El Maestro.

By DinaEllefson

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Eve, una chica víctima de malos tratos por parte de su familia, huye, y en busca de ayuda, acude a Alastor, u... More

1. El Maestro
2. El saber no ocupa lugar.
3. Nuevo Estilo.
4. En privado.
5. Cuestión de negocios.
Confianza.
7. Férrea Égida
8 sacra lujuria
9. A por almas negras.
10. Damnación
11. Expiación.
12. Orgullo y gozo
13. Larga vida al Rey.
14. Linaje Arcano
15. Profana Centinela
16. Master Overlord
17. Fierecilla
18. Templanza o temperamento.
19. Eterna lealtad.
20. Letal alianza.
21. Alfa y el Omega
22. alea jacta est
Alter Ego
Sincera Agonía
Encrucijada
Uniendo Puentes
Lazos de Sangre
Solve et Coagula
29. Ora et Labora
30. El brujo y la Centinela.
31. Carpe Diem
32. Exterminio
33. Réquiem
35. Alma Máter.
36. Oscura Belleza
37. Family tree.
38. Aloha, kaikaina
39.Ohana.
40.Mater Summun
41. Espíritu Rebelde.
42. El sueño Nefilim
43. Mea Culpa.
44. Legado
45. Sin Tregua.
46. In Nomine Satanas
47. Dualidad.
48. Elohim
49. Otelo
50. La curva del Diablo.
51. Planes y pactos.
52. Aurora.
53. Herencia
54. Firme, Centinela del Infierno.
55. Longinos
56. Ave Fénix

34. Von Seviathan

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By DinaEllefson

Evelyn se incorporó, mirando a Harold incrédula.

- ¿¿Cómo que busque un nombre??- Dijo sorprendida.

- Si...de ambos sexos, aún no sabemos lo que es...

- ¿¿De qué coño me estás hablando, Harold??- Su tono estaba poniendo nervioso a Harold.

- Pues eso, Evelyn, no te pongas nerviosa mujer, afectará al bebé- Harold besó su mano, y miró al infinito, sin decir palabra.

- Será mejor, que te largues...

- ¿Qué?

- Ya me has oído, cocodrilo, lárgate, necesito estar sola.

- Pero palomita...- Dijo con tono lastimero.

- Necesito...necesito tiempo para asimilar esto, Harold- Dijo con severidad.

- Vamos, cielo, me duele que te quedes sola, además, ¿No querías ser madre?

- Dime una cosa...las pastillas esas...no son "infalibles" ¿Verdad?

- Bueno, creí que sí, pero olvidé leer las instrucciones, y no tomaste la dosis adecuada, y no, no lo son...- Se rascó la cabeza, nervioso, su expresión daba miedo, giró su cabeza lentamente, y lo miró con ganas de asesinar a su prometido.

- Harold Von Eldritch, lárgate de mí vista.

- Vamos palomita...no te irrites por favor- La tomó de las manos, pero se las quitó de encima.

- No me irritaré, pero por favor, déjame sola.

- Está bien- Harold se retiró con cuidado, pero antes de cerrar la puerta, la miré.

- ¿Estás enfadada conmigo?

- ¿Es una broma? Despierto y me dices que ando preñada. ¡Eres un cabrón, Harold! ¡Voy a cortarte esas pelotas verdosas que tienes!

Justo cuando cerró, cuando le arrojó el sombrero a la cabeza, y cerró la puerta, resoplando, pues llegaban los reyes.

- Así que nuestra pequeña fierecilla despertó, ¿Eh? - rió Lucifer.

- Si...- Dijo agachándose y recogiendo el sombrero, mientras se lo ponía, resoplando.

- Dejémosla a solas, debe de estar en shock por la noticia- Añadió sonriente.

- Desde luego, majestad, ahora, debo ir a darle la buena a mi familia, si no me mata antes.

- Bueno, Harold, ve, y descansa- ordenó Lucifer.

- A sus órdenes- Harold se sacó el sombrero en reverencia y se marchó. Lilith se quedó con Lucifer, pensando.

