─¿Dónde está Kanan? ─ preguntó la peligris al no ver a la mayor con ellas.
Todas sorieron y comenzaron a silbar nerviosas como si no supieran donde se encontraba la amante de los delfines.
─Mari zura ─ con eso bastó para que Kotori se diera cuenta que su hija estaba con la hija de los Ayase, rezó por ella.
Mientras Kotori preparaba la cena y Umi la ayudaba, Hanamaru leía un libro tranquila y Yoshiko junto a Riko veían la Tv. Muy entretenidas las jóvenes no se les ocurrió pensar nisiquiera en que tipo de castigo le estaría dando la rubia a Kanan, y como la imaginación es fuerte prefirieron no pensarlo.
Luego de un rato ya estaban todas en el comedor disfrutando su comida.
Aunque había cierta tensión entre todas, por... bueno... todo lo que había ocurrido ese día, desde la mañana hasta el secuestro de Kanan.
Kotori observaba a su esposa e hijas, más a la peliazul menor que comía tranquilamente.
─Niñas... ─las menores miraron rápidamente a su madre, quien por un momento se sintió nerviosa por tener sobre ella las miradas. ─Anju está de gira y necesita ayuda con sus trajes, debo ir y Umi debe salir de la cuidad por un viaje de trabajo. ─
En eso la puerta trasera de abre, dando paso a la amante de los delfines, y se cierra de un portazo. Con tranquilidad y sin darse cuenta de que su familia estaba viéndola fue hasta su habitación con mucha cautela.
Kotori aclaro su garganta y siguió ─Como Kanan está en riesgo de secuestro, van a quedarse con Maki-chan ─
Nadie se quejó ni nada, por lo sé continuaron con su cenar tranquila.
Kanan volvió a hacer su aparición desde que entró a su cuarto, por lo que Yoshiko fue hasta ahí para dejarle comida. La mayor estaba tendida en el suelo, apenas había llegado a su cama, parecía estar muerta pero la menor descartó esa posibilidad.
─Está muerta zura ─ dijo Hanamaru desde la puerta
Luego Mari les daría una explicación del por que su hermana mayor estaba en ese estado, aúnque suponian que fue una especie de tortura prefirieron esperar a que la rubia hablara.
Ya a las 23:00hs Yoshiko seguía sin dormir, ella no diría que fuese insomnio o algo parecido, pero si hoy no podía conciliar el sueño. Cada insignificante ruido la obligaba a abrir los ojos, no es que estuviera durmiendo.
Con cautela se escabulló de su cuarto, con la idea de que ir a la cocina por un vaso de agua y quedarse en la sala un rato. Se asomó un poco y vio a su madre con en teléfono en la mano. Se veía un poco triste y también frustrada.
Fue a abrazarla.
Kotori dio un salto por el susto y giró rápido para ver de quien se trataba. Yoshiko esperaba algún regaño por parte de su madre por estar fuera de la cama a estas horas, pero su abrazo fue correspondido con más fuerza.
─Ay, mi pequeña ─ suspiró la peligris con su hija entre sus brazos ─ Aunque no te puedas curar, se que podremos manejar esto, haremos todo lo posible para que esto no se salga de control ─ dijo y Yoshiko no entendió nada.
¿Encerio no se podía recuperar?
•°•°•
Para el día sábado Kotori y Umi preparaban algunas cosas antes de irse, ordenar la casa y dejar a las menores en casa de la peliroja tsundere.
Se despidieron una por una como si se fueran a ir para siempre. Y como era de esperarse por parte de Kotori, tenía varias reglas las cuales cumplir y por parte de Umi algunos ejercicios los cuales realizar para mantener a sus hijas con una buena condición física. Maki sólo oía todo y esa información salía tan rápido como entró.
Yoshiko permanecía callada, había estado así desde la mañana y, como siempre, eso le preocupaba a Kotori.
