"Hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar. Hay aromas que me quiero llevar y silencios que prefiero callar".
-Fito Paez
Pov.Harriet
- Bien aquí tenemos toda la información que necesitamos.
Después de que tuvimos esa plática con Hagrid había llevado a mis amigos a la sala común, subí rápidamente a los dormitorio en busca de una pequeña caja y una vez que lo había encontrado baje rápidamente regresando a la sala, estuve buscando dentro de la caja una tarjeta, ahora estaba frente a ellos mostrando lo que los sacaría de dudas a ellos.
Una gran ventaja de saber lo que sucederá en el futuro.
- ¿Un cromo de chocolate? - preguntó Hermione confusa al ver la tarjeta - ¿Que tiene que ver con quién es Nicolás Flamel?
- Verás mi querida amiga, como ustedes sabrán - empiezo a decir mientras los miraba con una sonrisa - Cada mañana siempre recibo una caja de ranas de chocolates y
- Y me sigo preguntando por qué no tienes miedo - mire confundida a Hermione - ¿Qué pasa si una de esas ranas de chocolates están envenenadas?
- No he muerto por chocolate antes, y no moriré por ello ahora, bueno eso si me causa diabetes - exprese tranquilamente mientras me cruzaba de brazos.
Ella rodó los ojos, pero continúe con mi explicación - Y bueno reiterando lo que iba a decir - mostré mi caja - cada rana de chocolate viene con un cromo... ¿y que vienen en ellos?, ¡Información de magos y brujas más importantes de los tiempos! - dije emocionada y alce el cromo que tenía en la mano - Y de todos los cromos que he coleccionados hasta ahora, este es el cromo de ¡Nicolás Flamel!
- ¡¿Enserio?! - preguntó Ron, asistí, él tomo el cromo y lo observó maravillado.
-Y aquí tiene la información sobre este gran mago - tome nuevamente el cromo, después mire a mi amiga, le extendí la tarjeta - ¿Quieres hacer los honores de leerlo? - le pregunté sin quitar mi sonrisa.
Ella lo tomó y empezó a leer lo que contenía la tarjeta.
NICOLAS FLAMEL
ÚNICO CREADOR CONOCIDO DE LA PIEDRA FILOSOFAL
El importante alquimista y reconocido amante de la ópera, Poseedor de la única Piedra Filosofal actualmente en existencia. Los asombrosos poderes de la piedra incluyen convertir cualquier metal en oro puro. También es el ingrediente esencial para el Elixir de la Vida, que vuelve inmortal a quien lo beba.
Hermione dejo de leerlo y después me observo.
- ¿Sabes que pudimos encontrar todo esto en la biblioteca, verdad?
-Si pero conociéndote bien, nos harías buscar en TODO el lugar - dije - Incluso en la sección prohibida, pero igual sabía que Ron no quería ser torturado leyendo cada libro, así que mejor un párrafo de menos de cinco minutos.
Hermione estaba a punto de protestar hasta que Ron habló.
- Entonces lo que cuida ese enorme perro... ¿es una piedra?
- No es cualquier piedra - negué varias veces - Es la piedra filosofal, es el elixir de la vida eterna.
- ¿Por qué el director traería algo tan valioso a la escuela? - pregunto Hermione.
-Él sabía que sería robada de Gringotts - hable y vi sus miradas de asombro - ¿Qué? Es obvio, por eso le pidió a Hagrd que fuera por la piedra y lo trajera a Hogwarts.
- ¿Qué sentido tiene que trajera eso al colegio en donde está lleno de estudiantes? -Preguntó Hermione - Además es peligroso para nosotros.
-Exacto - chaqué los dedos ante su pregunta - El ladrón no podría atacar directamente ya que en este colegio es protegido por los profesores y el director, así que tendría que buscar una manera de que nadie lo notara.
- ¿Entonces el ladrón está aquí? ¿En Hogwarts? - pregunto Ron
- Es por eso que el troll pudo entrar al colegio, ya que era una manera de que los profesores estuvieran atento con los estudiantes, dejando libre el pasillo sin cuidado.
- ¿Pero quién es el ladrón? - pregunto nuevamente Hermione, intentando hallar una respuesta.
