la nada dubitativa, mientras que el rubio por otro lado y con la rosa que le habían obsequiado en las manos suspiraba en medio de aquel solitario y oscuro puente pensando en todo el desastre que recién había causado, soltando un pesado suspiro entrecerrando sus ojos en el acto

-Ay Marinette... debe creer que soy un tonto -baja la rosa con su mirada sintiéndose totalmente abatido- ya no puede pasar nada peor... -murmura el chico mientras guardaba la rosa en la bolsa de su saco con tristeza hasta que aquel gritón llamo su atención de nuevo-

-¡Atención! ¡Atención! ¡Ensayo arruinado! ¡El chico Agreste ocasiona todo un caos! -el gritón al verle detiene su voz y la campana que hacía sonar, lo observo por unos segundos y sin remordimiento alguno continuo dando su noticia- ¡quizás lancen por la borda al futuro esposo! ¡Los Dupain Cheng en llamas por el desastre que causo Agreste en el fallido ensayo!

Adrien suspiro con pesadez de nuevo y aún decaído caminó con rumbo a aquel espeso bosque en el cual se sumergió para ya no escuchar más aquellos gritos, no sin antes levantar sus manos con frustración

-No debe ser tan difícil -exclamo el cabizbajo chico mientras caminaba a través del lugrubre y frío bosque internandose aún mas en él- son solo unas simples palabras... con esta mano -obserba su mano derecha- yo tomaré tu vida... Ah... No -niega con pesimismo mientras se internaba aún mas entre los árboles- con esta mano -exclama con un poco más de seguridad- anhelare tus... Ah cielos, no... -pasa su mano por su rostro con pesadez antes de continuar caminando- con esta... Con esta... Con esta vela yo... -llega junto a un viejo árbol en el cual descansaban varios cuervos- yo... Ahh... -suspira- prendere fuego a tu madre -baja la cabeza con pesadez mientras palmea su frente y toma asiento uno de los troncos junto a él- ay, no tiene caso... -saca aquella bella rosa de su saco de nuevo junto al anillo que pensaba darle a la bella azabache, toma solo la rosa y la coloca a la altura de su rostro para observarla mejor, la acerca a su nariz para olfatearla un poco con una sutil sonrisa en los labios, la volvió a observar y tomando valor de nuevo se puso de pie, guardo de nuevo la rosa y tomo aquel anillo con seguridad- con esta mano yo sostendré tus anhelos -comenzo a recitar los votos mientras cerraba sus ojos y sacaba el pecho con galantería- tu copa nunca estará vacia, por qué yo seré tu vino -lanza el anillo al aire y lo atrapa con una sonrisa- ah señora Dupain -se acerca a aquel árbol y toma una de sus ramas como si está fuera la mano de la asiatica- que linda luce está noche -se inclina levemente con una sonrisa- ¿perdón señor Dupain? -le cuestiona a otro árbol a sus espaldas mientras de inclinaba para fingir escucharlo mejor- ¿que lo llame padre? -le cuestiona sorprendido y emocionado- como usted diga señor -palmea dicho tronco y avanza de nuevo hacía la pila de troncos secos qué conformaban aquel árbol claramente talado desde hace años- con esta vela -rompe una rama y finge encenderla como si fuera dicho objeto- alumbrare tu camino en la oscuridad, y con este anillo... -lo eleva de nuevo viéndolo completamente orgulloso al recitar sus votos tan bien- te pido... -se hinca frente a otra rama- que seas mi esposa... - coloca el anillo en esta misma-

El rubio observo aquella rama con el anillo sin poder borrar la sonrisa llena de orgullo de su rostro. Un viento gélido comenzó a soplar por todo su alrededor, pero el joven no le tomo mayor importancia, no hasta que los cuervos a su alrededor comenzaron a graznar mientras aquel viento se comenzaba a intensificar aún mas. Observó a aquellas aves quienes se encontraban a su alrededor sobre las ramas de aquellos gigantescos árboles, se sintió observado por ellos por un par de segundos, cosa que lo hizo verlos involuntariamente también, hasta que de pronto algo parecía haberse enredado alrededor de su brazo haciendolo voltear de nuevo de inmediato

-¡Ah! -aquella cosa, fuera lo que fuera lo trato de arrastrarlo bajo aquel bulto de nieve contra el que lo estrello, el chico trato de recomponerse asustado al mismo tiempo que aquellas aves parecían volar hacía él en parvada. Logro reincorporarse con aquello aún aferrado a su brazo, jalo con todas sus fuerzas su brazo, logrando safarse de aquel agarre de manera algo estrepitosa, pues por la fuerza infringida cayó de espaldas, observo el brazo que aparentemente se había atorado en aquel tronco, pues aún sentía algo aferrado a este y grande fue su sorpresa al percatarse de que aquello era ni más ni menos que una esquelética mano, la cual lejos de soltarse, se aferró más a él- ¡¡ahhh!! -un grito ahogado junto a un jadeo fue lo único que salió de sus labios mientras aún en el suelo agita su mano con insistencia y terror logrando por fin deshacerse de eso, vio como aquel brazo cayó a unos metros de él, pero otro sonido llamo nuevamente su atención. Aquel miedo que ya lo tenía consumido por completo aumento al ver como algo debajo de aquel montón de nieve y troncos se movía, jadeo de nuevo al sentir su garganta cerrada, evitando así que pudiera si quiera articular una palabra