- No esperaba, dos embarazos en palacio en tan poco tiempo, querido. De Charlie si se esperaba, pero de Evelyn, no lo esperaba nadie, debe estar en shock.

- Hablaré con ella, si así te sientes más tranquila.

- No, déjamelo a mí, como mujer que soy, sé lo que siente, y se abrirá a hablar conmigo- afirmó Lilith.

- Estupendo, mi pastelito de manzana, te dejo a solas con ella, voy a ver cómo está mi manzanita Charlie.

- Estupendo, querido mío- Lilith besó a Lucifer y llamó a la puerta de Eve.

- ¿Sí? - respondió Evy con voz cansada.

- Soy yo, Querida- Lilith dijo con tono suave.

- No deseo ver a nadie- Respondió Evy desde el otro lado de la puerta.

- Cariño, te entiendo, pero debo hablar contigo- EL tono de Lilith cambió a uno imperante.

- ¿Es una orden, majestad?

- Sí.

- Adelante, alteza.

Lilith abrió con sutileza, y cerró la puerta con cuidado.

- ¿Cómo te encuentras, Evelyn?

- Hecha un asco, con ganas de no haberme despertado- Dijo con ansiedad.

Lilith se sentó, con clase, en la silla puesta junto a la cámara de Evelyn.

- Es normal, que estés nerviosa. ¿Sabes qué hice yo cuando me enteré de que estaba embarazada de Charlie?

- No- Respondió Evelyn secamente, mirando a la nada.

- Me encerré como tú, a llorar, feliz.

- Usted lo buscó, yo aún no. Además, soy tutora de dos mellizos, ¿Se olvida? - Arqueó la ceja, mirando con sarcasmo a Lilith.

- No lo he olvidado, querida, y no me gusta ese tono- Entrecerró los ojos.

- A mí tampoco me gusta que se burlen de mí, y llevan tiempo haciéndolo- Evelyn levantó el labio en una mueca de asco.

- Vamos, querida, ¿cómo piensas eso? - Lilith ladeó la cabeza.

- Primero, Alastor me deja por Charlie sin previo aviso, me hace quedar como una idiota delante del infierno, luego tengo que vigilar a su prole, y ahora debo aceptar esto, ¿no cree que es demasiado obvio? - Miró a la reina desafiante.

- Pequeña Nefilim, no juegues conmigo. Entiendo, y sé que mi hija y tu maestro, no jugaron limpio. Aun siendo el infierno, tengo valores, y aunque no lo dije, pensé mucho tiempo en cómo cuidar de ti, te vigilaba, para que no te derrumbaras, y no hicieras ninguna tontería.

Lilith suspiró y tomó aire.

- Ahora dime, ¿Por qué te eligieron a ti?

- Porque soy una idiota que no sabe negarse.

- No seas idiota, Evelyn, te eligieron porque saben que harás lo correcto. ¿Sabes qué pasa si educas a un niño como un ángel, o como a un demonio?

- Que sale algo raro...difícil de manejar...- Dijo Evelyn pensativa.

- Exacto, tú, no eres ni una cosa, ni la otra, eres todo, y nada al mismo tiempo, eres...

- Un híbrido...- Respondió mientras lloraba en silencio.

- Exacto, pero cielo, no llores, si un ser tan poderoso como tú llora, ¿Qué será de tu linaje? ¿Qué sucede?

- Alteza... ¿Cómo voy a ser madre si no tengo una? – Evelyn se llevó las manos a la cara, sollozando.

Lilith se inclinó ante ella, y la abrazó.

- Yo no tuve madre, querida, sé lo que sientes, no llores, cariño, lo harás bien, no olvides quien eres, pequeña, eres hija de Amenadiel, y Lucifer- Acarició su pelo, con todo el cariño que podría darle.