- Yo sé la respuesta - respondí y ambos me observaron - Es el profesor Quiller
Hermione y Ron se miraron por unos segundos, después se empezaron a reír a carcajadas.
- ¡Hey! ¡No se rían! - exclame al ver su reacción.
- Oh si claro - decía Ron intentando hablar - El profesor Quiller es la mente maestra.
- Yo jamás dije que él fuera la mente maestra - fruncí el ceño - Él solamente es el peón.
- Pero Harriet, es imposible que sea él, tan solo basta con míralo, es demasiado miedoso, incluso le teme a su propia sombra - dijo Hermione segura de lo que decía.
Okey, sabía que ellos no me tomarían enserio ante esa declaración.
Aunque en cierta forma Hermione tenía razón, nadie dudaría de ese hombre fuera tan malvado, hasta yo cuando leí los libros y vi las películas pensé que él sería un personaje sin mucha participación pero después de saber que él era un Horrucrux temporal de aquel mago oscuro, ahora sería más difícil buscar una prueba de ello.
- Aunque si buscamos a algún culpable, ese sería el profesor Snape - habló Ron - El intento matarte en el juego de Quidditch.
- ¡Él estaba haciendo un contra maleficios! - Dije - ¡Quiller fue quien intentó matarme!
- ¿Pero si en realidad fue todo lo contrario? - menciona Hermione - el profesor Quirrell pudo hacer el contra maleficio para impedir que Snape te hiciera daño.
En verdad, darles una explicación a ellos será de lo más problemático.
- También sospecho que él fue al pasillo mientras pasaba lo del troll - dijo Hermione, la mire confundida - ¿no lo notaron? Unas semanas después de eso, él cojeaba al parecer en cuando entro ahí no espero que el perro lo mordiera por eso estuvo en ese estado.
<<Mierda, no pensé que Hermione se diera cuenta de eso>>
- Aun así chicos, él jamás haría algo para lastimarme y mucho menos él quiere la piedra - dije mientras me abrazaba a mí misma.
- ¿Cómo estás segura de eso? - me miró Hermione.
- Porque confió ciegamente en él, además... él era amigo de la infancia de Li-de mi madre - dije con cierta tristeza, al recordar la amistad que tenían Sev y Lily en sus tiempos de niñez y de estudiante.
[.....]
Después de eso las semanas pasaron tranquilas, ya faltaba poco para que llegara la Navidad, Hogwarts estaba cubierto de nieve, el lago estaba sólidamente congelado. La mayoría de los estudiantes estaban impacientes con la llegada de las vacaciones. La mayoría iría a casa para celebrar con sus familias mientras que pocos de los alumnos se quedaban en el colegio por varias razones.
Obviamente yo me quedaría en el colegio, ya que mis adorados "tíos" no querían que pasara esos días con ellos, al igual que yo. Así que cuando la profesora McGonagall había pasado la semana antes, haciendo una lista de los alumnos que iban a quedarse allí para Navidad, no dude en poner mi nombre ahí.
Aunque a pesar de eso, Draco seguía resentido por lo del partido, en cada oportunidad aprovechaba para molestarme, diciendo que no tenía la capacidad de ser buscadora, pero nadie lo hacía caso, lo cual provocó que eso lo enfureciera más al rubio. Pero en cuanto se enteró que me quedaría en las vacaciones el aprovecho en joderme un rato.
- Me da mucha lástima - dijo Draco, en una de las clases de Pociones - toda esa gente que tendrá que quedarse a pasar la Navidad en Hogwarts, porque no los quieren en sus casas.
A pesar de eso, no me afectaba en ninguna manera, si algo aprendí sobre ser el objeto de burla de alguien, es que al final ello caen en desgracia (bueno lo podemos ver en los últimos libros en el caso de Draco), pero jamás dejar que eso te afecte.
- ¡Feliz Navidad!
- ¡Igualmente! Feliz navidad. Nos veremos el próximo año.
Las vacaciones habían llegado, los alumnos que no se quedarían en Hogwarts estaban preparándose para ir a Londres esa misma noche. Estaba jugando ajedrez mágico con Ron en el Gran Comedor, jamás fui buena en ese tipo de juegos, a pesar que fuera idéntico a las de los muggles, seguía siendo un asco en el juego.
