Otro día más en el club más aburrido que pudo existir, o al menos eso pensaba Raúl, quien solo quería tirarse en su cama y seguir leyendo teorías de como hubiera sido la siguiente temporada de Euphoria.
—¿Quieres ser el primero en participar, Auron? —lo llamo Vegetta, haciendo que el resto del grupo lo volteara a ver.
Raúl se limito a asentir, viendo como le hacían señas para que se pusiese de pié. No tenía ni idea de que estaba pasando, pero Luzu parecía estar alegre y ya había empezado a dar pequeños aplausos.
—¿Quien quiere ser el que acompañe a Auron en esta improvisación de escena de reconciliación? —preguntó Willy. Ahí fue donde Raúl se dió cuenta en que se había metido.
Metió con fuerza sus manos en los bolsillos de su suéter y bajo la mirada, tratando de controlar toda esa energía negativa para transformarla en energía positiva, pero parecía ser demasiado difícil, más cuando escucho lo siguiente.
—Muy bien, compañero, ponte al lado de Auron. Solo debéis fingir que estás muy enfadado con él y quieres decirle cómo te sientes —escucho la voz animada de Vegetta, segundos después vio como Rubén se dirigía hacia él—. Recuerden que esto solo es actuación, compañeros, y no tiene porqué afectar su forma de verse.
Y como si las cosas no pudieran empeorar para Raúl, vio como Luzu ya había empezado a grabar con su móvil. Sabía que no lo hacía con intención de burlarse, pero tampoco quería que ese momento quedará guardado para la posteridad.
—¡Ya besarlo! —exclamo de forma risueña Lolito.
Rubén estaba justo al frente de él, se notaba que también estaba algo nervioso, pues no tenía ni la menor idea de que hacer, y eso solo molesto mas a Raúl, pues si no tenía la más mínima idea de que iba a hacer ¿Porque se ofrecío para hacerlo?
El más bajo se negaba a elevar la mirada, estaba molesto, aún no sabía perdidamente porque, pero seguro y encontraría una buena razón para estarlo.
Rubén noto la molestia del contrario, así que sin previo aviso; puso de forma delicada su mano en la cabeza de esté, pero rápidamente recibió un manotazo por parte de Raúl.
—Ni si te ocurra venir con esas gilipolleces de hacer mi energía negativa a positiva —bufó el más bajo, viendo directamente a los ojos de Rubén, quien se limito a sobarse la mano—, es jodidamente difícil hacerlo como para que vengas, te plantes frente de mi, me mires a los ojos y esperes que no me ponga nervioso.
—¿Y porque te pondrías nervioso? —cuestiono Rubén, tratando de sonar calmado para que Raúl también lo estuviera. Ni de loco iba a ponerse a gritar otra vez, su garganta no lo soportaría.
—¿Y yo que mierda voy a saber? Tu eres el retrasado que me pone así —contestó molesto. Su molestia era más que nada porque realmente no sabía la causa de esos nervios repentinos.
—Yo lo único que quiero es ayudarte, te lo dije antes, pero solo me gritaste hasta que te cansaste —le recordó, haciendo que Raúl se mordiera la lengua antes de decir algo mas—, y no me gusta que cada que nos vemos explotas y tengo que calmarte, solo para que a los cinco minutos vuelvas a explotar.
—Si no te gusta no tenemos que vernos, así de fácil —aclaro Raúl—. Sé perfectamente que soy insoportable, y no tienes porque estarme soportando si no quieres, nadie te obliga a pasar tiempo conmigo.
—Wou, son buenos —le dijo Fargan a Alex en voz muy baja, pues no quería interrumpir a ese par de talentosos en su improvisación.
Raúl miro de forma retadora a Rubén, como si esperara que él también explotara, que le gritara un par de cosas y no le volviera a dirigir la palabra el resto de su vida, pero no pasó.
Rubén por su parte, trataba de mantener la calma, no quería decir nada que pudiera hacer sentir mal a Raúl, lo cual era difícil, ya que parecía que esté quisiera todo lo contrario.
—No quiero dejar de verte, me gusta pasar tiempo contigo, pero parece que siempre te empeñas en tratar de ser desagradable conmigo para que me aleje —hablo Rubén, sin mirar a Raúl, pues sabía que esté solo lo miraba con enojo—... si tanto te desagrado, dímelo, pero no esperes que yo me aleje solo porque crees ser insoportable.
Auron miro al contrario, podía ver cómo esté esperaba una respuesta, pero realmente no se le venía nada a la cabeza, estaba en blanco, no tenía ningún comentario ingenioso para hacerlo quedar mal, es más, tampoco tenía ganas de verlo y fruncir el ceño.
Abrió la boca, pero ni siquiera un sonido se digna a a salir de está. Le resultaba impresionante lo que ese alto, flaco, pelos de escoba y oloroso a cremas dulces lograba hacerle.