- No sé cómo hacerlo, no sé ni quién soy ya...-

- Lo harás bien, cielo, confía en mí, mi intuición no falla, desde que te vi, en el Avernus, supe que eras especial, ahora, cálmate, y no llores más, tu familia, está preocupada, además, la criatura que llevas en tu interior, te dará fuerzas para seguir. No estás sola, yo te ayudaré, ¿De acuerdo?

Evelyn levantó la mirada, se secó las lágrimas, y afirmó con la cabeza.

- Estupendo, pero no te derrumbes, no venciste a la muerte, para nada, a todo esto, déjame ver tu herida.

- Si.

Evelyn se levantó la camisa, y Lilith palpó la herida de Evelyn con cuidado.

- Oh, esto va bastante rápido, Evelyn, en nada estarás curada del todo, cielo, ahora, déjame comprobar una cosa.

- Está bien- Evelyn miraba en silencio.

La palpó, por encima del vientre, con cuidado, y cerró los ojos. Murmuró algo casi inaudible.

- Evelyn querida, noto mucha energía en tu interior. La vida se abre paso, no te preocupes, no te dejaré sola.

Evelyn respiró hondo, y asintió.

- Bien, ahora, relájate, mandaré que te pongan algo de comer, debes tener hambre, y reponerte.

- Gracias alteza.

- No hay de qué, tu padre te verá luego.

- A su servicio, majestad.

Lilith se retiró, y ordenó que le sirvieran el desayuno a Eve, mientras tanto, en casa de los Von Eldritch.

- ¡Hijo! ¿¿Cómo está Evelyn??- Su padre, lo recibió, levantándose del sillón.

- Pues bueno- Dejó el sombrero en el perchero, junto a su abrigo, se pasó la mano por el pelo, y se aflojó la corbata- Está bien, pero hay algo más.

- ¿El qué? - La preocupación del rostro de Lord Von Eldritch se notaba.

- Pues...ella está embarazada...- Dijo suavemente con una sonrisa.

- ¿¿Qué?? ¿Enserio? ¡Eso es maravilloso! - Levantó a su hijo en brazos-

¡¡Beth, ven aquí cariño!!

La madre de Harold bajó las escaleras corriendo, alarmada.

- ¿Qué son esos gritos, Fredrick? ¿Qué sucede? ¡Oh, Harold, mi niño! ¿Cómo está Evelyn?

- ¡Eso iba a decirte, mi vida! ¡Díselo, Harold!

Harold se frotó la nuca, y miró a su madre.

- Pues verás, mamá...ella...está embarazada...

- ¿¿De verdad?? ¡¡Hijo eso es fantástico!!- Su madre lo besó con ternura, y lo abrazó- ¡Pensé que no te casarías, menos aún de ser abuela!

- ¡Ese es mi chico! ¡Así se hace campeón! ¡Esto hay que celebrarlo! - Sacó unas copas, del mueble bar, las llenó de Brandy, y brindó con su hijo, y su esposa.

- ¡Por Harold! ¡Qué puntería tiene mi hijo!

- ¡Papá! ¡Por Satán, se más discreto! – Replicó colorado del apuro.

- Vamos mi niño, no te apures, tu padre está feliz. ¿Cómo lo lleva ella?

- Pues, no se lo ha tomado muy bien, casi me mata.

La madre de Harold rió un poco, y bebió de la copa.

- Eso es que es de armas tomar, cielo, ve a dormir, lo necesitas.

- Si, eso haré- Dijo Harold cansado- Si llega algún aviso desde palacio, llamadme, por favor.

- Claro, ahora ve a dormir, nosotros nos encargaremos de todo- Su madre lo besó en la mejilla y éste se fue a dormir.

Con Evy bajo los mejores cuidados, Harold cayó profundamente dormido.

En palacio, Alastor se movía, de un lado a otro de la enorme suite real, nervioso.

- ¿Alastor? - Charlie se despertó.

- ¿Sí, encanto?

- Deberías calmarte, ya está bien, todo está bien, cariño.

- Es que...Evelyn es muy poderosa, y mira, casi la matan... ¿Qué hubieran hecho contigo?

-No pasó nada, Al...- Charlie lo calmó.