En cierta forma me recordaba las veces que mi hermano mayor me enseñaba.
Flashback
- Solamente es de análisis - habla mi hermano - No es tanta ciencia.
- ¡Déjame pensar! - grite ante tanta presión, le había pedido de favor que me enseñara a jugar ajedrez, pero era más complicado de lo que pensaba.
- Alex...- empieza a decir - Hemos estado más de dos horas jugando y ni siquiera ¿puedes mover una pieza?, me decepcionas.
- Te dije que me dejaras....
- ¿Qué hacen? -Pregunta mi hermana en cuanto entro a la sala - ¿Otra vez con eso? - Mira a nuestro hermano - sabes que ella es buena para los videojuegos pero ese tipo de juegos es un desastres.
- Gracias por el apoyo - dije sarcásticamente, volví a mirar el tablero unos segundos y moví una pieza - Jaque...
- Eso ni siquiera es un Jaque - me interrumpe el y mueve una pieza - Ahora si Jaque Mate.
Me quedé en blanco al ver ese movimiento, después deje caer mi cabeza en la orilla de la mesa.
-Porque.... ¡¿Por qué este juego tiene que ser jodidamente difícil?! - grite mientras lloriqueaba.
Mi hermana estaba riendo a más no poder al ver mi estado, vaya forma de querer a uno.
-Te he dicho que solamente es de lógica - suspiro mi hermano y luego me miro - Al menos supiste cómo mover una pieza - sonrió burlonamente.
- ¡Cállate muggle! - grite, tome un cojín del sofá y se lo arroje, logró esquivarlo, pero cayó en la cara de mi hermana...lo cual fue un grave error.
La mirada de ella se oscureció, luego nos miró, sentimos un fuerte escalofrió pasar por nuestra espalda.
- Así que... ¿Quieren jugar rudo, no? - Tragamos saliva al ver esa sonrisa sádica que puso - ¡Entonces juguemos!
- ¡NO! - gritamos ambos, intentamos correr pero las almohadas nos habían alcanzado.
Fin del Flashback
Reí ante aquel recuerdo, a pesar de las peleas que llegábamos a tener mis hermanos y yo, nos queríamos demasiado, pero...
- Harriet te toca- escuche a Ron, sacándome de mis pensamientos - ¿Qué tienes? Te veo demasiado distraída.
- Nah, solamente pensaba en la estrategia que usare - dije - E5 caballo.
La pieza se movió, unos segundos después Ron dijo "E5 Reina", su pieza se movió, quedando en frente del mío, en un movimiento la "Reina", Destrozo mi "Caballo".
Definitivamente sigo siendo un asco en el ajedrez tanto mágico como muggle.
- ¡Eso es de bárbaros! - gritó Hermione al ver ese movimiento.
- Esto es ajedrez mágico - dijo Ron, luego noto que ella traía su baúl - Ah, ya empacaste.
- ¿Y tú porque no? - pregunto Hermione
-Tengo otros planes - empieza a decir Ron - Mis padres irán a Rumania a visitar a mi hermano Charlie. Estudia dragones.
- Genial - dijo Hermione sin mucho interés - Ya que te quedaras, ayudaras a Harriet a encontrar más datos acerca de Nicolás Flamel.
- ¡Pero ya sabemos que lo que cuida ese perro! - Exclamó Ron.
- ¡Eso ya lo sé Ron! - Respondió Hermione - Pero tenemos que saber porque Snape quiere la piedra, tenemos que ver sus funciones.
- Hermione, es mejor que esperemos a que terminen las vacaciones - hable mientras la miraba - Ron y yo buscaremos eso en la biblioteca y cuando tu regreses hablaremos de ello.
- Vale, espero y lo hagan - dijo Hermione - ¡Feliz Navidad! - nos abrazamos ella y yo, luego se despidió de Ron con un gesto en la mano, se dio media vuelta para irse.
- ¿Enserio iremos a la biblioteca? - me miró aterrado Ron.