Sus cambios de ánimo comenzaron a ser más frecuentes al igual que su poca memoria, toda su familia podía decir que la enfermedad empeoraba cada tanto con el paso del tiempo, pero no tenían forma de curar aquello, tan sólo podían mantenerla estable.
Cuando sus madres se fueron, las hermanas Sonoda y Riko se adentraron a la mansión Nishikino. Fueron hasta la sala, donde se encontraban las hermanas junto a su madre, quien, cada tanto miraba por la ventana.
─¿Nico-san se siente bien zura?─ preguntó la castaña.
─Verán, Nico-chan no se siente bien hoy, así que no le recuerden a Nozomi o Mari, aún no lo supera ─susurró la peliroja.
─¿Eh, acaso le hicieron algo?─
─Pues... ─
Flashback
Nico iba tranquilamente sentada en el vehículo, viendo por la ventana a las tantas personas que caminaban por la calle. Esperaba que el tránsito terminara, sino llegaría tarde y no quería seguir escuchando a su mánager quejándose de sus llegadas tarde, como le hubiera gustado que su amiga la amante del arroz, Hanayo Koizumi, aceptará trabajar para ella.
Suspiró cansada, por algo se había levantado temprano, para evitar esto. Seguramente hoy no era su día, pues cuando despertó... se cayó de la cama, vaya forma de comenzar el día. Luego casi se le quema el desayuno y almuerzo de sus hijas y esposa, suponía que iba a ser una gran día como siempre, pero no fue así, ya tenía la sospecha de que la estaban observando y siguiendo, pero no le tomó importancia.
─Chofer, podría tomar otra ruta y algo, a este paso llegaré tarde ─pidió Nico al ver lo lente que los autos de adelante andaban.
─Oh Nicocchi, veo que tienes prisa ─ esa voz logró que a la pelinegra se le helara la sangre ─Nosotras no tenemos mucho apuro, además... recuerdo que habías dicho algo sobre mi─ dijo de forma maléfica la pelimorada.
─¿N-nosotras?─ preguntó extrañada. ─¿Cómo sabes eso? Yo no he dicho nada─
─Hello Nico-san ─ saludó con una voz cantarina y chillona la rubia. ─Nos lo contó a little bird. ─
─Ustedes están locas por andar hablando con i littli bird ─ mala idea, Nozomi y Mari tenian esa sonrisa que asustaria a cualquiera.
En ese momento Nico tembló y sintió terror, comenzó a rezar, tal vez Dios la escucharía y la lograba sacar de lo que podría ser su muerte.
El auto retrocedió bruscamente y se salió de la calle para tomar otra ruta a quien sabe donde. Y como retrocedió, arrancó nuevamente con una velocidad increíble, lo cual Nico tuvo que sujetarse fuerte del asiento para no golpearse con las puertas por los giros y frenos bruscos de daba.
Nico moría de terror, las Ayase se sentían como en una persecución policial y reían a carcajadas.
Cuando al fin el auto se detuvo, Nico sintió una fuertes ganas de vomitar, estaba tan mareada que se tambaleaba al salir del auto, tuvo que recargarse en la puerta para evitar caer.
Ahí fue donde Mari la escoltó hasta la residencia Ayase y la llevo hasta el sótano.
Ahora no le rezaba a Dios, ahora alavaba a Yohane, tal vez ella la ayudaría.
Ese fue el peor día de Nico, el peor de toda su vida. Fue utilizada para que la joven Ayase Mari pudiera aprender el movimiento secreto de su madre, el washi washi suru yan. Nozomi daba el ejemplo y Mari copiaba su acción.
Desde ese día Nico dejó de hablar a espaldas de Nozomi y por esa misma razón todo está cerrado con llave.
Fin del Flashback.
─Oh, ya veo ─ dijo Kanan.
─Bien, supongo que deben tener hambre ─ dijo Maki desviando el tema.
─¡Maki-chan, la comida está lista! ─gritó desde la cocina ─¡Cierra la maldita puerta! ─ gritó ahora exaltada por escuchar pisadas en el patio.