- ¡Podían haberte hecho daño, a ti, y a nuestros hijos! - Alastor estaba preocupado.

- Pero no lo han hecho. Mi padre nombró a Evelyn centinela por algo, ¿No crees? Ahora nadie se atreverá a tocarla.

- En eso tienes razón...- Resopló y se dejó caer sobre la cama.

- Ahora duerme, no pasará nada, ¿Ok? - Charlie lo besaba en los labios, suavemente. Alastor besó la frente de su amada, y cayó dormido.

Llamaron tres veces a su puerta. Charlie se levantó con cuidado, para no despertar a Alastor.

Al abrir la puerta, se encontró con su padre.

- Hola, manzanita. ¿Cómo estáis?

- Bien, papá, Estamos bien, por suerte.

- Manzanita, sé que estás cansada, pero quiero hablar contigo.

- Vale, espera un momento, papá.

Charlie tomó su chaqueta y cerró con cuidado.

-Bien, ¿A dónde vamos para hablar más tranquilamente?

- Ven Manzanita. Vamos a mi despacho.

Los dos fueron con discreción al despacho del rey, y cerraron la puerta.

Charlie se sentó, y su padre se sirvió un vaso.

- Te ofrecería, pero no debes beber, manzanita. Ahora dime, ¿Qué pasó exactamente ayer?

Charlie le contó con pelos y señales a su padre, lo acontecido. La cara, la expresión de Lucifer lo decía todo.

- Nunca vi a nadie luchar así, papá, y yo te he visto partir cabezas como si fueran melones. Ella lo golpeó de tal manera, que le sacó la máscara que llevaba, se movía como tú, papá.

Lucifer se recostó en su asiento.

- Si, Charlie, yo le he mostrado como moverse, pero no me esperaba lo de Miguel, ni que ella fuera capaz de matarlo, pero la profecía de mi hermano, se ha cumplido.

- Nunca me hablaste de él... ¿Por qué a ella sí?

Lucifer notó que su hija estaba molesta.

- Fácil, manzanita, nunca me fue fácil, hablar sobre Amenadiel, y ella, tenía el derecho de saber de dónde viene, aun así, su espíritu está turbado, necesitará tiempo. Otra razón es simple: Tú, eres la cara bonita de los Magne, de cara al público, eres tú la mano de los Magne, pero de espaldas a todo, está ella, es su mano izquierda, su brazo armado, ¿Entiendes? No tendrás que pasar por lo que ella pasará.

Y ya lo has visto, es cosas que es mejor que no sepas, por tu bien, y por el de mis nietos, manzanita.

Charlie suspiró hondo, y puso su mano sobre su vientre.

- Exacto, así que no puedo ponerte en riesgo. Yo, y Evelyn somos el brazo armado de los Magne, Alastor debe cuidarte, ése es su cometido, manzanita.

Cuando Evelyn se recupere, deberá estar en reposo, hasta que el bebé nazca, aquí los embarazos duran poco, en el mundo de los vivos son 9 meses, pero un demonio con 5 está listo.

- Pero papá, ella no es un demonio, ni un humano- Replicó Charlie.

- Cierto...Si hay alguien que lo sabe, esa es tu madre. La madre de todos, lo sabrá. Bueno, manzanita, me voy a visitar a tu hermana.

- Papá...

- ¿Sí?

- ¿Crees que ella me odia? Por lo de Alastor...

- Si te hubiera odiado, no habría dado su vida por salvarte, manzanita- Dijo Lucifer cerrando la puerta.

Lucifer llamó a la puerta de Evelyn.

- ¿Evelyn, estas disponible?

Nadie respondió.

- Evelyn, voy a entrar.

La habitación estaba vacía, Lucifer preguntó a uno de los siervos que pasaba por allí.

- ¿Dónde ha ido la Centinela?

- Al jardín, majestad, dijo que está donde siempre.

Lucifer la buscó, por los jardines, y la encontró en el estanque.

Se sentó de espaldas a ella.

- ¿Cómo te encuentras, mi niña?