- Ron, amigo mío - lo mire mientras sonreía - ¿Me crees capaz de obligarte a ir a la biblioteca con tan solo querer torturarte?
-Sí, más si Hermione y tu están de acuerdo.
No pude evitar reír, además que no sería la primera vez que lo arrastrábamos a la biblioteca en contra de su voluntad.
-Solo por esta vez no - hable con más calma - Ya encontré un libro que habla de Nicolás Flamel. Además que somos mala influencia para ella, ya que el tiempo que hemos estado juntos, Hermione es capaz o más bien decir que busquemos en la sección prohibida.
- ¡Oh por las barbas de Merlín! ¡Hemos creado un monstruo! - grito Ron mientras sujetaba su cabeza con ambas manos.
[.....]
Durante los días siguiente me pase repasando hechizos y contra-hechizos, era la única mujer que me encontraba en los dormitorios de los primeros años, así que tenía toda la libertar de hacer lo que yo quería, sin ninguna interrupción.
Jugaba al ajedrez mágico con Ron, pero sin poder ganarle ninguna partida, peor aun cuando Seamus me presto el suyo, las pieza me daban consejo si pero eso hacía que me confundiera más, casi me ponía a llorar al escuchar como una de las piezas me regañaba al no hacer un buen movimiento.
En la víspera de navidad, me fui temprano a costar, a pesar que ya había casi un año en este mundo, no podía dejar de pensar en los cambios radicales que podrían, poco a poco fui cerrando mis ojos, poco después caí en los brazos de Morfeo.
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Narrador
<< ¿Qué es esto?>> - se pregunta Alex, con escalofríos y sudor en el cuerpo, mientras veía a su alrededor oscuro, camina sin rumbo, sin que sintiera que tan largo llegue o cuánto tiempo.
(Susurros)
- ¿Mmmm? ¿Hola? ¿Hay alguien?
No hubo una respuesta específica, los susurros no paraban, por más que ella intentara entender lo que decía, no podía. Pero pocos segundos después aquellas voces se empezaron aclarar.
- ¿Es ella?
- Vaya, no pensé que regresaría tan rápido.
- Al parecer los rumores son ciertos.
<< ¿Qué?>> miró a su alrededor, esperando encontrar alguien pero no había nada, pero aquellas voces seguían.
Y sin notarlo, Alex desprendía lágrimas de sus ojos, su vista estaba algo nublosa pero de repente sintió que sus manos estaban ¿Húmedas? Bajo la mirada hacia ella, se horrorizó al ver que sus manos estaban manchadas de sangre.
- ¡¿QUÉ ES ESTO?! - dijo mientras que el miedo se apoderaba de ella.
Alexa empezó a retroceder, en ese momento escucho algo, giró lentamente y volvió a soltar un grito provocando que cayera al suelo.
Lo que vio fue un cuerpo cubierto de sangre, la misma que ella tenía en sus manos y aquellos susurros que escucho a principio pasaron hacer gritos.
- ¡FUE TU CULPA!
- ¡TU DEBISTE MORIR!
- ¡NO LA SUPISTE CUIDAR COMO DEBIAS!
- ¡ELLA ERA TU RESPONSABILIDAD!
- ¡Por favor basta! - Grito ella asustada - ¡Fue un accidente!
Los gritos seguían, Alexa se agacho mientras cubría sus oídos con sus manos,
- ¡BASTA! ¡QUIERO DESPERTAR DE ESTA PESADILLA!
Inmediatamente, sus ojos se abrieron y su cuerpo se incorporó asustado. Observó a su alrededor notando que estaba en los dormitorios del colegio, no se movió por unos largos segundos, su cuerpo estaba temblando.
Había pasado mucho tiempo desde que tenía ese sueño, aquella pesadilla que la había torturado por largos meses desde aquel incidente, la cual provocaba que despertara asustadas a altas horas de la madrugada.
Pensar que por fin se había liberado de aquella culpa, pero la realidad es que la seguiría perturbando por un largo tiempo.
[.....]
Pov.Harriet
- Había oído hablar de eso - señaló mi amigo - Aunque es algo bastante inusual.
- Pienso lo mismo.