Otra mano emergió de lo más profundo de aquel montón la cual se aferró a la tierra y nieve a su alrededor para que así aquel extraño ser se dejará ver por fin causando aún mas terror en el pobre chico

La imponente figura de una delgada mujer en un vestido blanco y desgastado de novia fue lo que al final se dejó ver, dejando petrificado al ojiverde quien temblaba de miedo en el suelo. La chica elevó aquel velo que hasta ahora cubría su rostro y tras observarlo un par de segundos susurro

-Acepto... -el chico la vio con la boca abierta al no poder creer lo que estaba pasándole justo ahora, la chica se inclinó levemente hacía él y le ofreció la única mano que parecía tener para que se pudiera reincorporar, cosa que por fin logro hacer reaccionar al pobre muchacho el cual corrió como alma que lleva el diablo huyendo de aquella mujer que sin pensarlo dos veces levanto el brazo del suelo y lo siguio-

Entre tropezones y estrepitosas caídas el menor de los Agreste corría tratando de huir de aquella escalofriante mujer, pero error cayó al suelo golpeándose en la cabeza la cual se sostuvo con dolor antes de voltear a verla, dándose cuenta de que la mujer no desistia en seguirlo. Con ayuda de un roca a sus espaldas se levanto de nuevo para emprender huida por segunda vez la cual se vio frustrada gracias a un árbol que no vio y en el cual se estampo, algo mareado sostuvo su cabeza, volteo de nuevo logrando visualizar a la tétrica mujer acercarse más a él, por lo cual emprendió de nuevo su huída hacia la ciudad no sin antes haberse golpeado levemente con el árbol de nuevo mientras jadeaba del miedo. Estre tropezones llegó hasta un río el cual se encontraba congelado, se resbaló por un par de segundos pero logro mantener su equilibrio tal notar que esa mujer aún lo seguía, corrió hasta que fue atrapado por un par de ramas las cuales se las arreglaron para atorarse en su traje, el joven al notar que la mujer d acercaba cada vez más, halo del saco con todas sus fuerzas rasgandolo un poco en el acto pero pudiéndose soltar finalmente para continuar de inmediato con su camino. Logro llegar a aquel puente en el que minutos antes se lamentaba con los cuervos que parecían querer ayudarla, pisando sus talones, se agachó sobre aquel puente sintiendo como aquellas aves pasaban por enzima de él sin causarle daño alguno

Al sentirse fuera de peligro se puso de nuevo de pié y vio a sus costados con miedo tratando de ubicar a la mujer que hace tan solo unos segundos lo seguía, volteo está vez aún agitado por la terrorífica persecusión y tras sentirse a salvo pues no había nada más a su alrededor, cerro sus ojos y respiro de manera profunda mientras caminaba de espaldas con dirección al pueblo de nuevo, volteo para continuar corriendo hasta su hogar, pero al momento de hacerlo su paz se vio perturbada al toparse de frente con aquella extraña mujer, de la cual trato de alejarse con el mayor sigilo posible, pero aquello le sería inútil, pues la mujer comenzó a acorralarlo en una de las paredes de aquel puente en el cual el rubio se recargo con temor al sentir las delgadas y esqueléticas manos posarse sobre sus hombros con aquellos cuervos aún volando a su alrededor

-Ya puedes besar a la novia -murmuro la chica acercando aún mas su rostro al contrario mientras cerraba los ojos preparándose para aquel tan anhelado beso para ella, todo lo contrario a el chico quien trataba de alejarse más sin poder si quiera pestañear del terror que le causaba tener a lo que parecía ser el cadáver de una mujer a punto de besarle, el cadáver de la novia...



















Holi, Holi!!!! Lo prometido es deuda así que aquí está este bellísimo especial de Halloween! Por cierto... Feliz Halloween a tod@s! 🤭💕
Espero las están pasando muy en en sus casas y pues daré lo mejor de mi para darles su Halloween literario :3
Por cierto, gracias todas las que votaron y comentaron para hacer de esta idea una real, jamás creí que en tan poco tiempo fuera a tener respuesta :'v pero bueno, por eso es que me esforcé para hacer de este especial una realidad 🤭💕
Por cierto, el especial (si mis cuentas o me fallan) contará con 3, máximo 4 capítulos 👀 así que probablemente se termine precisamente el día que en mi país se celebra día de muertos 😍💕 la cual por cierto es una de mis festividades favoritas 🥺💕
Otra cosa, por ahí leí un comentario sobre que era mejor haber hecho un especial de día de muertos y la verdad es que si lo pensé, pero ninguna idea me satisfacía pues en todos las historias probablemente hubieran acabado llorando, si de hecho jeje como les mencioné esta historia dará un leve giro al final presisamente para evitar eso 😬🥺💕
Aún así, esta historia la elegí también por eso, ya que desde mi punto de vista es una fusión perfecta de Halloween y día de muertos ya que tiene lo tétrico y divertido de la primera festividad sin dejar de lado el propósito de la segunda, la cual es reunirse de nuevo con las personas que ya no están en este mundo
Sin más que decir, espero acabar a tiempo mañana para subir el capítulo en la noche, las quiero a todas, cuídense mucho, lavense muy bien las manos y usen su mascarilla, les mando besos y abrazos, porte de mal, pásenla bien y nieguenlo todo que hoy de puede, es Halloween! Feliz día a todas! Au revoir! 😎😈💃😍💁🏻‍♀️🤩😏👀👌💕

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