Evelyn no respondió. Sólo se giró y abrazó a su padre, y él la correspondió.

- Él...iba a matarlos, padre...iba a matarlos a todos, a Charlie, al maestro, ¡A Harold! ¡Iba a matarlos! - Dijo sollozando.

- Eh, ya, mi niña, no llores, mi fierecilla, yo lo sé, no llores más...

- ¡Iba a matarlos! ¡No pude permitirlo!

- Claro que no, es tu juramento, y lo cumpliste, Estoy muy orgullosa de ti. Cumpliste tu juramento, y la profecía de tu padre Amenadiel- Lucifer secó sus lágrimas, la tomó de la cara, y besó su frente con cariño, la abrazó, calmando su llanto.

- No llores, mi niña. No llores más. Estoy orgullosa de ti.

- ¿De verdad? - Dijo Evelyn, ansiosa.

- ¡Claro! ¿Qué te hace pensar que no? ¡Has matado a Miguel, con tus propias manos! ¡A la mano derecha de Dios! Él me expulsó, mató a tu padre, y tú, le has roto el cuello, con esas manitas tan diminutas, y con tu fuerza interior. Eres el ser más poderoso del mundo de los vivos ahora mismo.

- Pensé que te decepcioné al volver malherida...papá...

Ese "papá" llegó hondo al corazón de Lucifer, que la miró con ternura.

- Mi niña, esa herida hubiera sido mortal, para cualquiera, dime, ¿Cómo lo hiciste?

- Pues, concentré mi poder, en mis manos, pensé en todos los que me quieren, y en mis padres, y en que no podría dejarlo hacer lo que quisiera siempre, que tenía que pagar por sus actos.

- Tus ojos, se ven aún algo oscuros, bebiste esa opción, ¿Verdad?

- Ajá, como el brujo me indicó.

- Estupendo, querida niña, ahora dime, ¿Cómo te sentó matar a ese hijo de perra?

- Me sentí poderosa, y sentí una fuerza tremenda, al acabar con la vida de ese bastardo, sentí como si me hubiera librado de un peso muerto, padre Luxfer.

- Me alegro, ha sido algo glorioso, hubiera pagado por estar allí. Ahora debo decirte algo, con tu embarazo, querida.

- Ah, eso...- Evelyn se puso colorada.

- Tranquila, pequeña, no voy a decirte nada, ni a reprimirte. Debo serte sincera: El alma de tu hermano, estaba en manos de Dios, y me lo cedieron a cambio del cuerpo de Miguel.

- ¿Cómo? - Preguntó pálida del asombro.

- No te preocupes, su alma está atrapada en el infierno, pero su cuerpo volverá a tener un alma más digna que la original.

Evelyn se echó hacia atrás, descompuesta.

- Si pudiera fumar, me tomaría el puro de una calada. Pero las cosas pasan, y ya está.

- Muy bien, querida mía. Muy bien.

Noche llegó, se puso junto a Evelyn, que la acarició.

- Hola, Noche- rió, mientras la pantera lamía su cara.

De repente, la pantera, posó con suavidad, su cara, en el vientre de Evy.

- Parece ser, que alguien se dio cuenta de que llega alguien más en camino.

- Ya veo, padre, ya veo...

- Bueno, querida fierecilla, te gustará saber que atrapamos al traidor que ayudó a Miguel a atacaros.

- ¿Quién fue? ¿Vox?

- ¿Cómo lo sabes, Evelyn?

- Intuición.

- Sí, Alastor, seguramente se haya hecho un asado, con sus pedazos, y Noche se dio un festín. Está atrapado en el último círculo, así que tranquila. No molestará.

- Gracias padre.

- No hay de qué, ahora, ve, y visita a tus suegros. Ayer me llamaron, preocupadísimos.

- Eso haré.

- Buen trabajo, Evelyn Magne, digna Centinela del infierno, Guardiana de los dos mundos.

- Evelyn Magne a su servicio.