Después que desperté por causa de aquel feo sueño, ya no pude dormir con tranquilidad estuve despierta, hasta Ron me llamara para abrir los regalos, baje a la sala común con mi pijama y el pelirrojo grito asustado al ver mi melena de león toda despeinada. El cual ha sido una de las cosas que no ha cambiado de mí. Que mi cabello se esponje y no pueda peinarme decentemente.
Y regresando al asunto de los regalos, eran los mismos que Harry había recibido en su primera navidad en el colegio, el cual era una hermosa flauta de manera hecha por Hagrid, el cual emitía un sonido parecido al canto de una lechuza.
Después había recibido por parte de mis "queridos tíos" una moneda de cincuenta peniques. Preferí darsela a Ron ya que lo contemplaba con maravilla.
La dulce señora Weasley me había tejido un hermoso jersey de color azul marino y en medio estaba tejido la inicial de mi nombre (H), el cual sin pensarlo dos veces, me lo puse y me abracé a mí misma con la gran emoción de recibir uno. De igual forma mi querida amiga Hermione me había regalado una caja de ranas de chocolates.
Y el último regalo lo sostenía entre mis manos, era el regalo del profesor Dumbledore.
- Es una capa de invisibilidad - dijo Ron - Estoy seguro de ello. Vamos pruébatela.
Me lo coloque la capa sobre mis hombros y mi cuerpo había desaparecido, haciendo que mi cabeza estuviera flotando.
- ¡Hey! Mira soy una cabeza flotante. Boooh - dije entre risas mientras caminaba por la sala común.
Ron empezó a reír ante mis tonterías.
- Oye hay una nota - dijo de repente Ron - Creo que se cayó cuando abriste el regalo.
Me quite la capa y cogí la pequeña nota y empecé a leer.
"Tu padre dejo esto en mi poder antes de morir. Ya es tiempo de que sea devuelto. Utilízalo bien".
Una muy Feliz Navidad para ti.
- ¿Quién crees que te lo hubiera mandado? - Pregunto Ron mientras contemplaba con maravilla la capa - Daría lo que sea por tener uno.
- Ni idea - mentí, luego tome la capa - Pero tú tranquilo, con esta capa podríamos hacer...
Antes de que continuara, aparecieron repentinamente Fred y George volando en sus escobas.
- ¡Feliz Navidad!
- ¡Eh, mira! ¡A Harriet también le han regalado un jersey Weasley!
Fred y George llevaban jerséis azules, uno con una gran letra F y el otro con la G.
-El de Harriet es mejor que el nuestro -dijo Fred mirando mi jersey - Es evidente que se esmera más cuando no es para la familia.
- ¿Por qué no te has puesto el tuyo, Ron? - Quiso saber George -. Vamos, pruébatelo, son bonitos y abrigan.
-Detesto el rojo oscuro - se quejó Ron, mientras se lo pasaba por la cabeza.
- Veo que igual tiene la inicial de tu nombre en el tuyo, rayito - observó George -. Nuestra madre piensa que nosotros olvidaremos los nuestros, pero nosotros no somos estúpidos... Sabemos muy bien que nos llamamos Fred y George.
- ¿Qué es todo ese ruido? - dijo Percy entrando a la sala, con aire de desaprobación.
Era evidente que había ido desenvolviendo sus regalos por el camino, porque también tenía un jersey bajo el brazo, que Fred vio.
- ¡P de prefecto! Pruébatelo, Percy, vamos, todos nos lo hemos puesto, hasta Harriet tiene uno.
-Yo... no... Quiero - dijo Percy, con firmeza.
-Y hoy no te sentarás con los prefectos - dijo George -. La Navidad es para pasarla en familia.
Y antes de que los gemelos se acercaran a Percy, este desapareció rápidamente de la sala común antes de que sus hermanos lo obligaron a ponerse el jersey.
- ¡Cobarde! - gritaron los gemelos.
Ron y yo empezamos a reírnos bastante ante esa escena.
- Por cierto pequeño rayito - hablo Fred.
- Notamos que traes algo en tus manos - dijo George, señalando mi capa.
- ¿Qué es? - preguntaron curiosos los gemelos.