—Lo siento, ¿Esta bien? Te trate de la mierda y siempre te estoy gritando, es solo que no estoy acostumbrado a tanta atención positiva —soltó Raúl, sintiendo como el estómago se le revolvía. Ni siquiera recordaba la última vez que le pidió disculpas a alguien—. Cómo no me agradaste la primera vez que te vi, supuse que serías un mierdas, más que nada porque yo lo fui contigo, pero fuiste medianamente bueno conmigo y yo... me equivoqué contigo, lo siento.
En estos momentos Rubén no era el único que se había quedado con la boca abierta, si no que Borja también, él conocía a Raúl desdé hace bastante tiempo y no recordaba haberlo visto aceptar un error propio o pedir disculpas a alguien, era claro que había algo extraño en su amigo.
—Trataré de no ser tan temperamental contigo, pero sé que en ocasiones voy a estallar y espero que al igual que haz hecho hasta ahora... no te enfades conmigo, soy muy nuevo en esto de tratar de ser feliz —no añadió nada más, pues ya sentía como un nudo en su garganta le impedía decir una sola palabra más, y sin previo aviso, una pequeña lágrima resbaló por su mejilla.
Rápidamente la limpio, esperando que nadie la hubiera visto, pero en cuanto la limpio otras cuantas empezaron a salir, sorprendiendo demasiado, pues él claramente no era de los que lloraban a la hora de pedir disculpas, más que nada porque nunca pedía disculpas.
—Tranquilo, te entiendo —le dijo con calma, después de envolverlo entre sus brazos—, después de todo va a ser difícil llegar a enojarme contigo.
Y por primera vez, Raúl se dió el permiso de corresponder un abrazo de Rubén, y se empezó a preguntar sobre la última vez que alguien alguien lo había abrazado, realmente no le sorprendió no recordar nada reciente.
Finalmente lo que lo hizo regresar a la realidad fueron los sonidos de aplausos y las felicitaciones por parte de Vegetta, quien les decía que tenían mucho talento para la improvisación.
Raúl regreso a su lugar a paso lento, mientras era seguido por la mirada de Borja, quien parecía esperar algunas respuestas, por lo tanto hizo como si nada y se sentó con la cabeza bien en alto, haciendo como si esperara lagos por su excelente improvisación.
—¿Pero que fue todo eso? —se apresuro a preguntar— Jamás le pides disculpas a nadie, ni siquiera me las pediste a mi la vez que pusiste tachuelas en el asiento del inodoro, pero se las pediste a Rubén... no me digas...
—Así es, soy un puto genio en la actuación e improvisación, no te lo había dicho antes porque no quería que fueras mi amigo solo por mis múltiples talentos —respondió Raúl, antes de cruzarse de piernas y hacer como que miraba su manicura.
—Son pareja —soltó Borja, causando que Raúl casi se ahogara con su propia saliva.
—¡Pero que mierda de conclusión! —exclamo, sin saber si estaba molesto, sorprendido, disgustado o las tres al mismo tiempo.
—Estaba tan preocupado de que nunca te animaras a salir del clóset que Lanita y yo habíamos pensado en organizarte una cita a siegas con algún galán —confesó muy aliviado—, pero es mejor ver qué tú mismo te animaste a dar el primer paso.
—Come cola, Luzu.
—¡Luzu! Si sigues hablando mientras doy las instrucciones de la siguiente actividad; tendrás que improvisar una escena donde le declares tu amor a Fargan —sentenció Vegetta. Rápidamente Luzu guardo silencio.
Al escuchar eso, Raúl se sintió muy aliviado de que no lo hubiesen puesto a hacer una escena así con Rubén, la sola idea hacia que le sudaran las manos y sintiera como la comida en su estómago se revolvía.
Lo pensó un poco, y termino volteando hacia atrás, para ver a Rubén, y no pudo entrar sentirse nervioso al percatarse que esté lo miraba a él. Fue una mala idea voltear.
—¡Auron, Rubios! Si se siguen haciendo ojitos mientras hablo, pasarán al frente otra vez, pero para declararle su amor a Fargan —amenazó Vegetta, haciendo que todos voltearan a verlos como si fueran niños pequeños y los descubrieron mandándose cartitas de amor.
—Mejor castigarlos haciendo que nos cuenten su historia de amor, quiero enterarme del chisme —hablo Lolito, todos los demás, menos Vegetta, parecían estar de acuerdo con la idea.
Estoy empezando a hacer los capítulos más largos, espero y les guste (´∩｡• ᵕ •｡∩')
*Aclaraciónes*
-Luzu tiene una carpeta especial en su galería donde tiene todas las veces que Raúl a participado en el club, se llama "orgulloso de mi hijo"
-La última vez que alguien abrazo a Raúl fue hace una semana, un niño lo confundió con su papá
Bueno mi gente, hasta aquí el capítulo, recuerden que está Moru sin peinarse les quiere chingos así que cuídense mucho por favor (´；ω；｀)