Evelyn se levantó, y con un chasquido de dedos, se puso elegante, con la ropa que su padre solía ponerse, la misma que le diseñó a ella, se adecentó y se despidió de Noche.

Se transportó a la mansión de los Von Eldritch, y llamó con discreción a la puerta, y le atendió el mayordomo.

- Señorita Magne, pase por favor, anunciaré a los señores que ha venido.

- Gracias.

Evelyn esperó pacientemente, cuando bajó su suegra, a toda prisa.

- ¡¡Evelyn, querida!! ¡¡Qué agradable sorpresa!!

- Lady Von Eldritch, es un placer verla- Respondió suavemente Evelyn.

- ¿¿Cómo estás?? ¡Estábamos muy preocupados!

- Lamento haberlos preocupado, me encuentro perfectamente, sólo que un poco cansada, pero mis heridas ya sanaron casi perfectamente- Sonrió.

- ¡¡Qué bueno, querida, ven, sentémonos!! ¿Café o té?

- Pues la verdad, yo no sé qué tomar, es que...

- ¡Oh, sí, sí, ya nos contó Harold! ¡Felicidades, cariño! ¡Estamos muy felices por ti! ¡Ponme un café y la Srta. Magne una manzanilla, ya! – Ordenó al mayordomo.

- Bueno, este Harold, gracias, ha sido un shock, pero la verdad, es un regalo, que todo haya ido bien, espero estar a la altura.

- Lo estarás, cariño, lo estarás- Beth tomó la mano de Evelyn con cariño- Sé que lo estarás. Es muy pronto, pero debes cuidarte, ¿eh?

- Claro, ya dije adiós a los puros, jeje, y he venido transportándome, nada de moto. Pero no podré patrullar...

- ¡Oh, eso! No te preocupes. Tu suegro, Fredrick, tiene la sangre del leviatán en sus venas. Sólo con poner un pie en el distrito, todos saben que ya mandamos. Además, se ha corrido la voz de que mataste a Miguel con tus propias manos, ¿Quién se va a atrever contigo?

- Tiene razón...casi me mata, no sé cómo la criatura que llevo dentro ha sobrevivido...- Eve estaba temblando.

- Bueno, cariño, la vida siempre se abre camino, sabes.

- Desde luego.

El mayordomo sirvió la infusión a Evelyn, y el café a Beth.

- Bueno, a todo esto... ¡Oh, Fred! ¡Cariño, ven! - El sonido de la puerta y la voz de su esposo la pusieron sobre aviso.

- ¿Qué sucede querida? Llego de ver al rey. ¡Evelyn! ¡Qué agradable sorpresa!

Su suegro la abrazó con una fuerza, que demostraba las ansias de verla.

- Estaba volviéndome loco, por darte las gracias, sé que pusiste tu vida en riesgo, y la de tu criatura, por salvar a mi Harold, de aquel desgraciado, gracias cariño, nunca, la familia Von Eldritch, podrá agradecerte lo que has hecho por mí y los míos. Gracias, en nombre de todos- Dijo dándole unos toquecitos en el hombro, mientras la sostenía suavemente.

- No fue nada, sólo cumplo con el juramento que hice, Lord Von Eldritch- Dijo Eve, con una media sonrisa.

- Ven, tienes que estar cansada, siéntate, tomemos algo, ¿Sí?

- Claro, vendría bien charlar un poco.

Estuvieron conversando, hasta que salió el tema.

- Nosotros, somos de ascendencia alemana, como habrás notado.

- Si, noble pueblo, sin duda, son gente dura de pelar.

- ¡Sin duda!

- ¿Y tú? En el mundo de los vivos, me refiero- Preguntó Beth.

- Oh, pues bueno, ahora que sale el tema...mi madre nació en Alemania...

- ¡Extraordinario! ¿¿Y en qué ciudad, si puede saberse??

- En Stuttgart...la Selva Negra, la trasladaron con unos meses a España...

- ¡Bueno, no hace falta criarse allí! ¡Con haber nacido, la esencia dura de Alemania se te pega! ¡Mírate, eres la prueba viviente!