Mire mi capa por unos segundos y después a ellos.
- Oigan - llame a los tres Weasley - ¿Les gustaría hacer algo esta noche?
[.....]
- ¡No puedo creer que tuvieran algo así en sus manos! - exclama Ron a los gemelos - Y lo peor es que nunca ¡Auch! ¡Harriet!
- Sigue gritando y el próximo golpe será más fuerte - dije en voz baja - ¿Quieres que nos descubras? - el negó - entonces compórtate.
Fred y George riendo disimuladamente, hace unos minutos nos habíamos escapado de la torre para venir a explorar el castillo después que les dije que me habían regalado una capa de invisibilidad y ellos al escucharlo asistieron emocionado ante la idea, así que planeamos reunirnos después de la media noche en la sala común, después de ello Fred realizo un hechizo para hacer más grande la capa para que nos cubriera a los cuatro.
¿Y porque Ron está molesto con sus hermanos? Bueno los gemelos nos habían mostrado el original y único mapa del merodeador, creado por James, Sirius, Remus y... Peter. Conocidos como los Merodeadores.
- Vamos no te enojes hermanito - dijo George.
- Además tienes que agradecer que nosotros les mostremos esta joya - continua Fred mientras sujetaba el mapa - Esta pequeña belleza nos ha enseñado más que todos lo maestro de esta escuela.
- Eso explica cómo es que Filch no los ha atrapado hasta ahora - dijo Ron señalando el mapa.
- Eso y porque... - decía Fred.
- La señora Norris ha sido nuestra cómplice estas últimas semanas - termino de decir George.
Eso tomo por sorpresa a Ron.
- Veo que siguieron mi consejo, ¿no? - dije sonriente al verlos.
- ¡Claro! - respondieron al mismo tiempo los chicos.
No pudo evitar reírme, unos momentos después empezamos a rondar por el castillo, después de dos horas habíamos descubierto varios pasadizos secretos, incluso fuimos por algo de comida a la cocinas y los elfos al vernos nos ofrecieron una gran variedad de postres, Ron no podía evitar babear ante tanta comida.
Una vez que salimos de ahí, decidimos regresar a los dormitorios para poder dormir.
- ¡En verdad esta pequeña aventura ha sido de los más divertido! - dijo feliz Fred.
- ¡Fue estupendo! - asistió George sonriente.
- Tienen razón - decía Ron mientras comía un chocolate - Hay que volver a darnos una escapada.
- Me divertí bastante, esta noche - dije y mire a los tres hermanos - Cuando vuelva Hermione podemos llevarla con nosotros la próxima vez.
- ¡Claro! / ¡No!
Los gemelos y yo miramos a Ron confundidos.
- ¿Cómo por? - cuestione ante su respuesta.
- Oh vamos, acaso no es obvio - nos mira algo enojado Ron - Ella está demasiado apegada a las reglas que si ve el mapa o la capa, nos obligara a dárselo al director.
Los gemelos y yo nos quedaron pensativos ante esa idea, aunque no podíamos negar que Hermione es capaz de hacer eso, pero podría negociar con ella a cambio de su silencio, antes que dijera algo escuchamos un maullido, nos dimos la vuelta y vimos que era la señora Norris.
- ¡Señora Norris! - gritaron felices los gemelos y se acercaron a ella - ¿Cómo está la gatita más linda del mundo?
El felino ronroneo contenta ante las caricias de los gemelos.
- Oye Harriet
- ¿Qué pasa, Ron?
- ¿Me podrías explicar como ellos tiene una amistad con la señora Norris?! - pregunto al ver a sus hermanos muy cariñosos con la gata.
Solté una leve risa.
- Bueno escuche a tus hermanos planear una broma a unos chicos Slytherin de sexto año - explique - Así que me acerque a ellos y les dije que una forma de evitar que Filch los descubriera en su travesura era que la señora Norris fuera su aliada, solo tenían darle unos bocadillos y leche.
Ron estaba con la boca ligeramente abierta, no esperaba eso porque él sabía que sus hermanos mayores odiaban aquella gata y por ella casi eran descubiertos en varias ocasiones.
- Ya se lo que estás pensando Ron - hablo Fred mientras se acercaba a nosotros - Pero después de hacer eso pudimos descubrir que la señora Norris es lo ¡máximo!
- Si hubiéramos sabido que esta hermosa gata seria nuestra amiga, hace tiempo que la escuela estaría de cabeza - menciono George mientras cargaba a la gata y le daba cariños.
De repente escuchamos voces cerca de donde nos encontrábamos.
- Oiga.... Acaso...- murmuro Fred
- ¡La capa! - Exclamo George soltando a la señora Norris, tomo la capa y nos cubrió con ella - No hagan ningún ruido - nos dijo en voz baja.
Escuchamos unos pasos acercándose a nosotros y escuchamos la voz de Filch y al parecer venía con alguien.
- Usted me pidió que le avisara directamente, profesor, si alguien andaba dando vueltas durante la noche, y alguien estuvo en las cocinas, encontré varias migajas y dulces regados por el suelo.
Los chicos y yo miramos seriamente a Ron, el cual en su brazo izquierdo sostenía varios dulces y algunos postres, solamente se encogió de hombros. Iba a darle un zape pero me quede helada al reconocer la voz de Snape.
- ¿En la cocina? Bueno, no pueden estar lejos, ya los atraparemos.
El miedo nos invadió completamente, mientras que Filch y Snape se nos acercaban. No podían vernos, por supuesto, pero el problema era que el pasillo era estrecho y si seguían acercando, iban a chocar con nosotros. La capa no ocultaba lo materialidad.
No sobresaltamos al escuchar el maulló de la señora Norris, el conserje y el profesor giraron para a verla. En verdad si salimos de esta le voy a dar muchos bocadillos a esa hermosa gata que nos está salvando el pellejo.
- ¿Dónde has estado cariño? - Pregunto Filch a la gata - ¿Has encontrado algo?
La señora Norris se dio media vuelta e hizo un gesto para que la siguieran.
- Profesor, al parecer ella encontró algo - decía el con una sonrisa maliciosa, pero Snape no respondió.
Sentimos su fría mirada sobre nosotros, bueno no podía vernos eso era un hecho pero al parecer sentía nuestra presencia.
-Filch síguela - dijo antes de caminar.
- ¿Acaso no va a venir, profesor Snape? - pregunto el carcelero algo confundido.
- Es mejor que nos separemos - dijo - Así podemos capturar a esos mocosos, si los encuentra antes llévelos a mi oficina.
Snape caminaba hacia nosotros, retrocedimos lo más silenciosamente que pudiéramos. Mire de reojo a mi izquierda, había una puerta entreabierta. Era nuestra única esperanza de salvarnos de un castigo, le di un codazo a Fred y cuando me miro, le señale la puerta este entendió el mensaje e hizo lo mismo con sus hermanos.
Nos deslizamos, conteniendo la respiración y tratando de no hacer ruido. Para nuestra suerte, entramos a la habitación sin que nos notaran. Esperamos que Snape se alejara lo suficiente, escuchamos sus pasos que se alejaban.
Suspiramos al saber que la habíamos librado.
- Nunca pensé tener tanto miedo en mi vida - dijo Fred mientras nos quitaba la capa.
- Hay que agradecer que la señora Norris se llevara a Filch y que al menos una habitación estuviera abierta - decía George con su mano en el pecho - Creí que el corazón se me salía.
- Ni que lo digas - suspiro Ron aliviado - Nos salvamos por ¡Ahh! ¡Harriet! ¿Por qué me golpeas?
- ¡Por dejar basura en el suelo! - grite y le di otro zape - Tenías que ser más cuidadoso, ¡¿Qué hubiera pasado si ellos nos encuentras?!
- ¡Lo siento! ¡En verdad no era mi intención! - decía Ron cubriéndose con sus brazos - ¡Pero ya no me pegues!
- Oigan dejen de discutir y vean esto - nos llamaron los gemelos.