- Gracias, son muy amables, a pesar de todo...de no conocerme mucho...de no ser tan elegante, ni aristocrática...me han recibido como a una más...quisiera darles las gracias, por todo...

A Evy se le escaparon un par de lágrimas, en silencio, por lo que Beth se sentó a su lado.

- Evelyn, pequeña, no es necesario, que seas aristocrática, elegante, o sofisticada, incluso antes de saber de tu linaje, mi hijo te aceptó, y tú a él, lo cuidas, lo proteges, lo quieres, ¿Qué más da lo otro? No te aflijas, no te deprimas, ni llores. Quieres a tu familia, y eso se nota, nosotros, somos los que debemos de darte las gracias, porque antes de llegar tú, mi Harold era un delincuente, que se metía en unos líos tremendos.

- ¿En serio? - Preguntó Eve, inocente.

- ¡Desde luego, joven! - Replicó Lord Seviathán- ¡La gente lo odiaba, llegaba manchado de sangre de hacer sus fechorías, ni el rey lo quería a su lado, y míralo ahora!

Evy se secó las lágrimas, sonrió, y bebió manzanilla.

- Me alegro de que mi presencia sea buena para él.

- Y lo es, cielo, ahora, ponte firme, y saca pecho, cielo, por cierto, mi hija te manda saludos, dijo que, si te dejabas matar de nuevo, lo haría ella misma.

Evelyn se relajó, y rió un rato.

- Qué dificilita qué es...- Añadió Evelyn.

- Un poco, sí, pero ella está en la oficina, de papeleo, y la verdad, maduró mucho- Respondió Lord Seviathán.

- Cuánto me alegro...- Evelyn se recostó en el asiento- Madrecita...qué cansada estoy, han sido días de locos, disculpen...

- Por cierto, Evelyn-

- Dígame, Lord Von Eldritch.

- Veo que tienes un respeto muy grande a Lucifer, nunca vi tal devoción en una hija a su padre, ni Charlie lo respeta tanto...

- Le debo todo, Lord. El rey bien sabe que soy su hija, pase lo que pase, y que mi antecesor, Amenadiel, también tenía devoción por el rey.

- Haces bien, joven. El respeto que muestras a tu padre, y a tu antepasado, es evidente. Sin la familia, no tenemos nada.

- Tiene razón, mi Lord. Toda la razón.

En ese momento, unos pasos bajando la escalera, captaron la atención de los demás.

- Padre, ¿Qué sucede? ¿Mamá? ¿Con quién hablas? - Dijo Harold bajando la escalera, entonces, vio a Evelyn.

Evelyn se levantó, por un segundo, todos enmudecieron, nadie dijo nada, Evelyn se sujetaba las manos, nerviosa, como nunca había estado jamás.


- Harold, he vuelto- Lo miró con determinación, y se dio un par de toquecitos sutiles en el vientre.

- ¡Evy! ¡¡EVY!! ¡¡Cielo!! ¡¡Estás de nuevo aqui!! ¡Te quiero maldita sea!

Bajó las escaleras corriendo, la tomó en brazos, y la levantó, besándola, con cariño, la bajó y la tomó en brazos, la bajó con cuidado, se inclino, besando su vientre con cariño, luego se levantó, posando su mano sobre la zona donde crecía la vida en el interior de Evy.

- Perdóname Harold...fui muy brusca contigo esta mañana...

- No pasa nada, Evy, sólo tú sabes lo que has pasado, ahora dime, ¿Preparada? Quedan unas pocas semanas, confía en mí, todo irá bien, cariño- Sonrió, pegando su nariz a la de ella.

- ¿Unas semanas para qué, Harold? - Su madre entrecerró los ojos.

- Preparada para ser Von Seviathan- Sonrió con fuerza Evelyn.

Seviathán, se dio la vuelta, carraspeó, y puso una mano a su espalda.

- Bien, Tengo el placer de comunicaros, que, en dos semanas, Evelyn Magne y yo, nos casaremos.

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