Deje de golpear a Ron y mire por un momento la habitación en la cual nos encontrábamos ocultos. Parecía un aula en desuso. Las sombras de silla y pupitres amontonados contra las pareces, una papelera invertida y apoyada contra la pared de enfrente... Vi que había algo grande que se encontraba en medio del cuarto cubierto por una manta blanca. Los gemelos se acercan lentamente, toman las esquinas de la manta y la jalan de golpe haciendo que se descubrieran poco a poco lo que ocultaba.
Abrí ligeramente los ojos, me sorprendí al reconocer lo que era.
- ¿Un espejo? - Murmuro Fred - ¿Qué hace esa cosa aquí?
- Espera... tiene una descripción grabada en la parte superior - dijo George y empezó a leer en voz alta - Oesed lenoz aro cute don isara cut se onotse.
- "Esto no es tu cara, sino de tu corazón el deseo"
- ¿Eso significa, pequeña rayito? - pregunto Fred y se rasco la cabeza - Que rara descripción.
- Chicos tenemos que irnos ya - dije algo nerviosa.
- Pero acabamos de....
- ¡No me gusta este lugar! - grite algo alterada, me gire para tomar mi capa para luego caminar a la puerta.
- ¡Espera! ¡Oye Harriet! - escuche gritar a Ron, los espere y una vez que nos ocultamos en la capa, salimos rápido del lugar para volver a la torre.
[.....]
Narrador
Se podía escuchar un liguero sonido de la puerta abriendo, unos pasos algo sigilosos dentro de la habitación, era Harriet que caminaba lentamente después de que sus amigos se quedaran totalmente dormidos ella tomo su capa y volvió a salir para regresar aquel lugar, donde sintió fuertes emociones.
Se detuvo a pocos pasos del enorme espejo, ahí estaba ella, reflejada, blanca y con una mirada entre tristeza y miedo, respirando agitada se atrevió a mirar el espejo que se encontraba delante suyo, poco a poco se vio reflejado algo o más bien alguien.
El cuerpo de la chica empezó a temblar, desvió la mirada por unos segundo e intento pensar en otra cosa para evitar llorar en ese momento. Miro otra vez al espejo, pero esas fuerzas de contener el llanto se fueron a la basura. Una chica, que estaba delante de ella, le sonreía y alzo la mano, Harriet por instinto hizo lo mismo en un intento de tomar la suya pero choco con el vidrio del espejo.
- ¿Isabelle? - susurro Harriet, la chica del reflejo sonrió al escuchar su nombre.
Al ver aquella expresión de la chica, varias lagrimas escaparon por sus ojos y resbalaban por sus mejillas, cubrió su boca con su mano evitando soltar un grito, su cuerpo no dejaba de temblar fuertemente, ese momento varios recuerdos pasaron por su cabeza.
- Lo... lo siento tanto - dijo con una voz entre cortada - Debí... joder yo debí protegerte..... ¡Perdón!
Harriet levanta una mano y sintió el aire que pesaba, Si ella estaba realmente allí, la pelinegra deseaba poder tocarla, su reflejo estaba tan cerca. Pero solo sintió aire: ella solamente existía en el espejo.
- Hermana... yo debí estar muerta, porque... porque tuviste que irte - decía llorando.
Estaba tan cerca del espejo que su nariz tocaba el reflejo, miro de reojo y vio que la chica mostraba una radiante sonrisa, Harriet no pudo más y soltó un fuerte grito de dolor, apretaba sus nudillos con fuerza. Empezó a caer en el suelo hasta quedar arrodillada.
- ¡Nunca debí pelear contigo esa noche! ¡Por mi culpa! ¡Ya no estas! - Grito, sus ojos reflejaban miles de emociones negativas - ¡Te extraño Isabelle! ¡Mi pequeña hermana!
Y se quedó ahí, arrodillada mientras desahogaba todo ese dolor que guardo por mucho tiempo, recordando la pérdida de un ser querido y culpándose por lo que sucedió hace tiempo atrás.
El tiempo no podía curar ese dolor, ni mucho menos olvidar aquellos recuerdos que invadían su mente.
Dato 5#: Alexandra sufría de insomnio, desde la muerte de su hermana soñaba la misma pesadilla cada noche. Ella no dormía casi nada, lo que provocó unas horribles ojeras.
Número de palabras: 5066
Fecha de publicación; 13/Junio/2021